Haití en el punto de mira: “Trabajo para Antena 3 TV” y “No puedo respirar” - por Francesc Sánchez
“Trabajo para Antena 3 TV” y no “No puedo respirar”, fueron las ultimas palabras que pronunció Ricardo Ortega antes de su muerte. Se había desplazado a Haití para cubrir la guerra siendo corresponsal freelance de La Clave y de nuevo de Antena 3 TV.
Guerras difíciles de definir
Ricardo después de ser destituido de su trabajo como corresponsal de Antena 3 TV en New York, por sus crónicas criticas con el gobierno norteamericano desde Iraq y los EE.UU, pidió seis meses de excedencia y se desplazo a Haití cuando empezó la ultima ambigua guerra civil en forma de golpe de estado sangriento. Desde allí sin apenas medios técnicos y económicos realizaba crónicas para la revista La Clave en calidad de freelance, al tiempo que por la necesidad del mercado de noticias fue repescado por la cadena de televisión española Antena 3 TV.
Nos quería hacer llegar informaciones de lo que en Haití estaba pasando. El escenario de operaciones de la guerra de guerrillas en Haití, pese a que muchos dicen lo contrario, era peor que otros vividos por Ricardo en el pasado. Hay cierta semejanza a lo sucedido en Sierra Leona con los periodistas Miguel Gil y Kurth Short, muertos también en una guerra en la que no había bandos claramente definidos y en donde las líneas del campo de batalla brillaban por su ausencia. Este es el panorama que hay hoy mismo en Haití.
Generaciones de guerreros manipulados en guerras ocultas e inconfesables: Divide y vencerás
Los partidarios de Aristide, conocidos como “cheveres” se extienden por todo el país y en Puerto Príncipe no parece que vayan a recapitular. Son tropas armadas no convencionales, que a su vez se enfrentan a unos paramilitares comandados por los señores de la guerra. Estos señores de la guerra, han sido militares profesionales al cargo de los dictadores que gobernaban Haití antes de la llegada de Aristide al poder presidencial. El vacío de poder y la caída en picado de la poca estructura económica y de estado existente ha abocado a la población civil al saqueo sistemático de Puerto Príncipe. Al igual que en las ciudades iraquíes al finalizar la guerra oficial, la confusión y el caos se ha adueñado de la población, con el consentimiento de las tropas internacionales allí desplazadas.
Haití siendo uno de los países más pobres del mundo no dispone aparentemente de grandes recursos naturales o energéticos, pero sí de una buena situación geográfica, en términos económico-militares, buen enclave geoestratégico. EE.UU dispone de bases militares en la limítrofe República Dominicana, siendo enclave de vital importancia en el Caribe junto a la base de Guantánamo en la no lejana Cuba. Junto a los destacamentos de marines desplegados en Colombia para la lucha contra el narcotráfico y el poder político de las FARC, el enclave de Haití se suma ahora a los checkpoint estadounidenses de la región, estando cada vez más cerca de estados molestos como lo son Cuba o Venezuela, este ultimo fundamental para el abastecimiento de petróleo estadounidense y mundial.
Pongamos de contrapunto otras regiones del mundo. El enfrentamiento entre los diversos grupos armados en Sierra Leona y otros países africanos desde hace décadas ha facilitado enormemente la rapiña de diamantes, coltán, petróleo, y otras materias primas para las multinacionales. En Chechenia y toda la región cercana al mar Caspio sucede lo mismo. El caso de Iraq es la muestra más clara y cínica de esta política imperialista –porque lo és- y depredadora.
Aristide se presentó como el salvador de las causas perdidas, fue puesto en el poder durante la Administración Clinton por los norteamericanos, y representó ser un fiasco para la población que esperaba grandes cambios. También fue un fiasco para sus amigos norteamericanos al ser incapaz de controlar la situación de rebeldía emergente en el país, hecho que inquietó mucho a la vecina República Dominicana, temerosa de verse envuelta en una crisis humanitaria por la huida de cientos de miles de haitianos y también de algo peor, una guerra abierta. Los marines norteamericanos y los soldados franceses llegaron a Puerto Príncipe cuando dos tercios del país ya estaban bajo control de los rebeldes y ya habían muerto más de 1.000 personas. Estos conatos de rebeldía que siempre en el pasado han sido usados por los EE.UU y Francia –y que hoy no tiene porque ser de otro modo- no han sido capaces de organizar una alternativa de gobierno y organización de estado o social efectiva. El poder del país esta bajo las fuerzas extranjeras, podemos hablar de una ocupación silenciosa.
Mientras Aristide se encuentra en la República Centro Africana y lanza mensajes de “resistencia” a sus partidarios, la recolonización encubierta esta empezando. EE.UU en convivencia con Francia, estado con gran conocimiento de la región –Haití fue una de sus colonias-, sin aventurarnos demasiado podemos decir que han consentido y quizás potenciado o creado la actual inestabilidad en el país.
El pueblo de Haití, como el de Sierra Leona, Iraq, Palestina, el de Chechenia –tan conocido y querido por Ricardo- y muchos otros, con la desaparición de los periodistas tiene menos esperanza de sobrevivir. Ricardo lo sabia y quizá por eso fue a cubrir esa guerra, para contarnos todas estas cosas.
Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación - Redacción. Barcelona, 9 Marzo 2004.
9 Marzo 2004.
Directamente relacionado: - Las balas asesinan al periodista Ricardo Ortega en Haití
Artículos relacionados en los Suplementos: - Los medios, ¿en medio de qué? y Observando a América
Guerras difíciles de definir
Ricardo después de ser destituido de su trabajo como corresponsal de Antena 3 TV en New York, por sus crónicas criticas con el gobierno norteamericano desde Iraq y los EE.UU, pidió seis meses de excedencia y se desplazo a Haití cuando empezó la ultima ambigua guerra civil en forma de golpe de estado sangriento. Desde allí sin apenas medios técnicos y económicos realizaba crónicas para la revista La Clave en calidad de freelance, al tiempo que por la necesidad del mercado de noticias fue repescado por la cadena de televisión española Antena 3 TV.
Nos quería hacer llegar informaciones de lo que en Haití estaba pasando. El escenario de operaciones de la guerra de guerrillas en Haití, pese a que muchos dicen lo contrario, era peor que otros vividos por Ricardo en el pasado. Hay cierta semejanza a lo sucedido en Sierra Leona con los periodistas Miguel Gil y Kurth Short, muertos también en una guerra en la que no había bandos claramente definidos y en donde las líneas del campo de batalla brillaban por su ausencia. Este es el panorama que hay hoy mismo en Haití.
Generaciones de guerreros manipulados en guerras ocultas e inconfesables: Divide y vencerás
Los partidarios de Aristide, conocidos como “cheveres” se extienden por todo el país y en Puerto Príncipe no parece que vayan a recapitular. Son tropas armadas no convencionales, que a su vez se enfrentan a unos paramilitares comandados por los señores de la guerra. Estos señores de la guerra, han sido militares profesionales al cargo de los dictadores que gobernaban Haití antes de la llegada de Aristide al poder presidencial. El vacío de poder y la caída en picado de la poca estructura económica y de estado existente ha abocado a la población civil al saqueo sistemático de Puerto Príncipe. Al igual que en las ciudades iraquíes al finalizar la guerra oficial, la confusión y el caos se ha adueñado de la población, con el consentimiento de las tropas internacionales allí desplazadas.
Haití siendo uno de los países más pobres del mundo no dispone aparentemente de grandes recursos naturales o energéticos, pero sí de una buena situación geográfica, en términos económico-militares, buen enclave geoestratégico. EE.UU dispone de bases militares en la limítrofe República Dominicana, siendo enclave de vital importancia en el Caribe junto a la base de Guantánamo en la no lejana Cuba. Junto a los destacamentos de marines desplegados en Colombia para la lucha contra el narcotráfico y el poder político de las FARC, el enclave de Haití se suma ahora a los checkpoint estadounidenses de la región, estando cada vez más cerca de estados molestos como lo son Cuba o Venezuela, este ultimo fundamental para el abastecimiento de petróleo estadounidense y mundial.
Pongamos de contrapunto otras regiones del mundo. El enfrentamiento entre los diversos grupos armados en Sierra Leona y otros países africanos desde hace décadas ha facilitado enormemente la rapiña de diamantes, coltán, petróleo, y otras materias primas para las multinacionales. En Chechenia y toda la región cercana al mar Caspio sucede lo mismo. El caso de Iraq es la muestra más clara y cínica de esta política imperialista –porque lo és- y depredadora.
Aristide se presentó como el salvador de las causas perdidas, fue puesto en el poder durante la Administración Clinton por los norteamericanos, y representó ser un fiasco para la población que esperaba grandes cambios. También fue un fiasco para sus amigos norteamericanos al ser incapaz de controlar la situación de rebeldía emergente en el país, hecho que inquietó mucho a la vecina República Dominicana, temerosa de verse envuelta en una crisis humanitaria por la huida de cientos de miles de haitianos y también de algo peor, una guerra abierta. Los marines norteamericanos y los soldados franceses llegaron a Puerto Príncipe cuando dos tercios del país ya estaban bajo control de los rebeldes y ya habían muerto más de 1.000 personas. Estos conatos de rebeldía que siempre en el pasado han sido usados por los EE.UU y Francia –y que hoy no tiene porque ser de otro modo- no han sido capaces de organizar una alternativa de gobierno y organización de estado o social efectiva. El poder del país esta bajo las fuerzas extranjeras, podemos hablar de una ocupación silenciosa.
Mientras Aristide se encuentra en la República Centro Africana y lanza mensajes de “resistencia” a sus partidarios, la recolonización encubierta esta empezando. EE.UU en convivencia con Francia, estado con gran conocimiento de la región –Haití fue una de sus colonias-, sin aventurarnos demasiado podemos decir que han consentido y quizás potenciado o creado la actual inestabilidad en el país.
El pueblo de Haití, como el de Sierra Leona, Iraq, Palestina, el de Chechenia –tan conocido y querido por Ricardo- y muchos otros, con la desaparición de los periodistas tiene menos esperanza de sobrevivir. Ricardo lo sabia y quizá por eso fue a cubrir esa guerra, para contarnos todas estas cosas.
Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación - Redacción. Barcelona, 9 Marzo 2004.
9 Marzo 2004.
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