Auge y caída de Yugoslavia - por Francesc Sánchez

El presente trabajo va a tratar de explicar como se formó el estado y la identidad yugoslava a lo largo del tiempo en los dos últimos siglos tras la desaparición de los imperios centrales y como ese estado y esa conciencia compartida, que funcionó desde el final de la Primera Guerra Mundial hasta el colapso del bloque comunista, desapareció tras las brutales guerras civiles al final del siglo pasado. - seguir leyendo

Sección Memoria Histórica
Auge y caída de Yugoslavia - por Francesc Sánchez

La historia de los pueblos de los Balcanes se remonta hacia atrás todo lo que queramos. Las culturas y las entidades políticas balcánicas que durante siglos formarían los estados que actualmente conocemos empiezan a despuntar en la alta Edad Media. Pero este trabajo se inicia en el siglo XIX momento en que se conforman las identidades nacionales contemporáneas y tras el acuerdo de éstas la identidad compartida yugoslava.


La eclosión de los primeros estados balcánicos

Los pueblos de los Balcanes en el siglo XIX vivían sometidos en territorios que permanecían en manos del Imperio Austriaco y el Imperio Otomano. Uno de estos pueblos, el serbio, se alzó en armas contra la Sublime Puerta en 1804 y en 1815, y a resultas de ésto consiguió cierta autonomía bajo la figura de un principado hereditario. Esta autonomía de los serbios fue reconocida por las grandes potencias europeas en 1856 en el Congreso de París. Las últimas tropas otomanas abandonaron el territorio en 1867. Serbia en 1878 en el Congreso de Berlín consiguió su reconocimiento internacional como país independiente. En Bosnia-Herzegovina en 1876 estalló una insurrección popular contra los otomanos. El Imperio Ruso intervino en favor de los bosnios, pero fueron los austriacos los que ocuparon el territorio durante 30 años, produciéndose en 1908 su anexión oficial al Imperio Austro-Húngaro.

Esta situación de enfrentamiento contra el Imperio Otomano y de dependencia de potencias extrajeras como son el Imperio Austro-Húngaro y el Imperio Ruso hizo surgir el primer sentimiento paneslavista entre serbios y croatas. El obispo croata Strossmayer fue el promotor de la idea nacional yugoslava a mediados de siglo. Strossmayer fundó la Academia y la Universidad de Zagreb, dirigió el Partido Nacional desde 1860 y trabajó en el acercamiento de católicos y ortodoxos.

En 1876 los serbios y los montenegrinos declararon la guerra al Imperio Otomano y aunque fueron derrotados consiguieron el apoyo del Imperio Ruso, y juntos, liberaron la ciudad de Sofía y consiguieron llegar en 1878 a las puertas de Estambul. El Tratado de San Stéfano consagró la victoria rusa y la independencia de Bulgaria. En 1897 estalló otra guerra contra los turcos cuando los griegos deciden apoyar a los cretenses. No perdamos de vista que los griegos también lograron su independencia tras enfrentarse a los turcos entre 1821 y 1832. Estamos asistiendo como vemos a la generación de los estados balcánicos a expensas de un Imperio Otomano en decadencia que en Europa ira perdiendo todos sus territorios.

En octubre de 1912 se produce la que se conoce por la Primera Guerra Balcánica en la que Serbia, Montenegro, Grecia y Bulgaria se enfrentaron al Imperio Otomano. Los turcos salieron derrotados y en mayo de 1913 tuvieron que aceptar el tratado de Londres. La Sublime Puerta cedió Creta, todas las islas del Egeo y los territorios al oeste de la línea Enos-Midia. Las intrigas de los austriacos sobre Bulgaria hicieron estallar otro conflicto. Bulgaria atacó a sus antiguos aliados, pero los serbios, los griegos y los rumanos les derrotaron. Bulgaria tuvo que aceptar en agosto de 1913 el tratado de Bucarest por el que perdió los territorios de Macedonia y Dobrudja.

El 28 de junio de 1914 un serbio llamado Gavrilo Princip, miembro de la facción terrorista Mano Negra −una organización que buscaba la creación de un gran estado eslavo bajo la hegemonía serbia−, asesina en Sarajevo al archiduque Francisco Fernando de Habsburgo, heredero del Imperio Austro-Húngaro. "Los austriacos desde el principio empiezan a detener a serbios en Sarajevo. Saben que Serbia está detrás del magnicidio y deciden darle un ultimátum: Serbia tenía que prohibir todas las publicaciones en su territorio que hablaran mal de los austriacos, Serbia tenía que substituir a todos los funcionarios hostiles, y finalmente tenían que aceptar la participación de policías austriacos en la resolución del crimen. Serbia aceptó los dos primeros puntos pero se negó a aceptar el tercero por lo que Austria el 28 de Julio declara la guerra contra esta nación y empieza a bombardear Belgrado" (Sánchez, 2012). Este es el inicio de la Primera Guerra Mundial durante la cual eslovenos, croatas y serbios negocian la creación del primer estado yugoslavo. En el mes de julio de 1917 representantes eslovenos, croatas y serbios firman la Declaración de Corfú en la que manifestaban su deseo de formar un estado yugoslavo bajo la monarquía reinante en Serbia. Meses después Bosnia Herzegovina y Montenegro expresan su adhesión al pacto de Corfú. En noviembre de 1918 se reúnen en Ginebra delegados eslovenos y croatas para tratar el modelo de confederación que querían con Serbia. Sin embargo los serbios al ocupar la Voivodina y Bosnia Herzegovina imponen su modelo de estado centralista. De esta forma, con el apoyo de británicos y norteamericanos, se crea el primer estado yugoslavo.


El primer estado yugoslavo

El 1 de diciembre de 1918 el rey Alejandro Karagjorgievic proclama el nacimiento del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. En el nuevo estado hay doce millones de personas. Serbios, croatas y eslovenos constituyen el 83% de la población (9.931.500). En 1920 se celebran elecciones constituyentes en las que los partidarios de la centralización quedan en mayoría. La autonomía de la que gozaban los croatas bajo el Imperio Austro-Húngaro desaparece. Se articula un estado centralista basado en la Constitución de junio de 1921 que establece un régimen parlamentario, un país dividido en 35 pequeñas unidades administrativas y en el que conviven varios pueblos con historias, religiones y culturas diferentes.

En el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos hubo tensiones constantes entre los serbios que imponían un estado centralista y las fuerzas del resto de las repúblicas que exigían una descentralización. El momento culminante de esta dinámica, en la que se sucedieron diferentes atentados perpetrados por grupos croatas y macedonios, se produce en 1929, cuando Alejandro Karagjorgievic da un golpe de estado, anulando la Constitución, disolviendo el Parlamento, prohibiendo los partidos políticos, e instaurando una dictadura militar. El nuevo estado pasa a partir de entonces a denominarse Reino de Yugoslavia. El monarca en 1931 hace una reforma administrativa dividiendo el estado en nueve banovinas (regiones) adaptando sus límites a la geografía física y no a la política, promulga una nueva Constitución unitaria y centralista, y restablece el régimen parlamentario. Vuelve de esta forma la democracia pero vendrá mutilada porque solo se pueden presentar a las elecciones los partidos de ámbito estatal. Lo que buscaba Alejandro Karagjorgievic era una nueva conciencia nacional yugoslava en función de la matriz serbia, por esta razón el gobierno acentúa la serbianización del nuevo estado yugoslavo: la mayoría de los generales y de los altos cuadros de la administración serán serbios.

Todo esto como era de esperar trae nuevas tensiones y en Croacia se crean grupos extremistas, allí nace la organización ustachá (sublevación) dirigida por el abogado Ante Palevic, que mientras tanto se refugiará en Italia declarándose fascista. En el mes de octubre de 1934 el rey Alejandro Karagjorgievic es asesinado en Marsella por un terrorista a las ordenes de Ante Palevic. El hijo de Alejandro, el que será conocido por Pedro II, es menor de edad, por lo que su tío el príncipe Pablo ejerce una regencia. Pablo convoca elecciones generales.

"Sin embargo, éstas fueron una farsa, con todo tipo de coacciones a los opositores políticos (incluidas detenciones arbitrarias), presiones sobre los electores y hasta manipulación de los resultados finales. El descrédito del gobierno es completo." (Girón, 1999: 33)

En agosto de 1939 se llega a un acuerdo. Se reforma el estado en sentido federal al crearse la Banovino Hrvatska (provincia autónoma de Croacia). Se dota a Croacia de un gobierno autónomo con una Dieta en Zagreb y con amplias competencias. El territorio estaba formado por Croacia y las regiones de Eslavonia, Bosnia central y Herzegovina. Las poblaciones serbias rechazaron el nuevo estatus. Los serbios de Vukovar y de la Krajina reclamaron su deseo de incorporarse a Serbia. Los musulmanes de Bosnia solicitaron una zona autónoma. Los serbios querían darle autonomía a Eslovenia. Querían crear un país Serbio que englobase a Serbia, Montenegro, Macedonia, Kosovo y una parte de Bosnia-Herzegovina, habitadas mayoritariamente por población serbia.

Este escenario que se empezó a dibujar a las puertas de la Segunda Guerra Mundial en el que croatas y serbios quieren englobar bajo su gobierno −en este momento autónomo− los territorios donde hay una importante presencia −mayoritaria en muchos casos− de población serbia o croata será muy parecido al que precedió a las guerras balcánicas en la última década del pasado siglo.

El regente Pablo y el presidente del Consejo Stojadinovic hacen una política exterior de buen entendimiento con los estados fascistas y la Alemania nazi. En 1934 Yugoslavia firmó el Pacto Balcánico con Rumania, Grecia y Turquía y después tratados de amistad con Bulgaria en 1937 e Italia en 1938. Finalmente se acuerda un tratado comercial con Alemania en el mismo año. El gobierno yugoslavo intenta mantenerse neutral en la guerra pero no lo conseguirá.


Todos contra todos: el terror

La Segunda Guerra Mundial fue a su vez una guerra contra las tropas del Eje y entre las diferentes fuerzas yugoslavas. El 25 de marzo de 1941 se firma el pacto Tripartito por el que se permite el tránsito de las tropas alemanas por territorio yugoslavo hacia Grecia. Frente a esto se produce primero una rebelión popular en Belgrado, después un golpe militar de un grupo de oficiales que destituyen al regente Pablo para darle el poder a Pedro II, y finalmente se forma un gobierno de unidad nacional presidido por el general Simoovic. La respuesta alemana es un bombardeo de Belgrado que arrasa la ciudad y llega a producir 20.000 muertes. En poco tiempo, doce días, se termina con la resistencia. Los miembros del gobierno y el rey Pedro II huyen y se exilian en Londres. Yugoslavia desparece como estado y las potencias del Eje se reparten sus territorios.

Mientras esto sucedía en Belgrado en Croacia las potencias del Eje imponen un régimen fascista liderado por Ante Palevic que se basa en el nacionalismo, en la religión católica, en el racismo, y en la eliminación física de toda oposición política. El nuevo régimen prohíbe el uso del alfabeto cirílico, cierra escuelas ortodoxas, y anula los derechos civiles a la población no croata (serbios y judíos son expulsados de sus trabajos en la administración y se les niega a ejercer profesiones liberales). Los serbios si no querían desaparecer se tenían que convertir en ciudadanos croatas convirtiéndose al catolicismo.

"Los métodos empleados emulaban a los nazis; desde el verano de 1941 la población serbia es trasladada a campos de concentración que después se convirtieron en campos de exterminio. La Iglesia ortodoxa sufre también una dura represión: cinco obispos y trescientos sacerdotes fueron asesinados y más de trescientas iglesias destruidas. Cuando, cuatro años después termina la pesadilla del Estado Independiente de Croacia, los servicios de inteligencia norteamericanos cifraron en 750.000 los ciudadanos serbios asesinados por los ustachis croatas, así como 45.000 judíos y toda la población gitana, cuantificada en 28.000 personas. Solamente en el campo de concentración de Jasenovac −conocido como el Auschwitz croata− fueron exterminadas doscientas mil personas." (Girón, 1999:36).

La contestación a los nazis y al régimen de los ustachis croatas es la formación de dos movimientos guerrilleros. El primero de ellos es el que organizó el general Mihailoviv, en nombre del gobierno monárquico exiliado en Londres, conocido bajo el nombre de los chetnicks (nombre de los antiguos campesinos serbios que luchaban contra los turcos). El segundo es el de los partisanos, puesto en marcha por los comunistas y liderado por Josip Broz Tito, secretario general del partido desde 1937. Los dos grupos lucharon contra los ustachis croatas y entre si. Tito presentó su lucha con un carácter multiétnico y multinacional ganando popularidad. Fueron los defensores no solo de los serbios si no también de los croatas y los musulmanes. En esta guerra a tres bandas se imponen los partisanos. El 20 de octubre de 1944 liberan Belgrado y en abril del año siguiente Zagreb.

Los ustachis croatas y los chetniks serbios se rindieron a los británicos pero éstos les entregaron a los partisanos. Entre veinte y treinta mil murieron en campos de concentración. Ante Palevic, el líder fascista del estado croata, y sus colaboradores lograrán huir.


La Yugoslavia socialista

«La República Popular Federativa de Yugoslavia es un Estado federal popular de régimen republicano, una comunidad de pueblos iguales en derechos que, en virtud del derecho de los pueblos a disponer de ellos mismos, incluido el derecho de secesión, han expresado una voluntad de vivir unidos en el Estado Federal» Artículo Primero de la Constitución yugoslava de 1946. (Martín de la Guardia y Pérez Sánchez, 1997: 53)

Durante la guerra se crea el Consejo Antifascista de Liberación Nacional de Yugoslavia, una especie de Parlamento provisional, un Comité de Liberación Nacional presidido por Tito, y finalmente un Frente Popular integrado por el Partido Comunista, el partido Demócrata, el Republicano, el Popular Campesino, el Socialista y el Socialdemócrata. Tras la Segunda Guerra Mundial los partisanos son los grandes vencedores y Tito convertido en una leyenda viva será el hombre fuerte de la Yugoslavia socialista.

El nuevo estado como el resto de países de Europa del Este fue asignado a la influencia de la Unión Soviética tras la Conferencia de Yalta de febrero de 1945. Se convocaron elecciones donde se presentó una sola lista, la del Frente Popular, que con una participación del 88% obtuvo el 90% de los votos emitidos.

En enero de 1946 se aprueba la Constitución que define a la República como federal y popular con seis repúblicas (Eslovenia, Croacia, Bosnia Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia) y dos provincias autónomas (Voivodina y Kosovo) dentro de Serbia. Había dos cámaras, la federal y la de las nacionalidades. En un primer momento el nuevo estado yugoslavo siguiendo el modelo soviético puso en macha la centralización y un gran plan de nacionalizaciones que abarcó todos los sectores económicos, desde los transportes a la industria pasando por la banca. En cuanto a la tierra se abolieron los latifundios y se efectuó un reparto entre los campesinos.

Las fricciones de Yugoslavia con la Unión Soviética de Stalin surgieron cuando Tito intentó organizar una confederación de países socialistas en los Balcanes. Stalin se opuso y en 1948 Yugoslavia fue expulsada de la Kominform perdiendo la ayuda económica soviética. Yugoslavia quedó aislada internacionalmente pero Tito supo rentabilizar esta situación en su beneficio, enviando un mensaje de autosuficiencia, que venia a decir que los yugoslavos resistieron a los nazis en solitario sin la ayuda soviética y por lo tanto ahora podrían hacer lo mismo. Pronto, Estados Unidos, en un contexto de plena Guerra Fría, se acercó al régimen de Tito para convertir Yugoslavia en un bastión contra Stalin a cambio de una suculenta financiación. Pero este acercamiento a occidente no hizo perder los presupuestos socialistas del estado yugoslavo, sencillamente se promovió un nuevo modelo, que alejado del centralismo soviético apostó por la autogestión económica y la descentralización político-administrativa. En 1952 el Partido Comunista pasa denominarse la Liga de los Comunistas de Yugoslavia, y un año después se aprueba una nueva Constitución en la que se dibuja la relación entre el poder federal, que mantiene las competencias de Interior, Defensa, Economía, Administración Pública y Relaciones Exteriores, y las repúblicas, que tienen el resto.

Entonces Tito hizo lo impensable. Un nuevo mundo había nacido tras las descolonizaciones de los antiguos imperios coloniales y los líderes de estas nuevas naciones se reunieron en 1955 en la Conferencia de Bandung. Así nació el Movimiento de los Países No Alienados, los que bajo el liderazgo de Nheru, Nasser y Tito, apostaron por su independencia marcando distancias sobre las dos grandes superpotencias.

En los años sesenta y setenta Yugoslavia se abre al capital internacional privatizando el 49% de muchas empresas estatales. El país se convierte en un importante destino turístico y este sector incrementa las arcas del estado. El socialismo de estado, aunque mantiene tanto la estructura política y administrativa inalterable como un importante sector público, está lejos del tiempo de la posguerra. Yugoslavia mucho antes que en los países de Europa del Este que siguen en la orbita de Moscú se ha convertido en un país donde el consumo privado dinamiza la economía.

Durante el longevo gobierno de Tito asistimos a tensiones entre el gobierno federal y las repúblicas que el presidente por un lado reprime pero por otro intenta resolver con una mayor descentralización. Las diferencias económicas entre una repúblicas más desarrolladas e industrializadas (Eslovenia y Croacia) y otras más atrasadas eminentemente agrarias (Bosnia, Kosovo, Macedonia y Montenegro) se intentan corregir mediante la transferencia de fondos para su desarrollo. Esta política de solidaridad entre territorios impuesta por el gobierno federal aunque produce mejoras en las repúblicas más pobres no logra equipararlas a las más ricas y generará más quejas en estas últimas.


De nuevo todos contra todos: acto final

Tras la muerte de Tito en 1980 las tensiones se incrementan. Pero es la caída del muro de Berlín en 1989 y tras él todos los estados comunistas de la Europa del Este, incluida la propia Unión Soviética que termina desmembrándose, lo que contextualiza el ascenso del nacionalismo serbio de la mano de Slobodan Milosevic, el abandono de la Liga de los Comunistas de Yugoslavia por parte de los eslovenos y los croatas, y la transformación de sus cuadros políticos de comunistas a fervientes nacionalistas.

Slobodan Milosevic se hizo el hombre fuerte Serbia y Yugoslavia tras hacerse eco de las quejas de la comunidad serbia en la provincia se Kosovo, minoritaria y marginada por la comunidad albano kosovar. Milosevic entonces aprovechó este ambiente para ensalzar el nacionalismo serbio tanto en las provincias de Kosovo y Voivodina, como en las repúblicas de Serbia y Montenegro: su intención era obtener una mayoría en los votos en el estado yugoslavo para imponerse al resto de repúblicas. Tal como decíamos los eslovenos en el Congreso de la Liga de los Comunistas no aceptan las directrices de Milosevic y lo abandonan, los croatas les siguen, y ese es el fin del estado yugoslavo.

Sin embargo los problemas tan solo habían empezado. La minoría serbia en la república de Croacia en las regiones de Eslavonia y la Krajina no acepta la situación y se sublevan cortando las carreteras en lo que se conoció bajo 'La revuelta de los troncos'. Mientras en Serbia el hombre fuerte era Slobodan Milosevic en Croacia subía al poder Franjo Tudjman, un ex partisano que formó parte de la guerrilla liderada por Tito y que a los 23 años se convertiría en el general más joven del ejército yugoslavo.

El 25 de junio de 1991 Eslovenia y Croacia proclaman su independencia. Franjo Tudjman se convirtió en el primer presidente de la Croacia por el partido Unión Democrática. El ejército popular yugoslavo entra en Eslovenia sin tener un plan de acción nada claro, saliendo derrotado −en lo que se conoció como la 'Guerra de los diez días'− por una milicia eslovena que se había formado a través de la policía y los reservistas (cuerpo creado por Tito en cada república para hacer frente a una eventual invasión soviética). Terminado el conflicto con Eslovenia se inicia el de Croacia, esta vez con toda la crudeza de una guerra civil, en el que el ejército yugoslavo y fuerzas paramilitares invaden el este de la república y toman la ciudad de Vukovar. La victoria de los serbios en Vukovar, la ciudad más importante de la región croata habitada por serbios y croatas, lleva a Slobodan Milosevic a pedir cascos azules para proteger a la población. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas emite la resolución 743 para el despliegue de 12.000 cascos azules para proteger a la población de este territorio pero, con el avance del ejército croata, no logrará impedir que más de 100.000 serbios tengan que huir hacia Serbia. Mientras esto sucedía en el norte, en el sur los serbios y los montenegrinos asedian durante seis meses la ciudad de Dubrovnik.

Pronto se iniciaría la peor guerra yugoslava cuando Slobodan Milosevic y Franjo Tudjman deciden repartirse la república de Bosnia Herzegovina en la reunión de Karadjordjevo. Bosnia Herzegovina es un crisol de culturas en donde la población está integrada por serbios, croatas y bosnios musulmanes, muchas veces mezclados en una misma localidad y entre sí con matrimonios mixtos. La ciudad de Sarajevo verdadero ejemplo de esto que decimos permanece sitiada 14 meses por el ejército serbio.

Las Naciones Unidas deciden enviar nuevamente cascos azules al territorio creando áreas seguras para la población civil. Uno de los episodios más dramáticos fue el de Srebrenica, una localidad bosnia en la que se agruparon miles de desplazados bosnio musulmanes. El general Morillon, después de convertir su retención en una clara voluntad de protección de la población, no pudo cumplir finalmente su palabra en nombre de las Naciones Unidas cuando 15 de agosto de 1995, los serbios expulsaron a toda la población y mataron a la mayoría de los hombres (se produjeron más de 8.000 muertes).

La guerra en Bosnia Herzegovina fue entre bosnios musulmanes y serbios, fue entre croatas y serbios, y entre croatas y bosnios musulmanes. Fue una guerra a tres bandas de todos contra todos en la que la comunidad internacional, como veremos a continuación, trato de evitarla, pero fue incapaz de imponerse hasta que las fuerzas de los contendientes se agotaron. Pero antes diremos algo sobre la guerra de los serbios contra los albanokosovares y la de éstos últimos contra los macedonios.

La provincia serbia de Kosovo para el imaginario colectivo de los serbios siempre formó parte de Serbia y en ésta se encuentran la mayoría de los monasterios de la Iglesia Ortodoxa Serbia (en la región de Mtohija y en la localidad de Pec). En esta provincia en 1389 se llevó a cabo la batalla de Kosovo contra el Imperio Otomano en la que murieron los lideres de los dos bandos enfrentados y desde entonces estos hechos quedaron integrados en la mitología nacional serbia. La conquista de los otomanos de la región trajo un proceso de islamización de la sociedad y migraciones importantes de albaneses que conformarían con el transcurrir de los siglos la etnia mayoritaria en el territorio. Durante la Yugoslavia socialista Kosovo siendo una provincia serbia tuvo un gobierno autonómico que a la muerte de Tito aspiraba a convertirse en una república más. Las tensiones entre la comunidad serbia y albanokosovar como dijimos más arriba fueron aprovechadas por Slobodan Milosevic para hacerse con el poder de Yugoslavia. Cuando empezaron las guerras yugoslavas los albanokosovares esperaron su turno. La iniciativa la tomó una guerrilla que se autodenominaba Ejército de liberación de Kosovo (UÇK) que rapidamente empezó a hacer incursiones y a cometer atentados. Iniciada la guerra hubo centenares de miles desplazados hacia el sur y hacia la vecina Albania (el reportero Miguel Gil de Mora filmó en Pristina la expulsión de miles de ellos en trenes, las imágenes dieron la vuelta al mundo, y el fotoperiodista Gervasio Sánchez hablaba de un millón de deportaciones). La comunidad internacional liderada por los Estados Unidos zanjaron el asunto al margen sin la autorización de las Naciones Unidas: entre los meses de marzo y junio de 1999 la OTAN empezó a bombardear Serbia. A posteriori el Consejo de Seguridad a través de la resolución 1244 autorizaba la presencia de tropas terrestres en el territorio de Kosovo pero también establecía que no se podía aprovechar esta intervención para proclamar la independencia. Algo que sucedió en el año 2008.

En cuanto a la guerra de 2001 entre albanokosovares y macedonios es menos conocida. En Macedonia en muchas localidades la étnica mayoritaria es la albanesa y quieren ver reconocidos sus derechos culturales. Terminada la guerra con los serbios los albanokosvares del UÇK iniciaron un conflicto armado con los macedonios entorno a la ciudad de Tetovo que finalizo tras el Acuerdo de Ohrid, donde el estado macedonio cedió a varias de las exigencias de los albaneses (mayor reconocimiento de la lengua albanesa, más poder político en la municipalidades, el mismo derecho que los macedonios para acceder a los empleos públicos y un mayor papel en la sociedad civil).


Los planes de paz

Las guerras yugoslavas pudieron evitarse si las partes se hubieran puesto de acuerdo en lo esencial, el respeto a las fronteras de cada república en el periodo socialista. El Plan liderado por Lord Carrington en otoño de 1991 fue probablemente la última oportunidad de evitarlas.

El Plan Carrington desplegaba cuatro capítulos.

1. Partía del principio que las repúblicas se constituían como estados soberanos, pudiéndose separarse definitivamente o asociarse entre ellas escogiendo cada una sus obligaciones y compromiso. 2. Todas las repúblicas debían garantizar las libertades constitucionales y legales para las minorías que se hallasen dentro de sus fronteras, creándose para este cometido un estatuto especial. 3. Las fronteras de las nuevas repúblicas deberían ser las heredadas de la Yugoslavia socialista y no podrían ser alteradas. Se preveía las relaciones y formas de cooperación, con un mercado interno, un sistema de pagos comunes, y una unión aduanera. La colaboración se extendería a los asuntos exteriores, la seguridad y la lucha contra la criminalidad, la droga y el terrorismo. 4. Finalmente se preveía instituciones comunes tales como consejos que se reunirían periódicamente, una asamblea parlamentaria e incluso un tribunal de derechos humanos.

"En conjunto, se proponía una confederación de inspiración netamente anglosajona, pero de marcado estilo europeo." (Veiga, 2011:147)

Milosevic se opuso al Plan Carrington porque,

"Nos proponían disolver Yugoslavia sin más ni más, de un golpe de pluma. Y no tenían derecho a hacerlo". The Death of Yugoslavia, documental de la BBC (Laura Silber), 1995, cap. 2.

Pero había más. La aceptación del Plan Carrington alejaba las pretensiones de Serbia de apropiarse de más de la mitad de Bosnia Herzegovina, que previamente Milosevic había negociado con Tudjman. Por esa razón Milosevic propuso una pequeña Yugoslavia integrada por Serbia, Montenegro y Bosnia, en la que poder cambiar a su antojo las fronteras. Algo que no fue aceptado.

En enero de 1993 el enviado de las Naciones Unidas, Cyrus Vance, y el enviado de la Comunidad Europea, David Owen, se pusieron a trabajar en un plan de paz para Bosnia Herzegovina basado en diez cantones semi-autónomos. El Plan Vance-Owen favorecía a serbios y croatas en el reparto de Bosnia Herzegovina pero manteniendo las fronteras de 1991. Este reparto favorecía sobre todo a los croatas algo que los bosniacos y serbios no aceptaron.

En octubre de 1995 tras un alto el fuego las partes enfrentadas se reúnen en la base aérea de Wright-Paterson, en Dayton, Ohio, para poner en marcha lo que se conocerá bajo el nombre de los Acuerdos de Dayton.

Se reunieron tres delegaciones, una por la República Federal de Yugoslavia, encabezada por Slobodan Milosevic y Momir Bulatovic, otra por la República de Croacia, encabezada por Franjo Tudjman, y la tercera por Bosnia Herzegovina, encabezada por Alija Izetbegovic. Los croatas y los serbios de Bosnia (Radovan Karadzic se encontraba ausente por ser acusado de crímenes de guerra y en su lugar acudió Moncilo Krajicnic) también enviaron sus representantes pero sin voz ni voto. El mediador fue Richard Holbrooke un experimentado negociador. Los anfitriones esperaban resolver la cuestión en diecisiete días apoyados con un mapa interactivo en 3D, con margen de error de menos de dos metros, desde el que se podrían trazar las líneas de las nuevas áreas de inflcuencia.

El Plan Dayton se basaba en la idea de preservar la existencia de Bosnia Herzegovina como estado soberano, con las fronteras que tenía dentro de la Yugoslavia de Tito. El reparto de los territorios, divididos en cantones y unidos en una confederación, en la que se alternaría la presidencia, era la cuestión a resolver por las partes enfrentadas. El Plan Dayton deshizo el acuerdo de Karadjorjevo entre Franjo Tudjman y Slobodan Milosevic por el que se querían anexionar sus respectivas áreas de influencia −sobre la población croata y serbia respectivamente− en Bosnia Herzegovina, y avalaba con su firma la integridad de la República de Bosnia Herzegovina.

El reparto al final fue de un 49% para la República serbia de Srpska y un 51% para la Federación bosniaco-croata, dos territorios unidos como antes dijimos por una confederación en la que la presidencia seria alterna. Franjo Tudjman y Alija Izetbegovic consiguieron el corredor de Gorazde. Slobodan Milosevic cedió íntegramente a los musulmanes la ciudad de Sarajevo a cambio de la ciudad de Brko (la que finalmente quedó en arbitraje internacional) que comunicaba las dos territorios de influencia serbia, y con la intención de anular el gobierno croata de Pale, y establecer la capital de la República de Srpska en Banja Luka. El 21 de noviembre de 1995 se terminaron las negociaciones en Dayton y se alcanzó por fin un acuerdo para la paz en Bosnia Herzegovina, paz que se firmó semanas después en Paris, el 14 de diciembre.


Un futuro incierto

El presente de los estados que emergieron tras las guerras civiles es el de una paz impuesta por el agotamiento de las fuerzas tanto económicas como militares de los bandos enfrentados y la presencia de la comunidad internacional que mantiene aún importantes contingentes militares en la región. Eslovenia ha logrado incorporarse a la Unión Europea y Croacia lo hará el próximo 1 de julio. En cuanto a Bosnia Herzegovina tras los Acuerdos de Dayton que trajeron la paz ha reproducido el modelo yugoslavo a pequeña escala en una federación entre las comunidades de los croatas bosnios y los musulmanes bosnios (bosniacos), que se han organizado conjuntamente, y la comunidad de los serbio bosnios (la República Srpska). En cuanto a Macedonia se independizó en 1991 pero Grecia impide su incorporación a la Unión Europea por su irredentismo sobre la región griega homónima de Macedonia (de hecho la utilización del mismo nombre por la joven república ya es un motivo de tensiones con Grecia). Montenegro se separó en 2006 de la federación que mantenía con Serbia desde 2003, como el resto de repúblicas ha pedido su incorporación a la Unión Europea, y en este caso también a la OTAN. En cuanto a Serbia, la gran perdedora de las guerras yugoslavas, tuvo una revuelta (la revuelta del Buldózer ha sido llamada) que desplazó del poder a Slobodan Milosevic en el 2000. Kosovo, región autónoma de Serbia, consiguió su independencia en el 2008: fue posible tras los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999 y la entrada en la región de fuerzas terrestres de esta misma organización militar. En Kosovo se crearon dos grandes bases norteamericanas (Camp Bondstell y Camp Moteith).

El Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia de la Haya (creado ad hoc para juzgar la violación de los derechos humanos en la ex Yugoslavia) llevo a juicio a Slobodan Milosevic en el 2001 (este fue encontrado sin vida en su celda en el 2006). Otros inculpados fueron Radovan Karadzic líder de los serbio bosnios, el general serbio bosnio Ratko Mladic, y el general croata Ante Gotovina.

Las guerras entre las repúblicas de la ex Yugoslavia no fueron algo inevitable. Hasta el último momento la repúblicas pudieron haber resuelto sus diferencias políticamente entre ellas por voluntad propia o en función del Plan Carrington de 1991. Se ha argumentado que estas guerras civiles y hasta el abandono del estado yugoslavo fue debido al ancestral odio interétnico entre sus respectivas comunidades. Siguiendo esta argumentación el estado yugoslavo que ideó Tito tras la Segunda Guerra Mundial no habría sido más que una cárcel para los diferentes pueblos yugoslavos que tras su muerte movidos por un espíritu de libertad se emanciparon volviendo a sus raíces étnico culturales. Pero se pasa por alto que los pueblos que formaban Yugoslavia vivieron en paz durante muchos años y que la descentralización del estado entre las diferentes repúblicas probablemente fue una de las más grandes del mundo. Yugoslavia era un estado multinacional en el que diferentes pueblos convivieron en todas las repúblicas. Prueba de ello son las poblaciones serbias y croatas en territorios de otras repúblicas y los múltiples matrimonios mixtos. La ciudadanía yugoslava igualaba ante la ley la diferencia étnico cultural de todos estos pueblos. Fue en mi opinión la política nacionalista excluyente y la supremacía sobre los demás que los respectivos líderes levantaron la que llevo a las repúblicas yugoslavas a su separación y a la guerra. Y entonces, con la guerra, fue cuando apareció ese odio interétnico, entonces fue cuando vecinos que habían convivido en paz durante mucho tiempo, se mataron entre si.

Lo cierto es que la desmembración de Yugoslavia era una posibilidad pero no era necesaria. Podían haberse separado pacíficamente o continuar en un estado confederal. Pero las guerras hicieron el proceso irreversible por mucho tiempo. En este trabajo hemos asistido a la eclosión de los primeros estados en los Balcanes y la generación de una identidad yugoslava, que se fue gestando frente al Imperio Austriaco y el Imperio Otomano, haciendo valida la dicha de que la unión hace la fuerza, que siendo más o menos efectiva ligó a cada nación al resto durante muchos años, primero tras la Primera Guerra Mundial en la monarquía de los Eslovenos, croatas y serbios que se convirtió en la primera Yugoslavia, y después tras la fraticida guerra civil durante la Segunda Guerra Mundial, en la nación que ideó Tito hasta su muerte. Los nuevos estados en los Balcanes permanecerán en paz mientras abandonen su sueño de la imposición del gran estado étnico sobre los demás. Paradójicamente todos estos nuevos estados que abandonaron Yugoslavia levantando nuevas fronteras quieren ingresar en la Unión Europea, una entidad hoy en entredicho por su déficit democrático, pero que en un futuro puede volver a acercar a los eslavos del sur.


Bibliografía

Libros:
- Bonamusa, Francesc (1998). Pueblos y naciones en los Balcanes. Siglo XIX - XX. Editorial Síntesis. Historia Universal Contemporánea.
- Leguineche, Manuel. Sánchez, Gervasio (2002) Los ojos de la guerra. De Bolsillo. Random House Mondadori.
- Martín de la Guardia, Ricardo M. Pérez Sánchez, Guillermo Á. (1997) La Europa Balcánica. Yugoslavia, desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días. Editorial Síntesis. Historia Universal Contemporánea.
- Girón, José. Pajovic, Slobodan (1999). Los nuevos Estados de la antigua Yugoslavia. Universidad de Oviedo.
- Taibo, Carlos (2000). La desintegración yugoslava. Catarata.
- Veiga, Francisco (2011). La fabrica de las fronteras: Guerras de secesión yugoslavas 1991-2001. Alianza Editorial.
- Veiga, Francisco. Da Cal, Enrique U. Duarte, Ángel (2006) La paz simulada, una historia de la Guerra Fría. Alianza Editorial.
- Veiga, Francisco (1994). Es Balcans. La desfeta d'un somni. Eumo Editorial / Universitat de Girona.

Documentales:
- Sánchez, Francesc (2012). Artículo sobre el Documental: ¡A las armas!. El Inconformista Digital (www.elinconformistadigital.com)
- The Death of Yugoslavia, documental de la BBC (Laura Silber), 1995.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 13 Agosto 2013.