La toma militar del teatro de Dubrovka en Moscú

Un comando de cincuenta rebeldes chechenos fuertemente armados la noche del miércoles tomo el moscovita teatro de Dubrovka. Manteniendo hasta hoy a más de 700 personas secuestradas, exigen al gobierno ruso el fin de la guerra en Chechenia, de lo contrario provocaran una tragedia.

Desde el pasado miércoles, han podido salir algunas personas, tres huyendo del lugar en un primer instante aprovechando la gran confusión, y sobre una docena, entre ellos ocho niños, por voluntad de los rebeldes; también una mujer perdió la vida, según las fuerzas policiales moscovitas, en manos de los rebeldes cuando esta se enfrentó a ellos. Hoy viernes, ha visitado el teatro un médico para estar informado de la salud de los secuestrados, aunque se ha permitido la entrada de agua y sucos vitamínicos, la falta de alimentos y el frío están haciendo perder las fuerzas a los cautivos. Las autoridades han cedido a las exigencias del comando checheno autorizando la entrada de los diplomáticos extranjeros y a las cámaras del canal NTV, considerando el presidente ruso Vladimir Putin como primera prioridad la vida de los rehenes.

Movsar Baráyev, el líder del comando checheno, ha negado que la idea del plan sea obra de grupos terroristas del exterior, dejándose así en entredicho la supuesta conexión de los chechenos con la red internacional Al Qaeda, aludida el jueves por Vladimir Putin al manifestar que los responsables del atetando de Bali, Filipinas, y los del teatro, son la misma gente. El precedente en este tipo de operaciones de los guerrilleros chechenos lo tenemos en el año 1995, cuando otro comando liderado por Shamil Basáyev, tomo un hospital en la ciudad de Budiónovsk, secuestrando a más de 1500 personas. La operación de secuestro, con la primera guerra chechen (años 1994 – 1996) como telón de fondo, provocada también para el exigir la retirada de las tropas rusas, se saldo trágicamente con la muerte de 166 personas.

Desde hace tres años en Chechenia se vive una guerra de baja intensidad entre las tropas rusas y los separatistas chechenos, se cifran en al menos 500 bajas anuales en el bando ruso, y desconocidas en el checheno. El ejercito ruso enviado por segunda vez al Cáucaso en menos de cinco años, después de asestar un duro golpe a los rebeldes años antes en la primera guerra Chechen, y provocar una carnicería entre la población civil, se ve incapaz de acabar con los rebeldes chechenos que parecen resistir y ser capaces de provocar ofensivas importantes. Yevgueni Primakov, el ex ministro de Asuntos Exteriores en la era Yelsin, que en vistas de la imposibilidad militar de terminar con el conflicto checheno se mostró favorable a dialogar para obtener la paz, intercederá también esta vez como mediador en la crisis del teatro de Dubrovka.

La ultima hora con tintes nihilistas y anhelos de Dostoievski, desde ese viejo palacio de la Cultura de Dubrovka en la ex Unión Sovieta comunista, colapsada mentalmente, socialmente y económicamente, es medio esperanzadora medio inquietante. Por un lado las autoridades rusas garantizan la vida de los rebeldes siempre y cuando liberen a todos los rehenes, por el otro, los chechenos han anunciado el inicio de la ejecución de los rehenes, a partir de la primera hora de la mañana, si las autoridades no acceden a sus demandas.

El trasfondo local y concreto de Dubrovka, entre negociaciones y esperas, esta representado por las unidades de la policía y del ejercito alrededor del teatro, haciendo posible un asalto en todo momento con la consecuente posibilidad de que los chechenos se auto inmolen volando el teatro por los aires con explosivos. En el trasfondo internacional, una vez más se muestra al mundo la inestabilidad de todo tipo de factores existente en la ex Unión Sovietica, alimentada por la no menos preocupante tendencia nihilista destructiva de grupos y personas que por el efecto mimético del 11S, son capaces de matar y morir por desesperación.

Marlowe. Barcelona. 25 Octubre 2002.

Final trágico en el teatro de Dubrovka.

Por si no había quedado claro: ¡el gas usado por las tropas rusas mato a los rehenes!