Volver a salir – por Francesc Sánchez

Este sábado, después de 50 días de cuarentena, muchos han salido a la calle por primera vez. Se trata de las personas más vulnerables, ancianos y enfermos. Hemos podido salir también todos los demás, esta vez para pasear o hacer ejercicio físico, o como teníamos permitido para ir hacer la compra al supermercado, y no morir de inanición. Para el que no viva en este país debe saber que esta salida al mundo exterior conlleva que cada cual se ajuste en el tiempo, en una franja horaria en función de su edad, y en el espacio, no alejándose demasiado de su domicilio. Sin olvidar la medida profiláctica con el uso de mascarilla -aquella que se nos dijo que no servía para nada porque había muy pocas existencias- que a partir del lunes será obligatoria para moverse en transporte público. En una ciudad es muy difícil cumplir con nuestro deber ciudadano hacía los demás, manteniendo las distancias adecuadas, y evitando las aglomeraciones: realmente si como el propio presidente afirmo acertadamente diciéndonos que «el virus está en todas partes», estamos vendidos, porque el contagio es una verdadera lotería. Pero nada de esto es excusa para que no seamos responsables. No se sabe, ni se sabrá nunca, el número de las personas que se han infectado en algún momento, y en cuanto a las bajas oficialmente, es decir las muertes, aunque la cifra diaria haya descendido considerablemente, ya se han superado las 25.000.

Todo esto que les estoy contando forma parte del «plan de desescalada» por fases que nos llevará en algún momento a «una nueva normalidad». En función del número de enfermos que haya en cada localidad sus habitantes accederán progresivamente a esa «nueva normalidad». El algún momento los comercios abrirán sus puertas, y los alumnos volverán a las aulas de los colegios. Por lo que parece deberemos también mantener una distancia social a la que no estamos acostumbrados. Pero todo esto ahora queda lejos. Tampoco hagan demasiados planes para realizar desplazamientos durante las vacaciones si es que se las pueden permitir porque esto estará limitado. Si no recuerdo mal ochenta países nos impiden en estos momentos visitarles. Por lo que puede ser un buen momento para conocer nuestra patria y rescatar de esta forma la primera fuente de ingresos del país. En los primeros años de la democracia dejamos de lado una industria anticuada y deficitaria pero las cabezas pensantes no efectuaron «la reconversión» dentro del mismo sector si no hacia el sector de los servicios y ahora pagamos las consecuencias. Tampoco ha beneficiado en nada a los trabajadores la deslocalización industrial hacía otras latitudes para abaratar costes de producción con sueldos más bajos y legislaciones laborales, en el caso de que existan, más laxas.

Mientras nos recuperamos del susto de que un país como España no tenga una industria capaz siquiera de producir el material médico más elemental, iría bien que nuestros representantes, cuando vuelvan a hacer una teleconferencia con sus homólogos europeos, propusieran un plan de recuperación industrial de alcance continental. La globalización económica permite que podamos acceder a toda una gama de productos al mejor precio, pero también que nos quedemos en los momentos clave sin lo más fundamental. Y de la macroeconomía pasamos a la microeconomía: sin trabajo no hay dinero, y sin dinero no se puede comprar pan, y sin pan no se pueden alimentar las familias. No es ninguna broma, ni para usted ni para el panadero. Las premoniciones del gobierno sobre el impacto económico de la pandemia son demoledoras, el presidente llegó a decirnos que cuando volviéramos a salir a las calles encontraríamos «los efectos destructivos del virus». Muchas empresas pueden cerrar definitivamente, otras terminaran por echar a empleados. Si no se actúa adecuadamente desde el gobierno y el empresariado nos encontraremos en una crisis de oferta y de demanda. Pero no adelantemos acontecimientos, cuando retomemos la normalidad, y retomemos todo aquello que muchos ahora lo tenemos aplazado, haremos como siempre lo que debemos, trabajar y levantar este país de nuevo. Hoy ya hemos dado todos el primer paso.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 3 Mayo 2020.