El Iraq ocupado debe seguir siendo Actualidad - por Francesc Sánchez
El Iraq ocupado ha dejado de existir como nación o país independiente, es un territorio diezmado por una guerra de conquista que quizás dentro de unos años nos cueste situarlo en las nuevas fronteras existentes. Después de las guerras vienen las postguerras y la atención mediática parece abandonar a las gentes que han estado siendo nuestra fijación o preocupación durante semanas.
Debemos darnos cuenta que vivimos en una sociedad global donde la actualidad la priman los grandes medios de comunicación que permanecen en manos de multinacionales. Después de este alegato de sinceridad, no podemos faltar a decir que la actualidad se rige por criterios profesionales, siempre más o menos criticables, pero básicamente se rigen los medios por la representación de hechos de gran trascendencia social. Una guerra se cubre y se informa sobre ella, entra propaganda, censura, y manipulación, pero la mierda acaba aflorando por el amplio efecto que provocan los reporteros trabajando sobre el terreno y su posterior difusión en cientos de medios. Con las postguerras esa cobertura mediática se hace menor y a veces desaparece, la atención sobre la actualidad se centra en otros temas, no por ello poco importantes, pero vale la pena pararse a reflexionar un momento sobre ello. Cuando termina una guerra los efectos de la misma son bien visibles, la facilidad para trabajar sobre el terreno suele ser mayor, pensemos que los peligros siguen existiendo para los informadores pero ya no son equiparables a los enfrentamientos armados durante las batallas. También el efecto censura y propaganda disminuye. Entonces, con estos factores más o menos favorables, ¿por qué no seguir informando, si hay una mayor libertad de acción para poder contar lo que ha pasado? Quizás el efecto de la oferta y la demanda sobre noticias sea lo que crea la actualidad mediática, evitando así saturaciones sobre información en los consumidores ( siguiendo con la lógica del mercado), estaríamos hablando de una faceta mas del sistema capitalista esta vez en los medios de comunicación. Pero ello no es suficiente para responder satisfactoriamente a esa pregunta, pues no es verdad que los medios de comunicación ofrezcan lo que la gente desea, sencillamente la habitúan a un producto, ejemplos los tenemos muchos. La explicación del porque en las postguerras se deja de informar quizás debamos buscarla en algo más sencillo: nuestros medios de comunicación no pueden traicionar a sus gobiernos y a sus mecenas económicos.
En la guerra contra Iraq todos nos hemos dejado muchas cosas en el tintero, incógnitas que se irán desvelando, como la que nos revelara algún día que pasó en el aeropuerto Saddam de Bagdad, donde todos tenían el control de la situación y donde todos pudieron perderlo. A partir de esa batalla la situación dio un giro considerable, las fuerzas iraquíes dejaron de luchar, Bagdad no fue arrasada, no hizo falta seguir matando periodistas para dejar sin testigos el escenario bélico de la ciudad, la situación cambio y la entrada triunfal del ejercito norteamericano tuvo todos los focos y objetivos mediáticos necesarios.
Los combates aun continuaron, pero el grueso de tropas regulares dejó de luchar, solo algunos soldados iraquíes y milicianos plantaron cara a los invasores. No hubo deserciones masivas, en las ciudades del norte, Mosul y Kirkut, se firmo la paz. En la ciudad natal de Saddam, Tikrit, sucedió algo parecido. Los combates terminaron porque los mandos militares iraquíes así lo quisieron. No seria de extrañar que la cúpula del régimen iraquí ante la imposibilidad de plantar cara a los ejércitos invasores cambiara de táctica, de hecho, todos esos rostros encartados en la baraja trampa del pentágono, se están entregando.
Las famosas armas de destrucción masiva iraquíes, nunca se utilizaron, salvo mediaticamente antes y después de la guerra por los EE.UU. El ejercito norteamericano sigue buscando en estos días, y encontrando reliquias sospechosas, bidones extraños con contenidos dudosos y misiles que aparecen en medio del desierto, como si alguien quisiera esconder un tanque en medio de un campo de fútbol pensando que es lugar ideal para que pasase desapercibido.
El paradero de Saddam Hussein como el de las armas de destrucción masiva promete mucho, puede pasar facilmente a la lista de desaparecidos integrada por Osama Ben Laden, el Mula Omar, y los artífices del asesinato de John F. Kennedy, entre otros. Lo que han encontrando los norteamericanos, y re encontrado los chiítas iraquíes es su fundamentalismo religioso.
Mientras Jay Garner, el hombre designado para traer la democracia al Iraq libre - hacer y deshacer política y económicamente en la nueva colonia durante el periodo de ocupación -, la población iraquí con simpatías al Islam ha re encontrado la fe religiosa política en otros tiempos sofocada por el régimen iraquí. La vertiente chiíta del Islam es acogida en Iraq por más de la mitad de sus habitantes, no se sienten representados en el futuro gobierno y no ven con buenos ojos a las tropas invasoras. La república islámica de Irán sin separación formal entre lo religioso y político institucional es para ellos un modelo a seguir en el Iraq de nuestros días, hecho que choca frontalmente con los planteamientos norteamericanos. Por dos razones: pese a sus males el Islam, y concretamente el fundamentalismo islámico, es un reconstituyente cultural muy fuerte que planta cara en perfectas condiciones al the american way of life, con las dificultades de imponer su sistema mercantilista y por lo tanto de controlar las reservas petrolíferas del país. Si bien es cierto que los Estados Unidos tienen manga ancha en países islámicos como Arabia Saudita o Kuwait, donde existen regímenes autoritarios y absolutistas, la segunda razón hace tomar como problema el re encuentro chiíta con su fe política religiosa, en el sí de los términos: los chiítas tienen como referente a Irán, eterno enemigo de los EE.UU. Irán desde tiempos inmemoriales reclama la gran parte del territorio iraquí, es allí donde se encuentra su tierra santa, en ciudades como Najaf se encuentra su Jerusalén particular. La posibilidad de que Iraq se convirtiera en una república islámica pro iraní por los lazos chiítas evidentes con Irán seria la peor de las pesadillas para la Administración Bush.
Los sumitas, la otra vertiente religiosa importante en numero en Iraq, tampoco ven con muy buenos ojos a los invasores. Sería trágico que se potenciaran las diferencias étnicas y religiosas iraquíes como pasó en la ex Yugoslavia, territorio diezmado después de las guerras de Bosnia y Kosovo, donde las Naciones Unidas y los ejércitos aliados siguen acampados después de más de catorce años. Saddam aparte, en Bagdad, cristianos, ateos y musulmanes sumiés y chiítas han convivido bien, por ello hay un hálito de esperanza en el pueblo iraquí decida lo que decida, cosa distinta son las intenciones de los extranjeros.
La organización chiíta se esta poniendo en marcha, cientos de miles de personas se manifiestan en contra de los invasores y sus planes de gobierno que parecen omitir la voz del Pueblo. Son los mismos que están devolviendo lo robado en los saqueos, los imanes están haciendo una labor gestora importante siendo referente moral para la población iraquí. Difícilmente veremos como aparecen las obras de arte o las antigüedades robadas, en museos o palacios presidenciales, quizás porque tales acciones tengan otros autores y otros instigadores, en lo que respecta a los hospitales están volviendo a su lugar los tan necesarios instrumentos médicos.
Pese a lo que pudiera decir esta fotografía con iraquíes con tantos paquetes al fondo, y tres soldados norteamericanos vigilándoles de cerca en primer plano, la ayuda humanitaria llega con cuenta gotas, paralela al control a medio / largo plazo del país. Es difícil calcular lo necesario para poder sobrevivir, el paso de un país industrial a pre industrial es harto complicado, y las enfermedades pueden extenderse con rapidez, no en vano las condiciones sanitarias, la falta de comida, agua, electricidad, gas, y techo, son un caldo de cultivo maligno que puede abocar a Iraq a la peor de las pesadillas africanas. Las muertes en la contienda bélica en el bando iraquí rondan entre las 4.000 para los soldados y las 2.500 para los civiles, cifras que se van engrosando conforme pasan los días por los efectos de guerra. El embargo y las sanciones impuestas sobre Iraq por las Naciones Unidas desde el fin de la Guerra del Golfo Pérsico han producido más de 700.000 niños muertos* , el impacto de esta guerra ha sido superior a la guerra de 1991, las consecuencias duraran largos años y pueden ser demoledoras en cuanto a muertes de iraquiés.
Todo lo contado es de una transcendencia social evidente, más cuando todo lo que esta pasando y pasara en Iraq es consecuencia directa de nuestros gobernantes y ejércitos, por ello colegas de la prensa las posguerras se han de cubrir, pues son de primerísima actualidad real. Sencillamente porque las víctimas deben tener voz, y nuestras sociedades deben tener opción a conocer.
Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación - Redacción. Barcelona, 29 Abril 2003.
* Sin noticias de la Verdad: 700.000 niños muertos( daños colaterales)
- Tiempos de ocupación - La Guerra contra Iraq
- Los antecendetes - Irak: en el punto de mira de los EE.UU
- La Prensa en la guerra - Los medios, ¿en medio de que?
Debemos darnos cuenta que vivimos en una sociedad global donde la actualidad la priman los grandes medios de comunicación que permanecen en manos de multinacionales. Después de este alegato de sinceridad, no podemos faltar a decir que la actualidad se rige por criterios profesionales, siempre más o menos criticables, pero básicamente se rigen los medios por la representación de hechos de gran trascendencia social. Una guerra se cubre y se informa sobre ella, entra propaganda, censura, y manipulación, pero la mierda acaba aflorando por el amplio efecto que provocan los reporteros trabajando sobre el terreno y su posterior difusión en cientos de medios. Con las postguerras esa cobertura mediática se hace menor y a veces desaparece, la atención sobre la actualidad se centra en otros temas, no por ello poco importantes, pero vale la pena pararse a reflexionar un momento sobre ello. Cuando termina una guerra los efectos de la misma son bien visibles, la facilidad para trabajar sobre el terreno suele ser mayor, pensemos que los peligros siguen existiendo para los informadores pero ya no son equiparables a los enfrentamientos armados durante las batallas. También el efecto censura y propaganda disminuye. Entonces, con estos factores más o menos favorables, ¿por qué no seguir informando, si hay una mayor libertad de acción para poder contar lo que ha pasado? Quizás el efecto de la oferta y la demanda sobre noticias sea lo que crea la actualidad mediática, evitando así saturaciones sobre información en los consumidores ( siguiendo con la lógica del mercado), estaríamos hablando de una faceta mas del sistema capitalista esta vez en los medios de comunicación. Pero ello no es suficiente para responder satisfactoriamente a esa pregunta, pues no es verdad que los medios de comunicación ofrezcan lo que la gente desea, sencillamente la habitúan a un producto, ejemplos los tenemos muchos. La explicación del porque en las postguerras se deja de informar quizás debamos buscarla en algo más sencillo: nuestros medios de comunicación no pueden traicionar a sus gobiernos y a sus mecenas económicos.
En la guerra contra Iraq todos nos hemos dejado muchas cosas en el tintero, incógnitas que se irán desvelando, como la que nos revelara algún día que pasó en el aeropuerto Saddam de Bagdad, donde todos tenían el control de la situación y donde todos pudieron perderlo. A partir de esa batalla la situación dio un giro considerable, las fuerzas iraquíes dejaron de luchar, Bagdad no fue arrasada, no hizo falta seguir matando periodistas para dejar sin testigos el escenario bélico de la ciudad, la situación cambio y la entrada triunfal del ejercito norteamericano tuvo todos los focos y objetivos mediáticos necesarios.
Los combates aun continuaron, pero el grueso de tropas regulares dejó de luchar, solo algunos soldados iraquíes y milicianos plantaron cara a los invasores. No hubo deserciones masivas, en las ciudades del norte, Mosul y Kirkut, se firmo la paz. En la ciudad natal de Saddam, Tikrit, sucedió algo parecido. Los combates terminaron porque los mandos militares iraquíes así lo quisieron. No seria de extrañar que la cúpula del régimen iraquí ante la imposibilidad de plantar cara a los ejércitos invasores cambiara de táctica, de hecho, todos esos rostros encartados en la baraja trampa del pentágono, se están entregando.
Las famosas armas de destrucción masiva iraquíes, nunca se utilizaron, salvo mediaticamente antes y después de la guerra por los EE.UU. El ejercito norteamericano sigue buscando en estos días, y encontrando reliquias sospechosas, bidones extraños con contenidos dudosos y misiles que aparecen en medio del desierto, como si alguien quisiera esconder un tanque en medio de un campo de fútbol pensando que es lugar ideal para que pasase desapercibido.
El paradero de Saddam Hussein como el de las armas de destrucción masiva promete mucho, puede pasar facilmente a la lista de desaparecidos integrada por Osama Ben Laden, el Mula Omar, y los artífices del asesinato de John F. Kennedy, entre otros. Lo que han encontrando los norteamericanos, y re encontrado los chiítas iraquíes es su fundamentalismo religioso.
Mientras Jay Garner, el hombre designado para traer la democracia al Iraq libre - hacer y deshacer política y económicamente en la nueva colonia durante el periodo de ocupación -, la población iraquí con simpatías al Islam ha re encontrado la fe religiosa política en otros tiempos sofocada por el régimen iraquí. La vertiente chiíta del Islam es acogida en Iraq por más de la mitad de sus habitantes, no se sienten representados en el futuro gobierno y no ven con buenos ojos a las tropas invasoras. La república islámica de Irán sin separación formal entre lo religioso y político institucional es para ellos un modelo a seguir en el Iraq de nuestros días, hecho que choca frontalmente con los planteamientos norteamericanos. Por dos razones: pese a sus males el Islam, y concretamente el fundamentalismo islámico, es un reconstituyente cultural muy fuerte que planta cara en perfectas condiciones al the american way of life, con las dificultades de imponer su sistema mercantilista y por lo tanto de controlar las reservas petrolíferas del país. Si bien es cierto que los Estados Unidos tienen manga ancha en países islámicos como Arabia Saudita o Kuwait, donde existen regímenes autoritarios y absolutistas, la segunda razón hace tomar como problema el re encuentro chiíta con su fe política religiosa, en el sí de los términos: los chiítas tienen como referente a Irán, eterno enemigo de los EE.UU. Irán desde tiempos inmemoriales reclama la gran parte del territorio iraquí, es allí donde se encuentra su tierra santa, en ciudades como Najaf se encuentra su Jerusalén particular. La posibilidad de que Iraq se convirtiera en una república islámica pro iraní por los lazos chiítas evidentes con Irán seria la peor de las pesadillas para la Administración Bush.
Los sumitas, la otra vertiente religiosa importante en numero en Iraq, tampoco ven con muy buenos ojos a los invasores. Sería trágico que se potenciaran las diferencias étnicas y religiosas iraquíes como pasó en la ex Yugoslavia, territorio diezmado después de las guerras de Bosnia y Kosovo, donde las Naciones Unidas y los ejércitos aliados siguen acampados después de más de catorce años. Saddam aparte, en Bagdad, cristianos, ateos y musulmanes sumiés y chiítas han convivido bien, por ello hay un hálito de esperanza en el pueblo iraquí decida lo que decida, cosa distinta son las intenciones de los extranjeros.
La organización chiíta se esta poniendo en marcha, cientos de miles de personas se manifiestan en contra de los invasores y sus planes de gobierno que parecen omitir la voz del Pueblo. Son los mismos que están devolviendo lo robado en los saqueos, los imanes están haciendo una labor gestora importante siendo referente moral para la población iraquí. Difícilmente veremos como aparecen las obras de arte o las antigüedades robadas, en museos o palacios presidenciales, quizás porque tales acciones tengan otros autores y otros instigadores, en lo que respecta a los hospitales están volviendo a su lugar los tan necesarios instrumentos médicos.
Pese a lo que pudiera decir esta fotografía con iraquíes con tantos paquetes al fondo, y tres soldados norteamericanos vigilándoles de cerca en primer plano, la ayuda humanitaria llega con cuenta gotas, paralela al control a medio / largo plazo del país. Es difícil calcular lo necesario para poder sobrevivir, el paso de un país industrial a pre industrial es harto complicado, y las enfermedades pueden extenderse con rapidez, no en vano las condiciones sanitarias, la falta de comida, agua, electricidad, gas, y techo, son un caldo de cultivo maligno que puede abocar a Iraq a la peor de las pesadillas africanas. Las muertes en la contienda bélica en el bando iraquí rondan entre las 4.000 para los soldados y las 2.500 para los civiles, cifras que se van engrosando conforme pasan los días por los efectos de guerra. El embargo y las sanciones impuestas sobre Iraq por las Naciones Unidas desde el fin de la Guerra del Golfo Pérsico han producido más de 700.000 niños muertos* , el impacto de esta guerra ha sido superior a la guerra de 1991, las consecuencias duraran largos años y pueden ser demoledoras en cuanto a muertes de iraquiés.
Todo lo contado es de una transcendencia social evidente, más cuando todo lo que esta pasando y pasara en Iraq es consecuencia directa de nuestros gobernantes y ejércitos, por ello colegas de la prensa las posguerras se han de cubrir, pues son de primerísima actualidad real. Sencillamente porque las víctimas deben tener voz, y nuestras sociedades deben tener opción a conocer.
Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación - Redacción. Barcelona, 29 Abril 2003.
* Sin noticias de la Verdad: 700.000 niños muertos( daños colaterales)
- Tiempos de ocupación - La Guerra contra Iraq
- Los antecendetes - Irak: en el punto de mira de los EE.UU
- La Prensa en la guerra - Los medios, ¿en medio de que?