El fenómeno Wikileaks - por Francesc Sánchez


Sección Periodismo
El fenómeno Wikileaks
por Francesc Sánchez


Wikileaks es un sitio web que ha sacado a la luz cientos de miles de documentos del Pentágono y del Departamento de Estado de EEUU, estos últimos difundidos también por cinco medios de referencia a nivel internacional (The Guardian, Der Spiegel, The New York Times, Le Monde y El País). Wikileaks, que recoge informaciones –filtraciones que hacen llegar al sitio personas diversas– desde el año 2006, empezó difundiendo un video del ejército norteamericano en Iraq en dónde se veía como un helicóptero asesinaba a once civiles, entre ellos un periodista de Reuters. Tras Colateral Murder llegaron los diarios de Guerra de Afganistán y tras estos los Diarios de Guerra de Iraq, en donde se puede constatar las dificultades del ejército americano en las tierras que ha invadido. Lo último que ha difundido Wikileaks son las comunicaciones entre las embajadas estadounidenses y el Departamento de Estado: en ellas puede verse lo que opinan los funcionarios norteamericanos de los jefes de gobierno y de la política interior de multitud de países. Desde los recelos de algunos países árabes –como Egipto, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos– hacia un Irán que cuanto menos tiene pretensiones de obtener energía nuclear para uso civil, hasta una China que le gustaría una reunificación en Corea bajo la hegemonía de Seúl y su influencia. En los cables que se refieren a España los diplomáticos –por si había alguna duda– dicen que el Partido Popular perdió las elecciones de 2004 por su mala gestión en los atentados del 11 de Marzo. Mencionan que EEUU habría dado dinero a los países europeos –entre ellos España– por acoger a presos de Guantánamo. Constatan que el gobierno español era consciente de las escalas en territorio nacional de los aviones de la CIA con prisioneros de Afganistán y otros países. Señalan –en fin– que el gobierno y la fiscalía habrían colaborado activamente con EEUU en el caso del asesinato en Iraq de José Couso por el ejército norteamericano.

Todo este tipo de informaciones tienen su importancia por su relevancia social pero se ha de tener en cuenta que en unos casos son los documentos que confecciona el Pentágono sobre sus guerras y en otros las opiniones de funcionarios estadounidenses desde sus embajadas. No todo tiene porque que ser una constatación veraz de la realidad. Luego se tiene que tener en cuenta que las filtraciones que están difundiendo los cinco medios antes mencionados son tan solo una parte de todo el material que Wikileaks dispone. Estos medios son los que deciden –según sus criterios– que publicar y que omitir.

Wikileaks está siendo acosada por las empresas que le ofrecen su dominio y le daban alojamiento en Internet, que le facilitaban el cobro de donaciones de personas que se solidarizan con su causa, por el propio banco suizo que recogía las aportaciones y que ha cerrado su cuenta. Julian Assange, el fundador de Wikileaks y su cara visible –tras él hay un equipo de más de una decena de personas y cientos de colaboradores–, se ha entregado a la policía británica tras ser puesto en búsqueda y captura por la Interpol, después que dos mujeres suecas le hayan denunciado por acoso sexual. En respuesta a todo esto han aparecido cientos de copias del sitio web de Wilikeaks, y ha aparecido una legión de internautas autodenominados Anonymous que se ha solidarizado con Wikileaks llevando a cabo ataques DDoS contra las páginas web de las empresas que le han retirado sus servicios.

Sacar algo en claro del fenómeno de Wikileaks puede ser precipitado, pero por de pronto puede decirse que está siendo un revulsivo para unos medios de comunicación, una prensa, muchas veces adormecida ante los conflictos y desafíos que tiene nuestra sociedad en lo que llevamos de siglo XXI. En el pasado eran las investigaciones periodísticas las que sacaban a la luz los grandes secretos de los gobiernos y los poderosos, hoy és un sitio de Internet quién los recoge y difunde a los cuatro vientos. Pero lo cierto –quizá exceptuando el caso Couso– es que hasta la fecha no se ha publicado nada de extrema gravedad, nada que el común de los mortales, que se preocupe para estar informado, no sospechara. Hay también algunas ausencias, por ejemplo de momento pocos documentos sobre Israel, y poco comprometedores. Sin embargo, el acoso contra Wikileaks y su fundador Julian Assange, demuestra hasta que punto esta organización está siendo incomoda para los gobiernos y la élite global.

Por este motivo Wikileaks y Julian Assange merecen nuestra solidaridad y debería de tener la misma de los medios de comunicación que durante estos días están vendiendo periódicos gracias a ellos. Porque el mostrar indiferencia ante quién está ejerciendo su derecho de informar de hechos de trascendencia social puede justificar en el futuro la supresión de la libertad de expresión.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 11 Diciembre 2010.

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