Saltar la valla - por Francesc Sánchez
"La pasada madrugada setecientos sudsaharianos intentaron saltar la valla que se extiende a lo largo de las tierras fronterizas entre Ceuta y Marruecos; en el intento al menos cinco de ellos perdieron la vida a causa de circunstancias aún no aclaradas."
Tensión y muerte en la frontera sur
Saltar la valla - por Francesc Sánchez
La pasada madrugada setecientos sudsaharianos intentaron saltar la valla que se extiende a lo largo de las tierras fronterizas entre Ceuta y Marruecos; en el intento al menos cinco de ellos perdieron la vida a causa de circunstancias aún no aclaradas.
En un primer momento, según el delegado del gobierno de Ceuta Jerónimo Nieto, algunas de estas muertes podrían haberse producido por el aplastamiento y las heridas en el momento de saltar la valla. Algunos heridos en el transcurso del salto podrían confirmar esta teoría, sin embargo horas más tarde, desde otras fuentes se ha asegurado que en la noche se produjeron disparos, y que al menos tres de las víctimas mortales tenían agujeros de bala en sus cuerpos.
Al hilo de esta versión de los hechos, horas más tarde, primero la agencia de noticias marroquí MAP, decía que la Guardia Civil había matado a cinco inmigrantes en la valla de Ceuta; poco después la policía nacional española afirmaba que los marroquíes dispararon contra los inmigrantes.
Ante estos hechos el gobierno español ha decidido desplegar cuatro destacamentos militares –480 soldados– en las zonas fronterizas de las ciudades autónomas. Medida disuasoria –según el gobierno– que se suma a la tomada semanas atrás, de duplicar la altura de las vallas, pasando estas a tener seis metros de altura.
Este salto de la valla de Ceuta ha tenido mortales consecuencias, pero no es el primero, se suma a muchos otros. Los anteriores, con pocas horas de diferencia entre sí, fueron un día antes en la ciudad de Melilla. Cientos de sudsaharianos trataron de saltar la valla con decenas de escaleras que ellos mismos habían fabricado.
En las noches de Melilla la escena se ha venido repitiendo en los últimos meses. En el ultimo mes han muerto al menos tres inmigrantes por causas poco claras. Miles de ellos se han estado amontonando en las colinas cercanas donde viven en condiciones infrahumanas ante la pasividad marroquí y española.
En su periplo interminable desde sus países de origen, estas personas han atravesado inmensos territorios durante meses; caídos en manos de mafias que les han acercado previo pago hacia el ultimo confín africano para tratar de saltar las vallas, o cruzar el estrecho hasta la costa española en miserables embarcaciones por un nuevo valor tasado. Mientras las viejas rutas de esclavos parecen emerger de nuevo en el siglo XXI, los inmigrantes tratan de dejar atrás la miseria y el hambre, soñando con llegar a una idea de Primer Mundo, meta que en la mayoría de casos –si tienen la inmensa suerte de alcanzar el objetivo– les reportara nuevas penalidades.
Mientras se producían las acusaciones mutuas ante la muerte a balazos de los cinco inmigrantes, el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y Driss Jettu –representante del estado marroquí– celebraban una cumbre en Sevilla, para hablar entre otras cuestiones de la inmigración. Ante los hechos acaecidos en la frontera de Ceuta ha imperado el mutismo, anunciandose que se realizará una investigación para averiguar que es lo que ha sucedido.
Sin embargo, más allá de la cautela y las buenas palabras que emanan de la diplomacia bilateral entre los dos países, los recelos son latentes.
Marruecos se muestra incapaz de controlar y soportar la importante carga que representan estos grandes flujos migratorios. Pero al mismo tiempo considera las dos ciudades autónomas españolas como parte de su territorio. Reclamaciones que a su vez, siempre han servido a la monarquía alauita para desviar la atención de la población del conflicto del Sahara Occidental, y de los propios problemas internos que conlleva el mantener un régimen dictatorial.
Circunstancias y ambiciones patrias que ante los últimos acontecimientos pueden representar una importante baza para la monarquía vecina en sus negociaciones. Para España estos flujos migratorios no reglados y soportados por dos pequeñas plazas hincadas en África, si no se dispone de la ayuda efectiva del país vecino, pueden representar un importante dolor de cabeza. Para Marruecos, éste fenómeno puede ser una importante arma con la que chantajear sutilmente a España.
Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación - Redacción. Barcelona, 30 Septiembre 2005.
Artículo nexo relacionado - Tensión y muerte en la frontera sur
Tensión y muerte en la frontera sur
Saltar la valla - por Francesc Sánchez
La pasada madrugada setecientos sudsaharianos intentaron saltar la valla que se extiende a lo largo de las tierras fronterizas entre Ceuta y Marruecos; en el intento al menos cinco de ellos perdieron la vida a causa de circunstancias aún no aclaradas.
En un primer momento, según el delegado del gobierno de Ceuta Jerónimo Nieto, algunas de estas muertes podrían haberse producido por el aplastamiento y las heridas en el momento de saltar la valla. Algunos heridos en el transcurso del salto podrían confirmar esta teoría, sin embargo horas más tarde, desde otras fuentes se ha asegurado que en la noche se produjeron disparos, y que al menos tres de las víctimas mortales tenían agujeros de bala en sus cuerpos.
Al hilo de esta versión de los hechos, horas más tarde, primero la agencia de noticias marroquí MAP, decía que la Guardia Civil había matado a cinco inmigrantes en la valla de Ceuta; poco después la policía nacional española afirmaba que los marroquíes dispararon contra los inmigrantes.
Ante estos hechos el gobierno español ha decidido desplegar cuatro destacamentos militares –480 soldados– en las zonas fronterizas de las ciudades autónomas. Medida disuasoria –según el gobierno– que se suma a la tomada semanas atrás, de duplicar la altura de las vallas, pasando estas a tener seis metros de altura.
Este salto de la valla de Ceuta ha tenido mortales consecuencias, pero no es el primero, se suma a muchos otros. Los anteriores, con pocas horas de diferencia entre sí, fueron un día antes en la ciudad de Melilla. Cientos de sudsaharianos trataron de saltar la valla con decenas de escaleras que ellos mismos habían fabricado.
En las noches de Melilla la escena se ha venido repitiendo en los últimos meses. En el ultimo mes han muerto al menos tres inmigrantes por causas poco claras. Miles de ellos se han estado amontonando en las colinas cercanas donde viven en condiciones infrahumanas ante la pasividad marroquí y española.
En su periplo interminable desde sus países de origen, estas personas han atravesado inmensos territorios durante meses; caídos en manos de mafias que les han acercado previo pago hacia el ultimo confín africano para tratar de saltar las vallas, o cruzar el estrecho hasta la costa española en miserables embarcaciones por un nuevo valor tasado. Mientras las viejas rutas de esclavos parecen emerger de nuevo en el siglo XXI, los inmigrantes tratan de dejar atrás la miseria y el hambre, soñando con llegar a una idea de Primer Mundo, meta que en la mayoría de casos –si tienen la inmensa suerte de alcanzar el objetivo– les reportara nuevas penalidades.
Mientras se producían las acusaciones mutuas ante la muerte a balazos de los cinco inmigrantes, el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y Driss Jettu –representante del estado marroquí– celebraban una cumbre en Sevilla, para hablar entre otras cuestiones de la inmigración. Ante los hechos acaecidos en la frontera de Ceuta ha imperado el mutismo, anunciandose que se realizará una investigación para averiguar que es lo que ha sucedido.
Sin embargo, más allá de la cautela y las buenas palabras que emanan de la diplomacia bilateral entre los dos países, los recelos son latentes.
Marruecos se muestra incapaz de controlar y soportar la importante carga que representan estos grandes flujos migratorios. Pero al mismo tiempo considera las dos ciudades autónomas españolas como parte de su territorio. Reclamaciones que a su vez, siempre han servido a la monarquía alauita para desviar la atención de la población del conflicto del Sahara Occidental, y de los propios problemas internos que conlleva el mantener un régimen dictatorial.
Circunstancias y ambiciones patrias que ante los últimos acontecimientos pueden representar una importante baza para la monarquía vecina en sus negociaciones. Para España estos flujos migratorios no reglados y soportados por dos pequeñas plazas hincadas en África, si no se dispone de la ayuda efectiva del país vecino, pueden representar un importante dolor de cabeza. Para Marruecos, éste fenómeno puede ser una importante arma con la que chantajear sutilmente a España.
Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación - Redacción. Barcelona, 30 Septiembre 2005.
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