El francotirador democrático

No ironizo, tampoco lo justifico. Estoy mencionando a ese individuo que desde hace días mata a personas con su rifle en Washington D.F., da igual como sea su víctima, no importa el sexo, la etnia, la condición social o la edad, democráticamente para este individuo todos son objetivos. Se autodenomina Dios.

Y ya van nueve, la ultima víctima fue una mujer que salía de un supermercado, casualmente trabajaba para el FBI, podría haber sido vendedora de flores, da lo mismo. La policía va buscando a este tal Dios por todas partes y no lo encuentra, se desvanece después de asesinar. Usaran el sistema de localización geográfica por satélite, legalmente, esta vez si. Mientras tanto, se desconoce quién puede ser y cuales pueden ser sus motivos, si es que tiene algunos, yo lo dudo, la sociedad americana ha producido personajes nihilistas por doquier. Dicen que puede estar loco, y puede ser, como ese otro que en Turín ha matado a no se cuantos y luego se ha suicidado, me recuerda a aquel otro francés que hizo lo propio hace unos meses. El francés en cuestión manifestó que su vida no tenía sentido, que era un fracasado, que la sociedad le había dejado de lado y ya no tenía fuerzas para nada, se acabo suicidando.

De locos hay muchos, pero algunos tienen alta responsabilidad y justifican sus actos salvajes y del todo injustificables, me vienen a la cabeza, los grandes dictadores, criminales de guerra con miles de muertos bajo sus mandatos. Sé que alguien puede pensar que esos otros locos no están locos, entonces podríamos también pensar que estos locos menores, asesinos y suicidas, tampoco lo están, sencillamente son una resultante de una situación. Diríamos aquello de: mala gente, o gente que se ve sin salida que hace pagar sus problemas a los demás. Sin embargo, las causas de estos fenómenos sociales, porque lo son, hasta el nihilismo lo es, hay que buscarlas en la sociedad.

Pasa lo mismo con el terrorismo internacional, unos individuos que no los conoce nadie, de repente siembran el terror en nuestras ciudades o intereses en países lejanos, como en Bali. Nada entendemos, porque las causas no son una o dos, o tres, son muchisimas, y el nihilista ya poco le importan, sencillamente siembra el caos y la destrucción. Ni en EE.UU, ni en el resto del mundo, los parches sociales parecen ser suficientes para ingente personal que pierde la fé en su vida y en la de los demás. Diríamos aquello de que la sociedad, toda ella se ha de cambiar, renovar. Quién sabe, puede que solo sea una racha extraña, que bien todos los poderes pueden aprovechar para su beneficio, algo normal a pensar cuando se ha estado fomentando durante largo tiempo, pero es jugar con fuego, al nihilista nada le importa, porque sabe que él es la nada.

Marlowe. Barcelona. 16 Octubre 2002