Crónica de una concentración por la lucha por los derechos de los inmigrantes
Con varios días de retraso escribo unas pequeñas palabras sobre la concentración en favor de la inmigración y en contra de la ley de extranjería del 31 de Enero en Madrid.
La concentración se celebró en la madrileña Puerta del Sol a las seis de la tarde, el día era lluvioso, frío y la afluencia no fue impresionante.
Esa tarde del Sábado 31 pocas horas antes de salir de Madrid me dirigí hacia la Puerta del Sol, lo hice por las calles de Lavapies. Para quién no conozca el barrio de Lavapies, desde aquí lanzarle una proclama a los lectores por visitarlo y a ser posible a pata desde los barrios colindantes, para apreciar mejor sus cambios.
Sobre las seis de la tarde numerosas personas se iban situando en el centro de la Puerta de el Sol, no eran muchos, pero pese a la lluvia ahí estaban. Estamos hablando personas integrantes de una amplia gama de colectivos y organizaciones, al menos así lo rezaban sus pancartas, panfletos y manifiestos que iban repartiendo a la gente.
“Contra la ley de extranjería”, “Regularización ¡Ya!”, “Cierre de los centros de internamiento”, “no a la represión y las deportaciones”, “no a la constitución de la Europa Fortaleza”, “Nativos o inmigrantes”, “la misma clase obrera”, eran los lemas y consignas de la Asamblea Contra la Globalización Capitalista y la Guerra *, los convocantes de la concentración.
EID - "Esta ley de extranjería el racismo más amplia", Puerta del Sol / Madrid, 31 Enero 2004.
Fue llegando gente pero sin necesidad de cortar ninguna calle por desbordamiento de la misma en la plaza. La lluvia azuzaba, mientras los organizadores desde una camioneta con megafonía reivindicaban: “La igualdad de derechos y deberes para todas las personas sin discriminación alguna por razón de sexo, creencia, nacionalidad o lugar de nacimiento;”, “la regularización incondicional para todos los ‘sin papeles’ y su libertad de movimiento y residencia”, “el cierre inmediato de todos los Centros de Internamiento en toda Europa y el cese de las deportaciones;”, “el derecho a la ciudadanía y residencia permanente para todas y todos. Pleno derecho de reunión, asociación manifestación y voto para las personas inmigradas;”, “el reconocimiento pleno del derecho de asilo, incluyendo la violación como motivo del mismo;”, “el reconocimiento de los derechos de la mujer inmigrada y la consideración del maltrato doméstico, la violencia o la explotación sexual como causas suficientes para la concesión de los permisos de trabajo y residencia;”, “el fin de la explotación y de la nueva esclavitud. Exigimos derechos laborales iguales para todos y reivindicamos para todos los trabajadores –inmigrantes o no- el derecho a un trabajo digno, no precario y justamente pagado;”, “y el respeto de los menores inmigrantes. Reconocimiento del interés superior del menor por encima de cualquier ley o tratado.”.
El ambiente como se suele decir en estos actos fue festivo y reivindicativo, había algunos policías dispersos a lo largo de la plaza pero no se reportó ningún incidente.
Días después me comentaba una compañera que casualmente pasaba por allí y se encontró con la concentración que “habían inmigrantes pero sobre todo en los bordes de la concentración, como si pasaran por allí”, y es cierto yo también lo vi, para lo que representaba el acto faltaba mucha gente allí. ¿Dónde estaba toda esa gente que había visto momentos antes en Lavapies?
Comentando con otro compañero la concentración y la problemática que denunciaba, porque es un problema y existe, dilucidamos que los nuevos venidos quizá no acaban de luchar por lo suyo por diversos factores, uno de ellos la falta de tiempo. Estas luchas de hoy en día a diferencia de las de muchas décadas atras se caracterizan por la cohabitación con el sistema establecido aunque se luche por cambiarlo, los inmigrantes protagonistas de esos dignos mensajes tienen como máxima preocupación: comer, sobrevivir en nuestro mundo. Y este aunque parecido, ha cambiado, no es el de finales ni principios del siglo XIX. La ausencia de derechos, les hace ser ciudadanos de segunda categoría, cuando no invisibles si se encuentran sin papales en condición de ilegales. Entonces no es de extrañar que cualquier menor crítica o lucha les reporte en el mejor de los casos la perdida de su trabajo basura y en el peor la expulsión o deportación a su país de origen. Son los nuevos esclavos. Estas dinámicas sociales y laborales, son las que se van implantando desde el gran capital, la aceptación obligada por los nuevos llegados esta cambiando en general las condiciones laborales para todos. El sistema económico así decapita los derechos conseguidos por las luchas obreras en el pasado y enfrenta a los nuevos llegados con los que ya llevan generaciones viviendo en este país.
Los inmigrantes, yo mismo a la cabeza, al llegar a un nuevo lugar, nos encontramos ante lo desconocido, es bien normal que las costumbres de los nativos conlleven su tiempo en ser aprendidas, pero no olvidemos que toda sociedad libre debería tener reciprocidad entre todos sus integrantes. También es normal que los llegados de otro lugar se reagrupen entre ellos para ayudarse, pero muy negativo seria que solo les quedara esa opción ante la exclusión de los otros. Entonces estaríamos hablando de guetos y de sociedades desconectadas entre si, donde las diferencias aumentarían día a día sucumbiendo así los inmigrantes ante los establecidos y sobre todo ante los privilegiados que dominan el poder económico. La diferencia cultural en lugar de ser un elemento excluyente debería de ser algo que nos hiciese aprender de la diferencia ante el otro, ante diversos modos de pensar y vivir, en donde quedarse con lo positivo y superar lo negativo entre todos.
La migración evidentemente es un derecho, a ejercer libremente pero no falto de problemas, mas o menos llevaderos estos serán dependiendo de la receptividad de los establecidos ante los nuevos llegados, y claro, de las nunca fáciles connivencias humanas.
* La Asamblea Contra la Globalización Capitalista y la Guerra, actualmente esta constituida por las siguientes organizaciones y colectivos: CGT, Ruptura, Jóvenes de IU-Latina, Cristianos de Base, Derechos para tod@s, Vindicación Feminista, Juventud Comunista, Plataforma de Mujeres 2000, Plataforma contra la Guerra de la Sierra Norte, Coordinadora de Inmigrantes (COIN), Asoc. Pablo de la Torriente Brau, Cristianos por el Socialismo, Asamblea Social de Rivas, Plataforma Pinto contra la Guerra, Partido Comunista de Madrid, ‘Nasi Dom’, Comité por la República, CJC Madrid, Casapueblos, PRT-Izquierda Castellana, Corriente Roja, PCPE, Coordinadora Sindical de Madrid, CAUM, Coordinadora Solidaridad con Cuba de Madrid, Organización Comunista Octubre, Plat. Antiglobalización de Getafe, Plat. De Ciudadanos por la República, Mayores Ecologistas de Ciudad Lineal.
Francesc Sánchez – Marlowe. Madrid - Barcelona, 6 Febrero 2004.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
Artículo relacionado: - Migrar: un derecho fundamental - por Andrea Benites Dumont
La concentración se celebró en la madrileña Puerta del Sol a las seis de la tarde, el día era lluvioso, frío y la afluencia no fue impresionante.
Esa tarde del Sábado 31 pocas horas antes de salir de Madrid me dirigí hacia la Puerta del Sol, lo hice por las calles de Lavapies. Para quién no conozca el barrio de Lavapies, desde aquí lanzarle una proclama a los lectores por visitarlo y a ser posible a pata desde los barrios colindantes, para apreciar mejor sus cambios.
Sobre las seis de la tarde numerosas personas se iban situando en el centro de la Puerta de el Sol, no eran muchos, pero pese a la lluvia ahí estaban. Estamos hablando personas integrantes de una amplia gama de colectivos y organizaciones, al menos así lo rezaban sus pancartas, panfletos y manifiestos que iban repartiendo a la gente.
“Contra la ley de extranjería”, “Regularización ¡Ya!”, “Cierre de los centros de internamiento”, “no a la represión y las deportaciones”, “no a la constitución de la Europa Fortaleza”, “Nativos o inmigrantes”, “la misma clase obrera”, eran los lemas y consignas de la Asamblea Contra la Globalización Capitalista y la Guerra *, los convocantes de la concentración.
EID - "Esta ley de extranjería el racismo más amplia", Puerta del Sol / Madrid, 31 Enero 2004.
Fue llegando gente pero sin necesidad de cortar ninguna calle por desbordamiento de la misma en la plaza. La lluvia azuzaba, mientras los organizadores desde una camioneta con megafonía reivindicaban: “La igualdad de derechos y deberes para todas las personas sin discriminación alguna por razón de sexo, creencia, nacionalidad o lugar de nacimiento;”, “la regularización incondicional para todos los ‘sin papeles’ y su libertad de movimiento y residencia”, “el cierre inmediato de todos los Centros de Internamiento en toda Europa y el cese de las deportaciones;”, “el derecho a la ciudadanía y residencia permanente para todas y todos. Pleno derecho de reunión, asociación manifestación y voto para las personas inmigradas;”, “el reconocimiento pleno del derecho de asilo, incluyendo la violación como motivo del mismo;”, “el reconocimiento de los derechos de la mujer inmigrada y la consideración del maltrato doméstico, la violencia o la explotación sexual como causas suficientes para la concesión de los permisos de trabajo y residencia;”, “el fin de la explotación y de la nueva esclavitud. Exigimos derechos laborales iguales para todos y reivindicamos para todos los trabajadores –inmigrantes o no- el derecho a un trabajo digno, no precario y justamente pagado;”, “y el respeto de los menores inmigrantes. Reconocimiento del interés superior del menor por encima de cualquier ley o tratado.”.
El ambiente como se suele decir en estos actos fue festivo y reivindicativo, había algunos policías dispersos a lo largo de la plaza pero no se reportó ningún incidente.
Días después me comentaba una compañera que casualmente pasaba por allí y se encontró con la concentración que “habían inmigrantes pero sobre todo en los bordes de la concentración, como si pasaran por allí”, y es cierto yo también lo vi, para lo que representaba el acto faltaba mucha gente allí. ¿Dónde estaba toda esa gente que había visto momentos antes en Lavapies?
Comentando con otro compañero la concentración y la problemática que denunciaba, porque es un problema y existe, dilucidamos que los nuevos venidos quizá no acaban de luchar por lo suyo por diversos factores, uno de ellos la falta de tiempo. Estas luchas de hoy en día a diferencia de las de muchas décadas atras se caracterizan por la cohabitación con el sistema establecido aunque se luche por cambiarlo, los inmigrantes protagonistas de esos dignos mensajes tienen como máxima preocupación: comer, sobrevivir en nuestro mundo. Y este aunque parecido, ha cambiado, no es el de finales ni principios del siglo XIX. La ausencia de derechos, les hace ser ciudadanos de segunda categoría, cuando no invisibles si se encuentran sin papales en condición de ilegales. Entonces no es de extrañar que cualquier menor crítica o lucha les reporte en el mejor de los casos la perdida de su trabajo basura y en el peor la expulsión o deportación a su país de origen. Son los nuevos esclavos. Estas dinámicas sociales y laborales, son las que se van implantando desde el gran capital, la aceptación obligada por los nuevos llegados esta cambiando en general las condiciones laborales para todos. El sistema económico así decapita los derechos conseguidos por las luchas obreras en el pasado y enfrenta a los nuevos llegados con los que ya llevan generaciones viviendo en este país.
Los inmigrantes, yo mismo a la cabeza, al llegar a un nuevo lugar, nos encontramos ante lo desconocido, es bien normal que las costumbres de los nativos conlleven su tiempo en ser aprendidas, pero no olvidemos que toda sociedad libre debería tener reciprocidad entre todos sus integrantes. También es normal que los llegados de otro lugar se reagrupen entre ellos para ayudarse, pero muy negativo seria que solo les quedara esa opción ante la exclusión de los otros. Entonces estaríamos hablando de guetos y de sociedades desconectadas entre si, donde las diferencias aumentarían día a día sucumbiendo así los inmigrantes ante los establecidos y sobre todo ante los privilegiados que dominan el poder económico. La diferencia cultural en lugar de ser un elemento excluyente debería de ser algo que nos hiciese aprender de la diferencia ante el otro, ante diversos modos de pensar y vivir, en donde quedarse con lo positivo y superar lo negativo entre todos.
La migración evidentemente es un derecho, a ejercer libremente pero no falto de problemas, mas o menos llevaderos estos serán dependiendo de la receptividad de los establecidos ante los nuevos llegados, y claro, de las nunca fáciles connivencias humanas.
* La Asamblea Contra la Globalización Capitalista y la Guerra, actualmente esta constituida por las siguientes organizaciones y colectivos: CGT, Ruptura, Jóvenes de IU-Latina, Cristianos de Base, Derechos para tod@s, Vindicación Feminista, Juventud Comunista, Plataforma de Mujeres 2000, Plataforma contra la Guerra de la Sierra Norte, Coordinadora de Inmigrantes (COIN), Asoc. Pablo de la Torriente Brau, Cristianos por el Socialismo, Asamblea Social de Rivas, Plataforma Pinto contra la Guerra, Partido Comunista de Madrid, ‘Nasi Dom’, Comité por la República, CJC Madrid, Casapueblos, PRT-Izquierda Castellana, Corriente Roja, PCPE, Coordinadora Sindical de Madrid, CAUM, Coordinadora Solidaridad con Cuba de Madrid, Organización Comunista Octubre, Plat. Antiglobalización de Getafe, Plat. De Ciudadanos por la República, Mayores Ecologistas de Ciudad Lineal.
Francesc Sánchez – Marlowe. Madrid - Barcelona, 6 Febrero 2004.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.
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