Matanza en Paris termina con la vida de al menos 129 personas - por Francesc Sánchez

Bataclan theater, Paris, France - Céline - Wikimedia Commons
Esta noche se han producido una serie de atentados en Paris, en cuatro puntos confirmados y tres por confirmar, que han terminado con la vida de al menos 129 personas y han provocado centenares de heridos. La mayoría de las victimas se han producido en la sala de conciertos Bataclan donde los terroristas, de momento sin identificar, han abierto fuego contra la multitud y han detonado explosivos.

El presidente François Hollande en una comparecencia pública ha comunicado que “las operaciones para detener a los terroristas siguen en marcha” y ha asegurado que “sabemos de donde vienen”. Hollande ha ordenado el estado de excepción y el cierre de las fronteras. Paris se encuentra tomada por la policía y por unidades del ejército. Las autoridades han pedido que la población no salga de sus casas.

Reconstrucción de los hechos

Todo empezó sobre las 21.20 cuando el público que asistía a un partido amistoso entre Francia y Alemania en el Estadio de Francia, ubicado en el municipio de Saint Denis, escuchó una detonación interpretándola como un gran petardo de algunos aficionados. En realidad lo que sucedió es que un terrorista se inmoló haciendo detonar una carga explosiva que llevaba consigo cerca de la puerta D del estadio matando a la primera persona que pasaba por allí. Cinco minutos después, a las 21.25 horas y a unos kilómetros del estadio, un grupo de terroristas abrió fuego contra las terrazas del bar Le Carillon y el restaurante Petit Cambodge ubicados en la calle Bichat matando a 15 personas y dejando heridas a otras 10. Cinco minutos después, a las 21.30, otro terrorista en las inmediaciones del Estado de Francia se vuelve a inmolar, esta vez frente a la puerta H y sin producir victimas. Dos minutos después, a las 21.32 horas, otro grupo de terroristas abre fuego contra el bar La Bonne Bière, en la intersección de las calles Fontaine au Roi y Faubourg du Temple, matando a 5 personas y dejando a otras 9 gravemente heridas. Cuatro minutos después, a las 21.36, hombres armados abren fuego en la terraza del restaurante La Belle Equipe, ubicado en la calle Charonne, matando a diecinueve personas y provocando heridas graves a otras nueve. Cuatro minutos después, a las 21.40 horas, otro terrorista se inmola dentro del restaurante Le Comptoir Voltaire ubicado en el bulevar Voltaire, sin que se hayan reportado victimas mortales.

Simultáneamente un grupo de tres terroristas irrumpe en la sala de conciertos Bataclan vociferando que están ahí por la situación que viven los árabes en Siria e Iraq (Francia desde el mes de septiembre está participando en la campaña de bombardeos sobre el Estado Islámico que lidera los Estados Unidos). El teatro Bataclan tiene capacidad para 1.500 personas y esa noche está atiborrado de gente. Mientras esto sucede otro terrorista se inmola cerca del Estadio de Francia. En el teatro los asaltantes toman rehenes y en un momento dado, sobre las 00.20 horas, empiezan a disparar al grito de “Alá es grande”. La policía irrumpe matando a uno de los terroristas pero los otros tres logran detonar su carga explosiva. Este atentado se salda con 89 victimas mortales y un número indeterminado de heridos. Los terroristas han matado 129 personas y han dejado más de 300 heridos. El único terrorista identificado hasta el momento es un delincuente común de nacionalidad francesa de 29 años de edad.

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13N en Paris: el terror en estado puro

Los atentados en Paris van a pasar a engrosar una macabra lista de atentados islamistas contra occidentales o sus intereses que se iniciaron en la década de los noventa cuando los iluminados de Alqaeda, que habían formado parte de los muyahidines que expulsaron al Ejército Rojo de Afganistán, denunciaron la presencia militar norteamericana en Arabia Saudita y declararon una yihad global contra los infieles. Primero no se diagnosticó bien la amenaza y después de los atentados del 11 de Septiembre de 2001 contra el Word Trade Center y el Pentágono fueron la cuartada perfecta por Washington para destruir Iraq hasta nuestros días: lugar en el que la guerra al invasor y la lucha contra la política sectaria de Bagdad fue aprovechado por una escisión de Alqaeda que después de crecerse en una guerra civil siria, en la que occidente lo ha hecho todo jodidamente mal (300.000 mil muertes y siete millones de refugiados), se bautizó como el Estado Islámico rompiendo las fronteras entre los dos países y proclamando el Califato.

El 13 de Noviembre en Paris se suma al 11 de Marzo en Madrid, al 7 de Julio en Londres, y al 11 de Septiembre en Nueva York: pero también se suma a los cientos de atentados que los islamistas radicales han perpetrado en Oriente Medio y el Norte de África contra los que consideran malos musulmanes por haber caído en la ignorancia y estar contaminados. Porque ésta, es importante verlo, es también una lucha en seno del islam en el que los radicales quieren forzar a la inmensa mayoría de musulmanes a elegir entre la adhesión a sus postulados o la excomulgación a través de las armas. El reto para occidente es de primer orden y no se resolverá solo a través de la actuación policial. Hace falta tener claro si se quiere reconocer internacionalmente a todos los efectos un Califato, en expansión y beligerante, brutal con los pueblos que conquista, o erradicarlo militarmente. Hace falta resolver las guerras abiertas y los conflictos no resueltos en el Mundo Árabe porque éstos no solo son injustos si no que también son material ideológico para los islamistas radicales. Hace falta finalmente hablar desde la sinceridad con los musulmanes para tenerlos de nuestro lado porque esta guerra nos perjudica tanto a nosotros como a ellos.
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La autoria de esta cadena de atentados se la ha atribuido el Estado Islámico. Esta operación coordinada ha requerido de preparación, armamento, y sujetos capaces de llevarla a cabo, descartándose en este caso que fuera perpetrada por individuos de motu propio, los llamados lobos solitarios. Dos días antes otro atentado en Beirut que mató a 40 personas y dejó 200 heridos fue reivindicado también por el Estado Islámico. La explosión en el cielo de la península del Sinaí el pasado 31 de octubre del vuelo 9268, un avión Airbus 321 de aerolínea rusa Metrojet, en el que murieron 224 personas, aunque aún el asunto no está claro (los servicios secretos británicos afirman que pudo tratarse de una bomba pero los rusos aún no se han pronunciado), fue revindicado también por el Estado Islámico. La intención de los terroristas ha sido la de hacer el mayor daño posible al pueblo francés: de haberse podido introducir en el Estadio de Francia alguno de ellos o de haberse producido una salida descontrolada del público que se encontraba en su interior las víctimas podrían haber sido mucho mayores.

Desde El Inconformista Digital queremos condenar rotundamente este ataque a la vida y solidarizarnos con con el pueblo francés y todos aquellos que han sido golpeados por la barbarie.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 13 / 15 Noviembre 2015.