Palestina se tiñe de verde - por Francesc Sánchez

"El triunfo por mayoría absoluta de Hamas en las elecciones palestinas puede significar un cambio significativo en el conflicto permanente entre israelíes y palestinos. Pero el asunto no se queda ahí, su eco puede resonar con fuerza en toda la región."

Hecho transcendental en Oriente Próximo
Palestina se tiñe de verde *
por Francesc Sánchez


El triunfo por mayoría absoluta de Hamas en las elecciones palestinas puede significar un cambio significativo en el conflicto permanente entre israelíes y palestinos. Pero el asunto no se queda ahí, su eco puede resonar con fuerza en toda la región.

Para poder entender medianamente por qué los palestinos han votado masivamente ―según los gobiernos occidentales― a los islamistas radicales y terroristas de Hamas, se ha de partir de la premisa de que nada o casi nada en Oriente Próximo y Medio es lo que parece desde lejos. Hamas, el Movimiento Islámico de Resistencia, desde su polémica creación ―por ser un contrapeso a la Al Fatah de Yasir Arafat― en la Primera Intifada en el año 1987, ha tenido como axioma la destrucción del Estado de Israel. Y consecuentemente con este axioma no ha dudado en apostar por la lucha armada ―inclusive con atentados terroristas― contra el ejército y la población israelí. Siendo coherente con esta política Hamas no respetó los acuerdos de paz de Oslo firmados entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina de Yasir Arafat, llegando al extremo de sabotear las elecciones palestinas de 1996. Esto es lo sabido y resabido.

Lo que quizá se desconoce de Hamas es que durante muchos años de ausencia de un verdadero estado en Palestina, y en un territorio invadido de forma permanente, ha conseguido dar una verdadera cobertura social a los palestinos, especialmente en la franja Gaza. Una labor practica y palpable para los palestinos, que durante muchos años ha contrastado con la lógica ineficacia ―por la ausencia de un estado― y la denunciable corrupción de los gobiernos de Al Fatah. Para ser justos se tiene que decir que Al Fatah, desde la subida de Ariel Sharon al gobierno israelí hasta la muerte de Yasir Arafat, se ha encontrado entre la espada y la pared. Entre intentar una dudosa paz con un enemigo que no ha dudado en golpear de forma sangrienta a los palestinos, o desaparecer y entregar al pueblo palestino a su suerte frente a los tanques del ejército israelí.

El otro componente necesario para comprender por qué Hamas se ha hecho con el poder es la propia coyuntura que vive toda la región. Si lo que sucede en Palestina ―el conflicto entre palestinos e israelíes― causa gran preocupación en los países árabes e islámicos, también sucede lo contrario de una forma más trágica: las campañas militares en Afganistán e Iraq, se tradujeron en un mayor hostigamiento hacia Palestina por parte del ejercito israelí. En realidad ese pedazo de tierra es una caja de resonancia en dos direcciones de todo lo que sucede en Oriente Medio. El atolladero en el que se encuentra el ejército norteamericano en Iraq, los levantamientos chiitas de hace dos años en sur de Iraq, la debilidad siria al retirarse de El Líbano ―no olvidemos que el sentimiento panarabista entre Siria y Al Fatah es compartido―, y el propio pulso que está ejerciendo Irán con la comunidad internacional, dejan entrever la clave internacional de estas elecciones. Siguiendo esta misma dinámica el eco de la victoria de Hamas rápidamente resonara en toda la región. La felicitación de los Hermanos Musulmanes en Egipto, interpretando esta victoria de Hamas como un duro golpe a Israel y EEUU, es tan solo el inicio.

Hamas ahora, que ha logrado legítimamente el poder de las urnas, tiene entre sus manos el duro camino de tirar para adelante un proceso político con el que construir un Estado y lograr la paz con Israel. Su responsabilidad crece por enteros. Debería renunciar a su axioma de destruir el estado de Israel, pero la propia coyuntura regional y entre los palestinos hace que este requerimiento sea difícil de llevar a cabo, si no se mueven otras piezas fundamentales. La aceptación aunque dolorosa ha de ser mutua, Israel tendrá que reconocer el estado de Palestina de la mejor forma que puede hacerlo, retirándose de los territorios palestinos ocupados. Con los atentados sucede algo parecido, Hamas, aunque parezca obviarse el hecho que desde hace un año ha declarado una tregua oficial con el estado de Israel, en el actual escenario de desacuerdo en la cuestión de los territorios ocupados de Cisjordania y Jerusalén Este, difícilmente ―como le sucedía anteriormente a Al Fatah― puede llegar a hablar por todos los palestinos, y menos aún por todos los árabes. Pero debe de intentarlo. En cuanto a Israel con unas elecciones pendientes, debe ser muy prudente si no quiere encontrarse en una guerra, que por la actual coyuntura regional, puede tener demasiados frentes. Un despliegue de su ejército en los territorios palestinos está vez podría tener consecuencias inimaginables. EEUU y los europeos, mal que pese a los israelíes más radicales, tendrán que dar una oportunidad a una Hamas que de ahora en adelante se convertirá en su principal interlocutor entre los palestinos. Por la sencilla razón que muestra que Oriente para nosotros, con todo lo que conlleva de visible y subterráneo, empieza en Palestina.

* El verde es el color de Hamas, pero también es el color del Islam. Los palestinos religiosos que están representados por Hamas mayoritariamente profesan el Islam en su doctrina chiita. El chiismo es partidario de la sharia, pero a diferencia del sunismo, es contrario a la ostentación, y partidario de la revolución islámica. Muchos lo consideran el islam de los pobres. El hecho de que los árabes del sur de Iraq, y los persas de Irán se identifiquen con el chiismo, muestra geográficamente una media luna islámica en la región. Un autentico dolor de cabeza para todo aquel que ha querido conquistar esas tierras. El hecho es que más allá de lo que signifique ese color para el Islam y de lo dicho en este artículo, Palestina ayer se tiñó de verde. Esta sentencia debería significar una cierta esperanza de paz y presente para las gentes que habitan esa tierra maltratada, teñida normalmente de rojo sangre. Al menos los palestinos, incluidos los niños, parecían estar contentos. Denles una oportunidad.

Francesc Sánchez - Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación - Redacción. Barcelona, 27 Enero 2006.

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