Leyes para espiar a los ciudadanos en el Reino Unido

El primer ministro Tony Blair da luz verde al espionaje de los ciudadanos británicos por parte del servicio secreto, la policía, diversos ministerios y ayuntamientos. La medida que haría posible el rastreo de correos electrónicos y llamadas telefónicas, para luchar en contra del terrorismo y el crimen en general, podrá ser ejecutada sin la mediación de un juez.

Tony Blair haciendo caso de su ministro de interior David Blunkett, y en sincronía con la actual política de los EE.UU en la prevención del terrorismo y del crimen en general a través de los campos telefónicos y telematicos, se dispone a hacer lo mismo en territorio Británico.

Las medidas de espionaje, se precisan en el rastreo de correos electrónicos y llamadas telefónicas sin entrar en el contenido de las mismas. Los proveedores de telefonía tanto fija como móvil deberán ofrecer los listados de llamadas a las autoridades competentes siempre que estas los requieran. Algo parecido pasa con los correos electrónicos y los movimientos de los usuarios por Internet, el servidor de Internet forzosamente deberá pasar los - logs - de movimientos a la policía, ministerios o incluso ayuntamientos.

La llamada sociedad civil en el Reino Unido ha puesto el grito en el cielo considerando que de hacerse efectiva esta ley estaría en peligro la privacidad, periódicos como - The Guardian - hablan de la muerte de las libertades británicas.

Al paquete de medidas de seguridad del ministro de interior David Blunkeft hay que sumarle sus manifestaciones de - segregar - a los inmigrantes que viven en la Gran Bretaña en condición de exiliados políticos, haciendo que por ejemplo sus hijos no acudan a centros de enseñanza convencionales si no de especiales dentro de su comunidad, palabras que los políticos de izquierda han condenado, haciéndole pedir al ministro de interior que las rectifique y las olvide.

Volviendo a la - ley de barra libre - para el espionaje a la ciudadanía, tenemos que mencionar el ya conocido sistema de rastreo a escala mundial Echellon , en el cual el Reino Unido participa activamente, pudiendo ser claramente estas medidas una puesta en practica a escala local del proyecto dentro de toda legalidad.

Echellon la red de espionaje a escala mundial creada por Estados Unidos, y participada por el Reino Unido, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, funciona desde hace años y con más esmero desde el 11 de Septiembre. Todo tipo de mensajes enviados por Internet, fax, teléfono, o cualquier otra modalidad de comunicación por sistemas informáticos basados en cable o por ondas pueden ser interceptados por satélites de la Agencia de Seguridad Nacional (ASN) de los EE.UU, donde posteriormente se analizan los datos según su importancia y se reparten a las agencias de seguridad de diferentes países aliados. Desde la Unión Europea se ha criticado la acción del Reino Unido y los EE.UU, en innumerables ocasiones, ya que consideran que sufren sus altas instancias, empresas y ciudadanos un espionaje ilegal, que bien podría usarse para fines que distan mucho de la llamada guerra antiterrorista, serian pues: fines meramente comerciales.

El hecho de que el gobierno haya espiado a los ciudadanos de cualquier país de forma masiva, no es algo nuevo. En Estados Unidos, en 1969 la CIA se infiltro en la Asociación Nacional de Estudiantes obteniendo la complicidad del gremio de periódicos del país; en 1972-1974 los periodistas Carl Bernstein y Bod Woodward del Whasington Post, descubrieron el espionaje que se hacia desde la Casa Blanca por parte de los republicanos a los cuarteles de los demócratas, hecho por el que Richard Nixon se vio obligado a dimitir, fue el llamado caso Watergate; en 1974 el New York Times y Seymour Hersh, descubrieron como la CIA, de nuevo, espío a más de 10.000 ciudadanos ilegalmente y con motivos oscuros; lista que también se ampliaría notablemente si hablamos de España, seria interminable.

La novedad es que ahora todo será legal, las libertades personales de todos se acortan con la excusa del terrorismo internacional de unos pocos, con medidas que lejos de ser eficaces contra el mismo, bien parecen ser una táctica comercial inmoral pero dentro de los cánones del neoliberalismo.

Marlowe. Barcelona. 12 Julio 2002