Cuando el virus llegó – por Francesc Sánchez

El día 31 de diciembre de 2019 fue comunicado al mundo por las autoridades de la ciudad china de Wuhan la propagación de 27 casos de neumonía de origen desconocido. Los síntomas fueron: fiebre, tos seca, disnea y hallazgos radiológicos de infiltrados pulmonares bilaterales. El 7 de enero llegó la identificación: el agente causante del brote se trataba de un virus de la familia de los coronavirus que posteriormente se ha denominado como SARS-CoV-2. Se ha especulado que la primera infección se produjo por consumir murciélagos u otro mamífero adquirido en un mercado local, pero el origen sigue siendo una incógnita. Los casos de infectados fueron incrementándose en toda la región por lo que las autoridades chinas decidieron poner en cuarentena a más 50 millones de personas en la provincia de Hubei, sin embargo, el virus logró propagarse previamente al resto del país y, en unas semanas al resto del mundo. El gobierno de España repatrio a unas decenas de compatriotas y los recluyo en una cuarentena en el hospital militar madrileño de Gómez Ulla. Sin embargo, ni el gobierno de España ni ningún otro de europeo suspendieron los vuelos desde y hacia China, y otros focos calientes en el Sudeste asiático. Mientras recibíamos las imágenes de la dureza de la cuarentena en Wuhan en los medios de comunicación españoles empezaron a proliferar mensajes tranquilizadores en boca de expertos, pero también periodistas, que describían los efectos del virus como los de la gripe común, que en cualquier caso solo podían cebarse con personas de avanzada edad o con patologías previas. No obstante, las informaciones procedentes desde China que indicaban muertes también en personas que no entran en ese cuadro, como el doctor Li Wenliang que denunció por primera vez el virus, no eran nada tranquilizadoras.

El número de infectados en China contabilizados hasta ahora es de 80.945, se han producido 64.194 recuperaciones, y 3.180 muertes. Rusia fue el único país que tomó la decisión de cerrar las fronteras con China, drástica decisión, pero equiparable a las tomadas por la fábrica del mundo. Entonces nos llegó el desastre.

Entre el 21 y el 25 de febrero empezaron a salir casos de infectados locales en Italia, incluido el primer muerto. Primero en algunas pequeñas localidades de Lombardía, en las que el gobierno italiano decidió días después tomar la drástica decisión de ponerlas en una cuarentena, hecho que no evito que el virus se propagara por toda la región. Luego le siguió la región del Véneto, y más tarde todo el norte de Italia. Durante unos días la cuarentena se aplicó en las regiones del norte, este fue el momento en el que algunos italianos hicieron acopio de alimentos en los supermercados, pero esto no evito que el virus se propagara al resto del país. Durante todo este tiempo el gobierno español no solo no suspendió los vuelos con Italia si no que no efectuó ningún control en los aeropuertos sobre los que procedían de este país. Las cifras son muy escandalosas: se han confirmado 15.113 casos, 1.045 recuperaciones, y 1.016 muertes. Los médicos italianos denuncian que los hospitales están desbordados. Italia al completo hoy está en cuarentena, cerrada al mundo, y desarticulada internamente, con la necesidad de salvoconductos para moverse de región en región, con el cierre de todo tipo de establecimientos públicos, salvo los supermercados y las farmacias, y la prohibición de concentraciones de personas. Se desconoce cuál fue el primer infectado. Hace dos días el gobierno de España ha decidido suspender los vuelos hacia y desde Italia.

Por aquí, aunque empezaron a salir a luz pública los primeros casos, y se ponía en cuarentena el 26 de febrero un hotel en Tenerife con más de mil personas, parece que no pasaba nada. Bueno, algo sí que pasó días antes: cuando no había aún ningún caso detectado en España, un goteo incesante de empresas tecnológicas decidió no acudir al Mobile World Congress de Barcelona, y por los temores al virus la organización el 13 de febrero decidió suspenderlo. Esta decisión fue cuestionada por las autoridades. No faltaron tampoco sospechas de boicot a las tecnológicas chinas por parte de las empresas americanas. Probablemente estas empresas disponían de una mayor y mejor información que nuestras propias autoridades. El mismo día que se cercaba el hotel de Tenerife el gobierno afirmó que los españoles que habían viajado a «zonas calientes» debían hacerse la prueba del coronavirus. Un día después se confirmó el primer infectado local en Sevilla. El 2 de marzo el periódico El País publica un artículo que contradice a todos aquellos que decían que el coronavirus es como la gripe, según este artículo el virus se propaga mucho más, y puede matar también mucho más. El mismo día el gobierno estudia tomar medidas estrictas como el cierre de colegios e incentivar el teletrabajo. El 7 de marzo todos los medios de comunicación informan de un brote en el pueblo riojano de Haro: todo indica que la infección se produjo en un funeral en Vitoria. No obstante, los habitantes de Haro señalan que en su pueblo no pasa nada. El gobierno, un día después, no sólo permite la celebración de las multitudinarias movilizaciones del 8 de marzo si no que éstas son encabezadas por muchos representantes políticos. Lo mismo sucedió con el mitin de Vox en el Palacio de Vistalegre. Un día después los casos se disparan en Madrid y el gobierno autonómico de acuerdo con el gobierno central decide cerrar los colegios, institutos, y suspender la docencia universitaria. Lo mismo sucede en Vitoria.

En Cataluña el gobierno de la Generalitat ha decidido hacer lo propio. No obstante, el personal docente y el personal de administración y servicios tiene de momento la obligación de acudir a su puesto de trabajo. Lo último ayer fue la cuarentena para más de 70.000 personas en ciudad de Igualada y otros municipios cercanos. Las cifras para España son de 4.334 contagiados, 193 recuperados, y 122 muertes. El cierre de colegios finalmente se ha extendido a todo el territorio. Esta tarde el presidente Pedro Sánchez ha afirmado que en todo momento «ha hecho lo que los técnicos le han aconsejado» y que «van a venir semanas muy duras». Sin embargo, lo más duro ha sido cuando ha anunciado que mañana entrara en vigor el estado de alerta en toda España. Hecho que puede eliminar radicalmente las relaciones sociales más allá de nuestro domicilio. Ahora mismo el presidente de la Generalitat Quim Torra acaba de pedir la cuarentena para toda Cataluña.

En mi opinión, por la información de la que dispongo, este virus se propaga más, genera afecciones más graves, y mata más que la gripe estacional. No existe la vacuna, ni tampoco un tratamiento efectivo. Pero el problema principal por el que se toman estas medidas tan drásticas es porque el incremento incesante de casos puede colapsar nuestros hospitales. De hecho, es lo que ha ocurrido en la región italiana de la Lombardía: hasta el extremo de tener que decidir los médicos quién va a recibir y quién no va a recibir los cuidados intensivos.

Las consecuencias económicas de la propagación de este virus pueden ser muy malas. Ayer se produjo un desplome en la Bolsa de Madrid, hoy ha habido un repunte. Tal como está montado este sistema capitalista habrá colapsos en los hospitales y puede haber desabastecimientos de alimentos, de ahí que el estado de alerta si está bien aplicado puede solventar las necesidades básicas. Sin embargo, la falta de actividad económica durante los periodos de cuarentena, que radicalmente va a cambiar ya mismo todo en este país, aunque el estado compensé a las empresas y a los trabajadores, puede provocar a posteriori cierres de empresas y despedido de trabajadores. El sistema de globalización económica por hechos consumados puede fallar y solo los estados y economías fuertes que mantengan cierta autosuficiencia podrán aguantar el golpe. Hoy en día no hay casi ningún producto que tenga toda su cadena de producción en un solo centro de producción, ni siquiera en muchos casos en un solo país, como no hay tampoco casi ningún país que tenga ni si quiera una soberanía alimentaria. Todo esto puede ser una prueba de fuego para los estados europeos, los que pueden salir reforzados o destrozados. La Unión Europea por su inacción hasta el momento se está jugando su presente. La prohibición de cualquier tipo de vuelo procedente de Europa que ha hecho Donald Trump, es toda una bofetada a la Unión Europea, que dudo mucho que sirva para evitar una debacle en un sistema sanitario privado (con todas sus consecuencias), pero también es una prueba que aquí las cosas no se han hecho correctamente. Hoy Europa es el centro de la pandemia.

Me resulta difícil pensar que haya quién crea que toda esta historia tiene algo de positivo. Indignante ya que haya quién piense que nos merecemos lo que nos está pasando. Indignante también me resulta quién no considere esto importante, aunque sea por inconsciencia. Me limitare a decir tanto a unos como otros que efectivamente en la historia el ser humano este en ocasiones ha salido reforzado después de una crisis importante y en ocasiones se ha reformulado todo: no obstante, esto solo pudieron contarlo los que sobrevivieron después de años de penurias y miserias de todo tipo, los mismos que pasándolas canutas hicieron posible esta sociedad, que hoy se enfrenta a una debacle, y que algunos no valoran ni contemplan suficientemente. Prefiero pensar que en situaciones como esta por la aceleración de los acontecimientos no se piensan las cosas suficientemente bien por desconocimiento y porque estamos movidos por las emociones. Frente a la llegada del virus se imponen los momentos de recogimiento, de intentar que el miedo no nos lleve al pánico, generando situaciones inaceptables, momentos también para hacer caso a las autoridades, y ser tanto responsables como solidarios entre nosotros. Entonces quizá cuando pase la tormenta seremos más fuertes que antes.

Para más información:

Para obtener información sobre el SARS-CoV-2 tenéis el web del Ministerio de Sanidad.
Para obtener los datos actualizados de la pandemia podéis consultar este enlace.
Esta guía del periódico El País también es importante.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 13 Marzo 2020.