La Cumbre de la OTAN en la Haya. Unos presupuestos para ser temibles – por Francesc Sánchez

 


La reciente cumbre de la OTAN celebrada en La Haya pasará a la historia por una decisión trascendental para sus miembros y por las amenazas de un presidente americano, Donald Trump, sobre uno de los mejores aliados que ha tenido Estados Unidos, España, antes incluso de que nuestro país se incorporará a la Alianza Atlántica en 1982.

Digámoslo claro y directo: los miembros de la OTAN, con la excepción de España y los Estados Unidos, se comprometen a gastar en defensa y seguridad el 5 por cierto en relación con su Producto Interior Bruto. De esta forma los presupuestos de defensa en términos generales, sin importar las diferencias de PIB entre cada Estado, pasarían a doblarse y alcanzar una cifra aproximada de 1,6 billones de euros, de los que la mitad los presupuestarían los Estados europeos. Esto es importante concretarlo porque no supone lo mismo un 5 por ciento para un país como Letonia que, para Francia, sencillamente porque el PIB es muy diferente. Pedro Sánchez ha tomado la decisión de incrementar los presupuestos de España en defensa hasta el 2 por cierto, pero se ha negado a alcanzar la cifra del 5 por ciento impuesto por Donald Trump, Jefe de un Estado que en el 2023 se situaba en el 3,36 por ciento de su PIB, con 861.633 millones de dólares.

Esta es la declaración que todos los miembros de la OTAN han firmado:

Nosotros, los Jefes de Estado y de Gobierno de la Alianza del Atlántico Norte, nos hemos reunido en La Haya para reafirmar nuestro compromiso con la OTAN, la Alianza más fuerte de la historia, y con el vínculo transatlántico. Reafirmamos nuestro férreo compromiso con la defensa colectiva, consagrado en el Artículo 5 del Tratado de Washington, según el cual un ataque contra uno es un ataque contra todos. Seguimos unidos y firmes en nuestra determinación de proteger a nuestros mil millones de ciudadanos, defender la Alianza y salvaguardar nuestra libertad y democracia.

Unidos ante las profundas amenazas y desafíos a la seguridad, en particular la amenaza a largo plazo que supone Rusia para la seguridad euroatlántica y la persistente amenaza del terrorismo, los Aliados nos comprometemos a invertir anualmente el 5% del PIB en necesidades básicas de defensa, así como en gastos relacionados con la defensa y la seguridad, de aquí a 2035, para garantizar nuestras obligaciones individuales y colectivas, de conformidad con el artículo 3 del Tratado de Washington. Nuestras inversiones garantizarán que dispongamos de las fuerzas, capacidades, recursos, infraestructuras, preparación para la lucha bélica y resiliencia necesarios para disuadir y defender en consonancia con nuestras tres tareas básicas de disuasión y defensa, prevención y gestión de crisis y seguridad cooperativa.

Los Aliados acuerdan que este compromiso del 5% comprenderá dos categorías esenciales de inversión en defensa. Los Aliados asignarán anualmente al menos el 3,5% del PIB, sobre la base de la definición acordada de gasto de defensa de la OTAN para 2035, a la financiación de las necesidades básicas de defensa y al cumplimiento de los Objetivos de Capacidad de la OTAN. Los Aliados se comprometen a presentar planes anuales que muestren una trayectoria creíble e incremental para alcanzar este objetivo. Y los Aliados aportarán hasta el 1,5% del PIB anual para, entre otras cosas, proteger nuestras infraestructuras críticas, defender nuestras redes, garantizar nuestra preparación y resistencia civil, dar rienda suelta a la innovación y reforzar nuestra base industrial de defensa. La trayectoria y el equilibrio del gasto con arreglo a este plan se revisarán en 2029, a la luz del entorno estratégico y de los Objetivos de Capacidad actualizados. Los Aliados reafirman sus compromisos soberanos permanentes de prestar apoyo a Ucrania, cuya seguridad contribuye a la nuestra, y, a tal fin, incluirán contribuciones directas a la defensa de Ucrania y a su industria de defensa en el cálculo de los gastos de defensa de los Aliados.

Reafirmamos nuestro compromiso compartido de ampliar rápidamente la cooperación industrial transatlántica en materia de defensa y de aprovechar la tecnología emergente y el espíritu de innovación para hacer avanzar nuestra seguridad colectiva. Trabajaremos para eliminar las barreras al comercio de defensa entre los Aliados y aprovecharemos nuestras asociaciones para promover la cooperación industrial en materia de defensa.

Expresamos nuestro agradecimiento por la generosa hospitalidad que nos ha brindado el Reino de los Países Bajos. Esperamos con interés nuestra próxima reunión en Turquía en 2026, seguida de una reunión en Albania.

Y hasta aquí se puede leer.

Cómo dije en un artículo anterior estos presupuestos para los Estados europeos son equivalentes a los que mantiene Estados Unidos para el Ejército más poderoso que ha habido en la historia. Si los comparamos con los presupuestos de defensa de Rusia, estos representan solamente un cuarta o tercera parte de lo que hoy los Estados la Unión Europea destinan a defensa, este incremento del 5 por ciento claramente va más allá de lo meramente defensivo. Son unos presupuestos que capacitarían a los Estados europeos con unos Ejércitos temibles preparados para pasar a la ofensiva. Con Rusia o con quién se considerará oportuno. Sin embargo, el liderazgo de los Estados Unidos en la OTAN, y la ausencia de una industria militar europea capaz de ofrecer lo necesario en armamento, subordinan una vez Europa a Washington, con la diferencia de que esta vez proporcionaría unas Fuerzas Armadas disponibles y una capacidad adquisitiva hacia la industria americana muy superiores.

Donald Trump considera a España un país como un problema y nos va a intentar extorsionar a través de una guerra comercial, lo «pagaremos dos veces» ha dicho, pero nuestro país forma parte de la Unión Europea, y al igual que el Artículo 5 de la OTAN dice que un ataque a un Estado miembro es un ataque a todos los Estados que forman la Alianza Atlántica, existen tratados que protegen a los Estados miembros de la Unión Europea de ataques comerciales de otros Estados, incluidos los de Estados Unidos. La política comercial de España es la de la Unión Europea porque ya hace mucho que se abolieron las fronteras internas, de ahí que un ataque a España significaría un ataque a toda la Unión Europea, y esta es la que en función de los tratados mutuos nos debe de defender.

Es lamentable que tengamos que presenciar esto de parte de un Estado con el que España decidió ligar parte de su historia por conveniencia mutua desde 1953 con los Pactos de Madrid, cuando ni siquiera teníamos un régimen democrático, en el contexto de la Guerra Fría. Pero España, además, en 1982 decidió integrarse en la OTAN, de nuevo por conveniencia mutua, obteniendo nuestro país la deseada garantía de seguridad colectiva, un factor decisivo para llevar a cabo la modernización de nuestras Fuerzas Armadas, incluida la obediencia debida a un Estado democrático, y un valor añadido para poder incorporarse a la Comunidad Económica Europea, a cambio los Estados Unidos obtuvieron el mantenimiento de sus bases militares de una forma más segura, las que hoy son de uso conjunto, pero que en el caso de Rota y Morón son fundamentales para la logística americana y la defensa del flanco sur de Europa.

Pero es que, además, España en nuestros días ha aceptado compromisos importantes con la defensa de la OTAN, desplegando fuerzas en Letonia, Rumania, Turquía, y el Mediterráneo. Recientemente ha desplegado fuerzas también en Eslovaquia. Por no hablar del apoyo militar hacia Ucrania, como han llevado a cabo otros Estados europeos. Una serie de operaciones de seguridad y defensa que de no ser por nuestra pertenencia a la OTAN no se corresponderían con la labor de nuestras Fuerzas Armadas.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 26 Junio 2025.