Ha muerto Copito de Nieve - por Francesc Sánchez

“Exigimos que la comunidad de los iguales se haga extensiva a todos los grandes simios: los seres humanos, los chimpancés, los gorilas y los orangutanes.” *, inicio de la Declaración de los Grandes Simios.

Copito de Nieve, después de estar meses enfermo de un cáncer de piel ha tenido una muerte digna por eutanasia. Pero su vida no fue tan digna, pues la vivió mayormente entre rejas.

Copito de Nieve, el gorila albino, nació en 1964 en Guinea Ecuatorial, unos cazadores dieron muerte a su madre y un explorador lo encontró por casualidad, después de comprarlo se lo trajo a Barcelona. En 1966 ingreso en una celda del Zoológico de Barcelona sin haber cometido delito alguno. Hasta nuestros días Copito de Nieve ha sigo expuesto al publico como otros animales, su albinismo característico y único en su especie ha hecho que este gorila fuese la estrella, o pieza más rentable del Zoológico durante casi 38 años.

Recuerdo que yo también pequé de niño yendo al zoológico, viendo a los animales, muchos de ellos solo vistos en libros o en la televisión por encontrarse en lugares remotos, fue así como conocí a Copito. Siempre con cara impasible, como cansado de la vida, pero controlando la situación. Me pareció un gran tipo.

Hoy ya con algunos años más comprendo la existencia de los zoológicos y su porque. Según los veterinarios y políticos se trata de intentar que algunas especies en peligro de extinción procreen y dejen de estar así en peligro, para luego repoblar de nuevo esos lugares remotos de donde fueron arrestados por su propio bien... aunque algunos como Copito vivan en cautividad toda su vida. La otra realidad es la de la mayoría de animales que entran en un zoológico o nacen en él, y ya nunca lo abandonan, exponiéndose a un publico de humanos –personas en teoría- y que quieren divertirse contemplándonos diariamente. Los zoológicos fueron creación del siglo XIX, en plena efervescencia positivista y enciclopedista, en los tiempos de los descubrimientos, del imperialismo y el colonialismo, nos trajimos a los animales, y hoy en día, pese a que quieran camuflarse de Arca de Noe de un mundo que estamos destruyendo y encontrar así un nuevo sentido, son una pieza anacrónica y obsoleta de ese pasado.

Arduo trabajo el de Copito al ser la estrella, sin ningún tipo de remuneración, pues era un recluso más, pese a tener trato de favor en algunas cosas por su originalidad como único ejemplar blanco en los gorilas, era también objeto de pruebas y estudios por el mero hecho de ser genuino. Tuvo gran descendencia, se le fraguo bien para que la tuviera, concediéndole las mejores feminas de su especie, para así proseguir los estudios que resultaron infructuosos ante la nula descendencia blanca.

Finalmente, Copito fue retirado de la vista a los curiosos cuando ya su enfermedad estaba avanzando, fue una medida loable por parte de sus carceleros en pro de Copito respetando así su intimidad, y claro también sobre todo en pro de los ciudadanos, pues nadie quiere contemplar la muerte de un ser vivo, aunque se trate de un gorila.

La Declaración de los Grandes Simios existe, y es parte de una incitativa llamada “Proyecto del Gran Simio”, estas curiosas personas pretenden que los grandes simios, incluidos los seres humanos, tengan derecho a la vida, una protección para la libertad individual, y el derecho a no ser torturados. Y es bien normal, pues el derecho natural no existe, es una mera convención social que no se aplica ni a las personas, de ahí la historia de Copito.

* El Proyecto Gran Simio - http://www.proyectogransimio.org/

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona, 26 Noviembre 2003.
Equipo de Redactores, El Inconformista Digital.