La Guerra de las Malvinas – por Francesc Sánchez
La última crisis que vamos a abordar es de un conflicto colonial que estalló en la primavera de 1982 entre el Reino Unido y Argentina por su disputa en el Atlántico Sur sobre las Islas Malvinas, rebautizadas por los británicos como las Falklands.
La Junta Militar argentina anunció ayer oficialmente que sus fuerzas armadas se apoderaron en la madrugada de ayer de las islas Malvinas -Falkland, según los británicos- para «reincorporarlas al patrimonio nacional», y precisó que el archipiélago, situado a ochocientos kilómetros de la costa, se encontraba bajo soberanía argentina, informa José Luis Alvarez Fermosel desde Buenos Aires. El general Mario Benjamín Menéndez es el nuevo gobernador de las islas.
En Londres, el director de la Oficina de las islas Malvinas -colonia británica desde 1833- y el secretario del Foreign Office, lord Carrington, confirmaron tardíamente ayer que las fuerzas argentinas controlaban totalmente Port Stanley -Puerto Soledad para los argentinos-, capital del archipiélago, al tiempo que se anunciaba la ruptura de relaciones diplomáticas entre el Reino Unido y Argentina, señala Andrés Ortega desde la capital británica. El presidente de Estados Unidos, que conversó ayer durante veinticinco minutos con el presidente argentino, general Galtieri, pidió a Buenos Aires que retire a sus tropas de las Malvinas [1].
Lo que más nos interesa de este conflicto es que la OTAN se desentiende del mismo por estas razones:
La Alianza Atlántica sigue con gran preocupación la crisis de las Malvinas y aporta su apoyo moral al Reino Unido, basándose en las resoluciones de la ONU que condenan el uso de la fuerza, pero evitará cuidadosamente convertir ese apoyo moral en apoyo logístico como organización -otra cosa son los acuerdos bilaterales entre países miembros-, porque ello supondría abrir la puerta a una vieja demanda norteamericana: la extensión indirecta del área de acción de la OTAN, algo a lo que los europeos se han sabido oponer, mal que bien, hasta ahora. Este es, al menos, el análisis que realizan fuentes diplomáticas próximas a la OTAN. La OTAN, creada para la defensa de Europa occidental frente a la Unión Soviética, se ha mantenido siempre al margen de las guerras coloniales de sus miembros (Francia y Argelia, Portugal y sus colonias africanas), así como de los compromisos norteamericanos fuera del área fijada por el tratado, como la guerra de Vietnam o la crisis de Irán, más recientemente. El Reino Unido y las Malvinas no serán la excepción a la regla general, según dichas fuentes [2].
Sin embargo, como apunta el artículo sobre las relaciones bilaterales, los Estados Unidos apoyan logísticamente al Reino Unido, hecho que comprenden pero que preocupa al resto de miembros europeos de la OTAN:
La Alianza Atlántica está preocupada por el violento desarrollo de la crisis de las Malvinas y por su eventual internacionalización, según fuentes oficiosas diplomáticas, que señalaron que el conflicto del Atlántico Sur será objeto de un detenido examen en la próxima reunión del Comité de planes de Defensa de la OTAN (ministros de Defensa de los quince) prevista para los próximos días 6 y 7 en Bruselas. El orden del día de la reunión suele ser secreto. Portavoces oficiales se negaron, por su parte, a realizar el menor comentario sobre los últimos acontecimientos, alegando que el Atlántico Sur es un área no comprendida en el Tratado de Washington que instituyó la Alianza.
Los aliados europeos han acogido favorablemente, pero con inquietud, el compromiso estadounidense de facilitar a la Armada británica todo el apoyo logístico que sea necesario. Los europeos agradecen el claro alineamiento de Washington al lado de Londres, pero temen que la implicación casi directa de Estados Unidos ayude a trasladar a América del Sur los problemas Este-Oeste o que, una vez en la ONU, el conflicto de las Malvinas derive en un enfrentamiento Norte-Sur [3].
En la guerra, que se salda finalmente a favor del Reino Unido, son hundidos el crucero argentino Belgrano y el destructor británico Sheffiled. El saldo en muerte de la confrontación será de 649 bajas argentinas y 255 bajas británicas.
Anotaciones:
- EL PAÍS. (1982, 3 abril). La Junta Militar argentina se apodera por la fuerza de las islas Malvinas, colonia británica. EL PAÍS. Recuperado de https://elpais.com/diario/1982/04/03/portada/386632804_850215.html
- Gallego-Díaz, S. (1982, 18 abril). La OTAN no apoyará logísticamente al Reino Unido. EL PAÍS. Recuperado de https://elpais.com/diario/1982/04/18/internacional/387928805_850215.html
- Gallego-Díaz, S. (1982, 3 mayo). Preocupación aliada por la posible internacionalización del conflicto. EL PAÍS. Recuperado de https://elpais.com/diario/1982/05/03/internacional/389224808_850215.html
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 7 Mayo 2021.