El tesoro de Sierra Madre – por Francesc Sánchez


Título original: The Treasure of the Sierra Madre
Nacionalidad: Estados Unidos
Año: 1948
Dirección: John Huston
Guión: John Huston (Novela: Ben Traven)
Interpretación: Humphrey Bogart, Walter Huston, Tim Holt, Bruce Bennett, Barton MacLane, Alfonso Bedoya, Arturo Soto Rangel, Manuel Dondé, José Torvay, Margarito Luna
Música: Max Steiner

La película de John Huston nos cuenta la historia de tres hombres sin un centavo que se lanzan a una aventura como buscadores de oro en las montañas de Sierra Madre.

Dobbs (Humprey Bogart) no ha ganado nada en su boleto de lotería. Se ha quedado sin un centavo y decide pedir limosna a un compatriota bien vestido (John Huston) hasta tres veces en un mismo día. Dobbs se encuentra en un parque con Curtin (Tim Holt), hombre con el que comparte la misma miseria, y con el que coincidirá en un trabajo que les propone un capataz en un campamento en unas prospecciones petrolíferas. Trabajan duro pero el capataz desaparece sin pagarles. Entonces cuando los dos hombres deciden ir a descansar al dormitorio El oso negro se produce el encuentro con Howard (Walter Huston), un viejo que habla sin parar sobre unas montañas en Sierra Madre que en sus entrañas rebosan de oro, y sobre la condición humana que lleva a los hombres a destruirse por el vil metal. Un encuentro fortuito con el desaprensivo capataz les permite recuperar el dinero de su paga, momento en el que los dos hombres deciden tomar la palabra de Howard: los tres se van a convertir en buscadores de oro en las montañas de Sierra Madre. Todo está decidido. La suerte además sonríe a Dobbs: un boleto de lotería que compró a regañadientes a un muchacho ha sido premiado con una modesta cantidad que servirá para completar los gastos en los medios de locomoción (unos burros), el material necesario para trabajar (picos y palas), autodefensa (rifles y pistolas), y comida (frijoles y café). Ya todo está listo.

En la película hay dos dimensiones importantes. La primera de ella es la que convierte la búsqueda de oro en una aventura. Esto tuvo muchos precedentes en América, tanto en la formación de los Estados Unidos cuando miles de aventureros acudían a California para enriquecerse (recordemos la película musical de La Leyenda de la ciudad sin nombre de Joshua Logan), siendo uno de los motivos de la apropiación del territorio a México, como en los primeros momentos de la conquista española de todo el continente en los que la motivación principal, evangelización aparte, era encontrar metales preciosos. Esta fiebre del oro también se vivió en la Baja California y las regiones interiores mexicanas. En el filme desde que se inicia el camino hacia Sierra Madre los tres compañeros de fatigas comparten una empresa en común que les une frente a los infortunios (hay incluso un gran acto heroico) y competidores (incluidos los bandidos que están más interesados en sus rifles) hasta que el vil metal les hace ser desconfiados y egoístas. Y aquí es cuando empieza a desarrollarse la segunda dimensión que queda definida por la condición humana tentada por la riqueza del oro que como decía Howard en el albergue puede llegar a enfrentar y destruir a los hombres. Howard mantiene que no se trata de ser bueno o malvado si no de una transformación del ser humano en unas condiciones aparentemente buenas pero que se vuelven adversas frente a la riqueza cuando aparece la avaricia, la envidia, y la desconfianza. Por esa razón la película trata de la búsqueda de oro y transcurre en México en un momento determinado pero podría transcurrir en otro lugar y en cualquier momento.

John Huston confeccionó su película en las montañas que rodean el pueblo de Jungapeo, cerca de San José Purúa en el estado mexicano de Michoacán. El filme fue el primero en rodarse casi íntegramente fuera de los Estados Unidos, y el gobierno mexicano tenía ciertas reservas sobre la mala imagen del país que podía darse en la película. Nada más lejos de la realidad. En el filme aparecen bandidos pero también un efectivo ejército de federales que les combate, y un pueblo digno, amable y colaborador, que mantiene en todo el filme una moral inquebrantable. El guión fue escrito por John Huston en función de la novela del misterioso B. Traven (el mismo de Macario), un europeo que llevaba décadas instalado en el anonimato en México, que al leer el texto del director, si hemos de hacer caso de lo que este mismo dijo, le encantó su adaptación. En un primer momento se pensó en Ronald Reagan para el papel de Curtin pero finalmente se optó por Tim Holt: probablemente una decisión que de haber sido la contraria habría tenido consecuencias en el devenir de la historia. John Huston en el transcurso del rodaje adoptó a un muchacho huérfano llamado Pablo, que había contratado para hacer recados, y se lo llevó a Estados Unidos para ofrecerle un sustento y una educación, algo que Humprey Borgart consideró una idiotez porque este muchacho a su parecer ya vivía bien en México.

Las interpretaciones están a la altura. Tim Holt es el hombre honrado, Hunprey Borgart es el que sucumbe a las bajas pasiones, y Walter Huston es la voz de la experiencia que mantiene unido al grupo. Pero nada está decidido de antemano porque el vil metal transforma al ser humano. Es aquí cuando podemos ver si queremos una crítica subversiva a lo peor del sistema capitalista en el que la riqueza nunca es suficiente y enfrenta a los hombres. Todo un torpedo a la línea de flotación de la ideología imperante del american way of life de postguerra estadounidense frente al gran adversario comunista encarnado por la Unión Soviética. Pero no nos quedemos en esto pensemos más alto y aprendamos una enseñanza que como decía probablemente no conoce ni un lugar ni un tiempo determinado: todo un debate filosófico sobre que pesa más si los condicionantes culturales que marcan a las personas en su devenir o un pretendido libre albedrío que tanto puede llevarnos hacía lo mejor como a lo peor. John Huston años más tarde recurrirá nuevamente a la aventura en La reina de África y El hombre que pudo reinar. Trilogía imprescindible para comprender que todo viaje que valga la pena dando igual como termine éste va a cambiar nuestras vidas interiormente.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 16 Agosto 2015.