La irrupción de la revolución islámica en Irán – por Francesc Sánchez

 

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial el Imperio británico es progresivamente desmantelado en beneficio de la nueva superpotencia de los Estados Unidos. Sin embargo, las descolonizaciones en Oriente Medio suman al nacionalismo también la ideología socialista que se proyecta desde la Unión Soviética, la otra superpotencia. En Irán este binomio entre el nacionalismo y el socialismo lo hace suyo el Primer Ministro Mohamed Mossadeg, sin embargo, en 1953, en el momento en que decide nacionalizar las fuentes petrolíferas es apartado del poder a través de un golpe de estado patrocinado por los americanos y los británicos. Hecho que permite al Sha Mohammad Reza Pahlevi asumir todo el poder promoviendo la Revolución Blanca [1].

La Revolución Blanca fue un proyecto de reformas que pretendía modernizar el país. Este proyecto fue posible en gran medida por la entrada de divisas procedentes de la venta del petróleo, pero su reparto fue desigual: millones de iraníes abandonaron el campo y se trasladaron a las ciudades quedando muchas veces empobrecidos y desarraigados. En 1978 los más humildes iniciaron toda una serie de protestas que fueron reprimidas con dureza por el régimen: cuando se produjeron las matanzas indiscriminadas las protestas multitudinarias paralizaron al país. Sin embargo, esta revolución tenía un componente religioso importante, debido precisamente a ese rechazo hacia la modernidad que fue interpretada en contra de la tradición, y que finalmente con la huida del Sha y la llegada de Ruhollah Musaví Jomeini, líder espiritual, que terminará convirtiéndose en el líder supremo del país, fue el que se impuso a los demás.

En el 5 de abril de 1979 el Secretario General de la OTAN, Joseph Luns, contestando en una entrevista a una pregunta sobre «los problemas que tiene la Alianza en áreas alejadas de Europa», afirma que «desde el ángulo que se mire, lo acontecido en Irán constituye un severo golpe para Occidente. Fue una explosión repentina que nos cogió desprevenidos. Ahora hay quien dice que ellos ya veían que lo que sucedió era inevitable. Me parece una afirmación un tanto fácil. El hecho es que fue toda una sorpresa y augura un mal futuro para el golfo Pérsico y para Arabia Saudita» [2]. El 4 de noviembre se produce el asalto a la embajada de Estados Unidos en Teherán y la toma de 52 de rehenes porque los revolucionarios iraníes no perdonan que los Estados Unidos hayan acogido en su seno al hasta entonces el Sha Reza Pahlevi. De visita por España, Andrei Gromiko, ministro de Asuntos Exteriores de la Unión Soviética, afirma que su país «apoya la revolución iraní y que espera y desea que se encuentre una solución satisfactoria para el secuestro de los rehenes de la embajada americana en Teherán». Asimismo, y en respuesta a una cuestión sobre una eventual intervención armada de Estados Unidos en Irán, Gromiko declaró que «la Unión Soviética se opone a cualquier intervención en los asuntos internos iraníes» [3].

Unos meses después Carter aprueba un plan de rescate de los rehenes, pero la operación termina convirtiéndose en un auténtico desastre. En el mundo bipolar de la Guerra Fría que enfrentaba a los bloques del capitalismo y el socialismo había irrumpido con fuerza otro actor: el islam político.

Anotaciones:

  1. Veiga, Francisco. Da Cal, Enrique U. Duarte Ángel. (2006) La paz simulada. Una historia de la Guerra Fría (1945-1991) Alianza Editorial. Madrid. Págs. 297-298.
  2. Haworth, D. (1979, 5 abril). Luns, secretario general de la OTAN: “China ha aliviado nuestros problemas.” EL PAÍS. Recuperado de https://elpais.com/diario/1979/04/05/internacional/292111217_850215.html
  3. Sebastián, P. (1979, 22 noviembre). La distensión y el desarme, centro de la visita y del comunicado de la estancia de Gromiko en Madrid. EL PAÍS. Recuperado de https://elpais.com/diario/1979/11/22/espana/312073209_850215.html

Nota: este artículo forma parte del capítulo Claves internacionales de mi tesis doctoral “El proceso de integración de España en la OTAN” defendida en el mes de noviembre del pasado año 2020.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 20 Abril 2021.