Los bárbaros contra los griegos – por Francesc Sánchez

Statue of Leonidas at the site of the Battle of Thermopylae, Oren Rozen - Wikimedia Commons
Hoy ser griego es algo impopular. Si hemos de hacer caso de muchos tertulianos televisivos y radiofónicos los griegos son unos caraduras que se jubilan a los cincuenta y dos años y viven subvencionados de las ayudas europeas, incluidas las españolas, que en realidad son prestamos a interés, que se niegan a pagar (como muestra el impago de 1.500 millones de euros al Fondo Monetario Internacional). Algunos dicen también que los gobiernos griegos del bipartidismo del Pasok y Nueva Democracia falsearon sus cifras macroeconómicas para entrar tanto en la Unión Europea como en el euro pero obvian que en su momento en plena fiesta de crecimiento económico nadie dijo nada. De hecho recuerdo que cuando se celebraron los Juegos Olímpicos en el 2004 todos ponían como ejemplo a la nueva Grecia e incluso muchos llegaron a decir que Atenas acogiera para siempre, como en la antigüedad, esta gran cita deportiva y este gran negocio. Todos bailaban el Sirtaki pero pocos recuerdan el magnifico desastre de Anthony Quinn en Zorba el griego. Si esto es lo que más se ha dicho lo que no se suele decir tanto es que los diferentes gobiernos griegos tras recibir el rescate del Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional han llevado a cabo recortes sociales draconianos y han subido los impuestos que han empobrecido a la mayoría de los griegos ya azotados por las consecuencias de una crisis económica global. Tampoco se suele decir demasiado que ese rescate financiero fue utilizado sobre todo para pagar a los acreedores privados europeos y evitar así una propagación de la crisis financiera.

Los gobiernos griegos del bipartidismo, aunque las fuerzas vivas del país se empobrecieran día a día y se manifestaran en las calles también día a día, eran bien vistos por sus prestamistas porque cedieron su soberanía económica a los organismos financieros internacionales y pagaban puntualmente tanto el rescate como los intereses de la deuda (en el 2014 pagaron 298 millones de euros al BCE). El temor a que los griegos cabreados auparan al poder a otros partidos llevó incluso al bipartidismo a modificar la ley electoral dando cincuenta diputados de más a la fuerza más votada sin que Europa se inmutará. Pero la realidad es tozuda y los griegos votaron por la Coalición de la Izquierda Radical (Syriza) de Alexis Tsipras para intentar recuperar su soberanía económica frente a la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Desde entonces en los medios de comunicación todo ha sido un ataque y derribo de su gobierno como si el gobierno de Syriza tuviera la responsabilidad de décadas de fiesta desenfrenada. Entre el gasto público del gobierno griego que ahora los burócratas europeos y algunos tertulianos demandan reducir se encuentra un abultado gasto militar (que representa el 3,6% de PIB): lo que pasa es que como apuntaba Pere Ortega* la señora Angela Merkel y el señor Nikolas Zarkozy presionaron al gobierno de Yorgos Papandréu para que no cancelara los contratos de compra de armamento contraídos con sus gobiernos so pena de poner en peligro las ayudas financieras.

Los griegos están convocados a un referéndum para decidir si quieren someterse a la troika o por el contrario quieren recuperar su soberanía. El Banco Central Europeo lo primero que hizo es amenazar con no facilitar liquidez suficiente a la banca griega (por lo que el gobierno griego se ha visto obligado a ordenar la restricción a la retirada de capitales: el famoso corralito argentino), y la Comisión Europea ya les ha amenazado que el No significaría un No al euro y a Europa. Un adelanto de lo que sucederá en España si las fuerzas del cambio se hacen con el poder: de entrada ya Mariano Rajoy ha dicho que si los españoles no le votan España terminará como Grecia. Los premios Nobel en economía Paul Krugman y Joseph Stiglitz han dicho que los griegos deben de votar No porque las políticas de austeridad de la troika son un callejón sin salida. Las deudas legitimas hay que pagarlas pero la civilización que inventó la democracia ―y tantas otras cosas que nos definen que me pregunto si realmente hemos valorado alguna vez― hace dos mil quinientos años hoy nos vuelve a asombrar tomando el destino entre sus manos. Ya solo queda recordar que en el 408 a.C. trescientos valerosos espartanos (y muchos otros griegos que nadie recuerda) liderados por Leónidas defendieron su civilización frente a los que consideraban bárbaros en las Termópilas.

* Me refiero al artículo de Pere Ortega en Mientrastanto en el mes de Noviembre de 2010: El chantaje en Grecia y el gasto militar.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 3 Julio 2015