La Unión Europea deportará a los refugiados

Syrian and Iraqi immigrants getting off a boat from Turkey on the Greek island of Lesbos - Wikimedia Commons
Todo aquel migrante irregular procedente de las costas turcas que llegue a territorio europeo de ahora en adelante será deportado. Subrayamos el término migrante irregular porque a partir de esta medianoche los refugiados sirios, iraquíes, afganos, y de otros lugares en guerra, que pagan su pasaje a las mafias para cruzar el Egeo desde las costas turcas a las islas griegas (muchas veces con su propia vida al morir ahogados en el mar), pierden de facto su condición y se equiparan al resto de migrantes irregulares. El acuerdo entre los gobiernos de los veintiocho países que componen la Unión Europea y el gobierno turco persigue cortar de raíz el éxodo de los refugiados sirios a cambio de la concesión de 6.000 millones de euros a Turquía, país que tiene en sus campos de refugiados a más de dos millones de sirios, pero que hasta la fecha se ha mostrado incapaz de perseguir a las mafias de tráfico de seres humanos y controlar tanto sus aguas territoriales como sus propias costas.

La letra pequeña del acuerdo entre los europeos y los turcos detalla que por cada sirio deportado a Turquía otro será reasentado legalmente en la Unión Europea, en función de unos criterios de vulnerabilidad (dando prioridad a mujeres y a niños). No obstante la Unión Europea solo se compromete a aceptar a 72.000 personas, cifra que no llega ni a la mitad de los que han llegado al territorio europeo en lo que llevamos de año. Estas expulsiones, por la oposición del gobierno de España (país que ha aceptado a 18 refugiados), no serán nunca colectivas si no individuales. Medida demandada por unanimidad en el Congreso de los Diputados español, por no ajustarse al derecho internacional las deportaciones colectivas, pero que sin embargo a la práctica no cambian la situación porque un millón de deportados individualmente forman una colectividad de un millón de personas.
Las compensaciones para Turquía son en primer lugar monetarias: a los 3.000 millones de euros, en parte ya adelantados y previos a este acuerdo, se suman 3.000 millones más para los próximos dos años. En segundo lugar la Unión Europea ha prometido suprimir el visado para los ciudadanos turcos que quieran visitar el territorio europeo, y ha aceptado un compromiso para abrir un nuevo capítulo para el proceso de adhesión de Turquía a la Unión.

En el 2016 al menos 900.000 personas lograron llegar al territorio de la Unión Europea usando la ruta del mar Egeo desde las costas turcas a las islas griegas, donde miles han muerto ahogados. Gran parte de estas personas iniciaron la larga marcha hacía Alemania (el país identificado por los refugiados como la solución a todos sus problemas) atravesando alternativamente Macedonia, Serbia, Croacia, Eslovenia, y Hungría, encontrándose en los últimos meses un fuerte dispositivo de soldados disuasorio y alambradas de espino. Recientemente, y previamente al acuerdo entre la Unión Europea y Turquía, la OTAN de mutuo acuerdo con la incapacidad de Grecia y Turquía ha emprendido un dispositivo con sus buques de guerra para frenar el tránsito de las embarcaciones de las mafias en el Mar Egeo.

El acuerdo entre la Unión Europea y Turquía pretende disuadir principalmente a los refugiados sirios (más de siete millones repartidos entre Turquía, El Líbano y Jordania) de llegar a Europa en unos momentos en que la guerra en Siria está en un compás de espera definido por una ansiada tregua que han forzado los Estados Unidos y Rusia, que ha permitido llevar ayuda humanitaria a las ciudades cercadas, y una previsible reanudación de las conversaciones de paz entre las partes en Ginebra. En este sentido debe entenderse la parcial suspensión de bombardeos de la fuerza aérea rusa (sobre los rebeldes pero no sobre el Estado Islámico ni tampoco sobre el Frente Al Nusra). Este acuerdo entre la Unión Europea y Turquía se produce también en un contexto de política interior desfavorable, tanto en los países europeos, con un creciente auge del rechazo a los refugiados entre las formaciones políticas más derechistas, y en Turquía donde, en medio de una escalada de atentados terroristas (atribuidos a las facciones kurdas y al Estado Islámico), el gobierno reprime cualquier disidencia (incluidos los medios de comunicación).

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.

Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 19 Marzo 2016.