Venezuela se vuelve a decantar a la izquierda de la encrucijada - por Francesc Sánchez
"Hugo Chávez Frías continuara siendo presidente de Venezuela después de haber superado con creces el referéndum revocatorio. Pese a que el proceso electoral ha sido supervisado por observadores internacionales, la oposición hablando de “un gran fraude” no reconoce los resultados."
Bandera de la República Bolivariana
Internacional - Análisis y repaso de coyuntura
Venezuela se vuelve a decantar a la izquierda de la encrucijada
por Francesc Sánchez
Hugo Chávez Frías continuara siendo presidente de Venezuela después de haber superado con creces el referéndum revocatorio. Pese a que el proceso electoral ha sido supervisado por observadores internacionales, la oposición hablando de “un gran fraude” no reconoce los resultados.
Con una participación superior al 80% y a un escrutinio casi completo, el No a la retirada de Chávez como presidente de Venezuela ha obtenido 4.991.483 votos ( un 58,25%), en contrapartida el Sí de la oposición con 3.576.517 votos ( 41,74%)ha perdido este referéndum. Con estos resultados Chávez podra seguir siendo presidente hasta el año 2007.
Este referéndum revocatorio -herramienta democrática ideada por Chávez para avalar la confianza del pueblo en el presidente- fue requerido por la oposición largos meses atrás mediante un número importante de firmas. La consulta aunque se encuadra en un episodio más de intento de desgaste y paralización del proceso social, promovido por Chávez desde que asumiera la presidencia en el año 2000, ha resultado ser una toma de fuerza del presidente.
Como era de esperar, la oposición (socialdemocracia, democrocristianos, ultra derecha y otros partidos menores) dice no reconocer y asumir el resultado electoral, aduciendo que estos comicios “han sido un gran fraude”. Estas afirmaciones contrastan con el reconocimiento de numerosos observadores internacionales tanto del resultado electoral como de la “normalidad” y “juego limpio” del transcurso de los comicios.
La respuesta política internacional al resultado del referéndum en el ámbito institucional ha sido prácticamente nula, o negativa, salvo en las bases militantes de una parte de la izquierda. George W. Bush, sumándose a la oposición de Chávez no reconoce tampoco el resultado electoral, reclamando una supervisión del transcurso de los comicios y el posterior recuento.
De nuevo esta posición gubernamental –aunque sea ajena a Venezuela- contrasta bastante si tenemos en cuenta que entre los observadores internacionales del referéndum, se encontraban dos expresidentes expertos en mediación y resolución de conflictos, César Gaviria ex presidente de Colombia y secretario general de la Organización de Estados Americanos, y James Carter ex presidente de EE.UU y presidente del Centro Carter.
Muy diferente ha sido la actitud de cierta izquierda en el ámbito internacional, viendo en estos comicios una esperanza para el pueblo venezolano y quizá –los más osados y creyentes- un inicio de cambios sociales de alcance planetario, en donde la democracia gana fuerza frente a políticas beligerantes y autoritarias provenientes de EE.UU.
La casi nulidad de incidentes durante la jornada electoral en un país como Venezuela donde hay altos índices de violencia, y la altísima movilización de los venezolanos para emitir su voto, muestran un triunfo de las formalidades democráticas sin precedentes en el país.
La alta participación de estos comicios por parte de la población no solo contrasta radicalmente con la que se dio en comicios anteriores en Venezuela, si no también con la que se ha dado en otras latitudes. Sirvan de ejemplos los últimos comicios al Parlamento Europeo –con récords históricos de abstención- o las ultimas elecciones a la presidencia de EE.UU, con muy poca participación y un manto de sospecha por fraude electoral en el Estado de Florida.
Este movimiento democrático si bien se encuadra en el populismo y el verbo fácil del presidente de Venezuela, también hay que atribuirlo a los inicios de cambios sociales en el país en favor de las clases más desfavorecidas. A esto hay que sumarle, el sentimiento de rechazo hacia las políticas intervencionistas en el extranjero por parte de EE.UU, y al rencor hacia la oligarquía y las clases medias del país.
Chávez, un militar implicado en movimientos políticos, salta a la escena con otros oficiales en una intentona golpista en el año 1992. El clamor popular y del ejercito hacen que el por entonces presidente Rafael Caldera le conceda el indulto. En los proximos años Chávez de la mano de los movimientos sociales se implicara activamente en la política, fundara con otros oficiales el Movimiento V República, y finalmente una coalición entre el Movimiento al Socialismo (MAS), Patria Para Todos(PPT), el Partido Comunista Venezolano (PCV) y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), le aupara al poder.
Cuando Chávez llega al poder en el año 2000 se encuentra con una situación económica desastrosa y una clase política corrupta. Inmensas capas de población parecen omitidas y ocultadas por los políticos, la pobreza extrema y la falta de educación les había mantenido en el poder hasta la llegada de Chávez. El verbo fácil y las promesas de cambios, calan hondo entre los millones de invisibles.
Chávez habla de nacionalismo, fe y revolución. Inicia un proceso pseudo revolucionario sin enfrentarse directamente a los oligarcas y a las multinacionales, pero termina chocando con ellos. Destina una parte substanciosa del 20% de los beneficios estatales de la petrolera PDVSA a medidas sociales transformadoras. El gobierno crea nuevas escuelas, y empieza una ardua campaña de alfabetización, se invierte en sanidad, y se empieza un proceso de democracia participativa por medio de los movimientos sociales y estatales: la Revolución Bolivariana.
La nueva constitución de Venezuela es aprobada por referéndum por amplia mayoría. Las transformaciones sociales van acompañadas de tintes marxistas y nacionalistas, el gobierno entra en sintonía con el régimen cubano y se abre una línea de colaboración mutua bastante fluida.
En abril de 2002 una intentona golpista aparta momentáneamente a Chávez del poder. La oligarquía, los medios de comunicación privados, una facción del ejercito, y una ayuda internacional soterrada, secuestran a Chávez y ponen en el gobierno al presidente de la patronal Pedro Carmona.
Mientras la prensa privada venezolana –y gran parte de la internacional- habla de una rebelión por parte del pueblo y un pronunciamiento militar en contra de Chávez, el golpista Carmona suprime la Asamblea Nacional. Las capas sociales partidarias a Chávez se movilizan, gran parte del ejercito es leal a Chávez y ocupa el palacio de la Presidencia de Miraflores. El golpe fracasa y Chávez sale fortalecido del envite.
Un año después el sector petrolero le declara la guerra al presidente, empieza una huelga que durara semanas, afectando al suministro de crudo y llegando a paralizar el país. El suministro de crudo desciende de los 2,5 millones de barriles diarios a menos de 150 mil. Mientras el ejercito se hace cargo de la situación, Chávez llega a un acuerdo con los trabajadores y con la compañía petrolera. El suministro habitual de crudo se restablece pero queda latente que la PDVSA pese a estar nacionalizada, es un poder con plena autonomía en Venezuela.
Una vez más, el 80% del beneficio de la PDVSA desaparece entre tinieblas en la propia petrolera, el 20% restante queda en manos del gobierno venezolano.
El petróleo es la fuente de ganancias –y con fuerte distancia- más importante de beneficios de Venezuela. En la década de los años 80 del pasado siglo, en plena crisis mundial del petróleo y por lo tanto con un precio alto del barril de crudo, se destinaba un porcentaje mucho más elevado al vigente hacia el Estado e indirectamente al sector privado. Un 80% del beneficio absoluto de la petrolera creó entre otras cosas las clases altas y medias que hoy encabezan la oposición a Chávez. La no existencia de una industria consistente -a excepción de la petrolera- hizo que las importaciones crecieran a un ritmo vertiginoso en los buenos años, con ello la deuda externa del país y la fuerte inflación, con la estabilización hacia la baja de los precios del petroleo –mucho más después de la primera guerra del golfo ( 1991)- sumieron a Venezuela en una crisis que se arrastra hasta nuestros días.
Las clases medias empezaron a perder poder adquisitivo rápidamente, la corrupción política y la evasión de impuestos se puso al orden del día. El desempleo aumentó a un ritmo vertiginoso, afectando muy duramente a la ya mal parada clase baja de las áreas urbanas y rurales.
La no existencia de incidentes en Venezuela durante la jornada del referéndum esconde una división social que no se deriva estructuralmente por la subida de Chávez al poder. Chávez aprovechó –o si lo queremos: el pueblo aprovechó a Chávez- una coyuntura nacional e internacional en Venezuela para subir al poder y poner en marcha cambios que podrían ir más alla de las políticas compensatorias y asistenciales del estado del bienestar occidental.
La encrucijada que hoy vive Venezuela, más alla de los claros intereses de la oligarquía local y de las multinacionales del sector energético, es social en tanto y cuando afecta a dos sociedades diferentes. Por un lado, una capa social no tan minoritaria que bebió directa o indirectamente de los beneficios del petróleo en el pasado, que hoy ve que con la subida del precio del petróleo su situación no mejora, y por otro lado una inmensa mayoría de población que nunca tuvo nada que hoy ve en Chávez y en esta pseudo revolución, una esperanza para mejorar su situación y crear una sociedad con unos valores basados en la justicia social y en la colectividad.
En las dos sociedades enfrentadas, valga decir que dentro de ellas existen también diferencias. Dentro de los contrarios a Chávez, donde se enmarca la derecha más aferrima también se sitúan capas sociales moderadas de tintes socialdemócratas, dentro de los partidarios de Chávez hay vertientes políticas que apuestan por el cambio directo –la revolución verdadera- y otras que apuestan –sin animo de bromear- por el cambio tranquilo.
En los próximos días se ira viendo que forma toman las amenazas de la oposición política a Chávez, y hasta que punto la sociedad venezolana en su conjunto manifiesta la crispación y presión que lleva dentro.
El problema que tiene Venezuela es muy común en la mayoría de países del mundo. Un estado del bienestar o asistencial tanto en ese país como en otros dificilmente puede ser llevado a cabo por la presión económica internacional. La opción de Chávez puede que sirva para Venezuela en el futuro más inmediato si realmente es capaz de controlar sus recursos energéticos. Hoy por hoy la situación económica del país con Chávez no ha mejorado en terminos absolutos, de ahi las críticas de las clases medias que no ven mejorar su economía, pero hay que decir que por el contrario las clases más bajas tienen cierto soporte y esperanza. Quizá el país esté en la buena senda, no creo que se trate de ideología si no de supervivencia.
La otra encrucijada, la que marcara el paso irreversiblemente, es debida a la continua fluctuación en ascenso del precio del petróleo por la paralización de la producción en Iraq y la insuficiencia mundial para abastecer el mercado energético. Es por esto que la inestabilidad política o los cambios sociales son causa y efecto hoy más que nunca del presente y futuro para bien o para mal de países como Venezuela y el nuestro propio.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 17 Agosto 2004.
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Venezuela se vuelve a decantar a la izquierda de la encrucijada
por Francesc Sánchez
Hugo Chávez Frías continuara siendo presidente de Venezuela después de haber superado con creces el referéndum revocatorio. Pese a que el proceso electoral ha sido supervisado por observadores internacionales, la oposición hablando de “un gran fraude” no reconoce los resultados.
Con una participación superior al 80% y a un escrutinio casi completo, el No a la retirada de Chávez como presidente de Venezuela ha obtenido 4.991.483 votos ( un 58,25%), en contrapartida el Sí de la oposición con 3.576.517 votos ( 41,74%)ha perdido este referéndum. Con estos resultados Chávez podra seguir siendo presidente hasta el año 2007.
Este referéndum revocatorio -herramienta democrática ideada por Chávez para avalar la confianza del pueblo en el presidente- fue requerido por la oposición largos meses atrás mediante un número importante de firmas. La consulta aunque se encuadra en un episodio más de intento de desgaste y paralización del proceso social, promovido por Chávez desde que asumiera la presidencia en el año 2000, ha resultado ser una toma de fuerza del presidente.
Como era de esperar, la oposición (socialdemocracia, democrocristianos, ultra derecha y otros partidos menores) dice no reconocer y asumir el resultado electoral, aduciendo que estos comicios “han sido un gran fraude”. Estas afirmaciones contrastan con el reconocimiento de numerosos observadores internacionales tanto del resultado electoral como de la “normalidad” y “juego limpio” del transcurso de los comicios.
La respuesta política internacional al resultado del referéndum en el ámbito institucional ha sido prácticamente nula, o negativa, salvo en las bases militantes de una parte de la izquierda. George W. Bush, sumándose a la oposición de Chávez no reconoce tampoco el resultado electoral, reclamando una supervisión del transcurso de los comicios y el posterior recuento.
De nuevo esta posición gubernamental –aunque sea ajena a Venezuela- contrasta bastante si tenemos en cuenta que entre los observadores internacionales del referéndum, se encontraban dos expresidentes expertos en mediación y resolución de conflictos, César Gaviria ex presidente de Colombia y secretario general de la Organización de Estados Americanos, y James Carter ex presidente de EE.UU y presidente del Centro Carter.
Muy diferente ha sido la actitud de cierta izquierda en el ámbito internacional, viendo en estos comicios una esperanza para el pueblo venezolano y quizá –los más osados y creyentes- un inicio de cambios sociales de alcance planetario, en donde la democracia gana fuerza frente a políticas beligerantes y autoritarias provenientes de EE.UU.
La casi nulidad de incidentes durante la jornada electoral en un país como Venezuela donde hay altos índices de violencia, y la altísima movilización de los venezolanos para emitir su voto, muestran un triunfo de las formalidades democráticas sin precedentes en el país.
La alta participación de estos comicios por parte de la población no solo contrasta radicalmente con la que se dio en comicios anteriores en Venezuela, si no también con la que se ha dado en otras latitudes. Sirvan de ejemplos los últimos comicios al Parlamento Europeo –con récords históricos de abstención- o las ultimas elecciones a la presidencia de EE.UU, con muy poca participación y un manto de sospecha por fraude electoral en el Estado de Florida.
Este movimiento democrático si bien se encuadra en el populismo y el verbo fácil del presidente de Venezuela, también hay que atribuirlo a los inicios de cambios sociales en el país en favor de las clases más desfavorecidas. A esto hay que sumarle, el sentimiento de rechazo hacia las políticas intervencionistas en el extranjero por parte de EE.UU, y al rencor hacia la oligarquía y las clases medias del país.
Chávez, un militar implicado en movimientos políticos, salta a la escena con otros oficiales en una intentona golpista en el año 1992. El clamor popular y del ejercito hacen que el por entonces presidente Rafael Caldera le conceda el indulto. En los proximos años Chávez de la mano de los movimientos sociales se implicara activamente en la política, fundara con otros oficiales el Movimiento V República, y finalmente una coalición entre el Movimiento al Socialismo (MAS), Patria Para Todos(PPT), el Partido Comunista Venezolano (PCV) y el Movimiento Electoral del Pueblo (MEP), le aupara al poder.
Cuando Chávez llega al poder en el año 2000 se encuentra con una situación económica desastrosa y una clase política corrupta. Inmensas capas de población parecen omitidas y ocultadas por los políticos, la pobreza extrema y la falta de educación les había mantenido en el poder hasta la llegada de Chávez. El verbo fácil y las promesas de cambios, calan hondo entre los millones de invisibles.
Chávez habla de nacionalismo, fe y revolución. Inicia un proceso pseudo revolucionario sin enfrentarse directamente a los oligarcas y a las multinacionales, pero termina chocando con ellos. Destina una parte substanciosa del 20% de los beneficios estatales de la petrolera PDVSA a medidas sociales transformadoras. El gobierno crea nuevas escuelas, y empieza una ardua campaña de alfabetización, se invierte en sanidad, y se empieza un proceso de democracia participativa por medio de los movimientos sociales y estatales: la Revolución Bolivariana.
La nueva constitución de Venezuela es aprobada por referéndum por amplia mayoría. Las transformaciones sociales van acompañadas de tintes marxistas y nacionalistas, el gobierno entra en sintonía con el régimen cubano y se abre una línea de colaboración mutua bastante fluida.
En abril de 2002 una intentona golpista aparta momentáneamente a Chávez del poder. La oligarquía, los medios de comunicación privados, una facción del ejercito, y una ayuda internacional soterrada, secuestran a Chávez y ponen en el gobierno al presidente de la patronal Pedro Carmona.
Mientras la prensa privada venezolana –y gran parte de la internacional- habla de una rebelión por parte del pueblo y un pronunciamiento militar en contra de Chávez, el golpista Carmona suprime la Asamblea Nacional. Las capas sociales partidarias a Chávez se movilizan, gran parte del ejercito es leal a Chávez y ocupa el palacio de la Presidencia de Miraflores. El golpe fracasa y Chávez sale fortalecido del envite.
Un año después el sector petrolero le declara la guerra al presidente, empieza una huelga que durara semanas, afectando al suministro de crudo y llegando a paralizar el país. El suministro de crudo desciende de los 2,5 millones de barriles diarios a menos de 150 mil. Mientras el ejercito se hace cargo de la situación, Chávez llega a un acuerdo con los trabajadores y con la compañía petrolera. El suministro habitual de crudo se restablece pero queda latente que la PDVSA pese a estar nacionalizada, es un poder con plena autonomía en Venezuela.
Una vez más, el 80% del beneficio de la PDVSA desaparece entre tinieblas en la propia petrolera, el 20% restante queda en manos del gobierno venezolano.
El petróleo es la fuente de ganancias –y con fuerte distancia- más importante de beneficios de Venezuela. En la década de los años 80 del pasado siglo, en plena crisis mundial del petróleo y por lo tanto con un precio alto del barril de crudo, se destinaba un porcentaje mucho más elevado al vigente hacia el Estado e indirectamente al sector privado. Un 80% del beneficio absoluto de la petrolera creó entre otras cosas las clases altas y medias que hoy encabezan la oposición a Chávez. La no existencia de una industria consistente -a excepción de la petrolera- hizo que las importaciones crecieran a un ritmo vertiginoso en los buenos años, con ello la deuda externa del país y la fuerte inflación, con la estabilización hacia la baja de los precios del petroleo –mucho más después de la primera guerra del golfo ( 1991)- sumieron a Venezuela en una crisis que se arrastra hasta nuestros días.
Las clases medias empezaron a perder poder adquisitivo rápidamente, la corrupción política y la evasión de impuestos se puso al orden del día. El desempleo aumentó a un ritmo vertiginoso, afectando muy duramente a la ya mal parada clase baja de las áreas urbanas y rurales.
La no existencia de incidentes en Venezuela durante la jornada del referéndum esconde una división social que no se deriva estructuralmente por la subida de Chávez al poder. Chávez aprovechó –o si lo queremos: el pueblo aprovechó a Chávez- una coyuntura nacional e internacional en Venezuela para subir al poder y poner en marcha cambios que podrían ir más alla de las políticas compensatorias y asistenciales del estado del bienestar occidental.
La encrucijada que hoy vive Venezuela, más alla de los claros intereses de la oligarquía local y de las multinacionales del sector energético, es social en tanto y cuando afecta a dos sociedades diferentes. Por un lado, una capa social no tan minoritaria que bebió directa o indirectamente de los beneficios del petróleo en el pasado, que hoy ve que con la subida del precio del petróleo su situación no mejora, y por otro lado una inmensa mayoría de población que nunca tuvo nada que hoy ve en Chávez y en esta pseudo revolución, una esperanza para mejorar su situación y crear una sociedad con unos valores basados en la justicia social y en la colectividad.
En las dos sociedades enfrentadas, valga decir que dentro de ellas existen también diferencias. Dentro de los contrarios a Chávez, donde se enmarca la derecha más aferrima también se sitúan capas sociales moderadas de tintes socialdemócratas, dentro de los partidarios de Chávez hay vertientes políticas que apuestan por el cambio directo –la revolución verdadera- y otras que apuestan –sin animo de bromear- por el cambio tranquilo.
En los próximos días se ira viendo que forma toman las amenazas de la oposición política a Chávez, y hasta que punto la sociedad venezolana en su conjunto manifiesta la crispación y presión que lleva dentro.
El problema que tiene Venezuela es muy común en la mayoría de países del mundo. Un estado del bienestar o asistencial tanto en ese país como en otros dificilmente puede ser llevado a cabo por la presión económica internacional. La opción de Chávez puede que sirva para Venezuela en el futuro más inmediato si realmente es capaz de controlar sus recursos energéticos. Hoy por hoy la situación económica del país con Chávez no ha mejorado en terminos absolutos, de ahi las críticas de las clases medias que no ven mejorar su economía, pero hay que decir que por el contrario las clases más bajas tienen cierto soporte y esperanza. Quizá el país esté en la buena senda, no creo que se trate de ideología si no de supervivencia.
La otra encrucijada, la que marcara el paso irreversiblemente, es debida a la continua fluctuación en ascenso del precio del petróleo por la paralización de la producción en Iraq y la insuficiencia mundial para abastecer el mercado energético. Es por esto que la inestabilidad política o los cambios sociales son causa y efecto hoy más que nunca del presente y futuro para bien o para mal de países como Venezuela y el nuestro propio.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 17 Agosto 2004.
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