Los rusos denuncian el tráfico de petróleo del Estado Islámico a través de Turquía - por Francesc Sánchez

Ministerio de Defensa ruso
El Ministerio de Defensa de Rusia ha denunciado públicamente con pruebas la venta de petróleo del Estado Islámico hacía territorio turco. En una comparecencia ante la prensa los rusos han aportado fotografías aéreas y desde satélites en las que se pueden ver largas caravanas de camiones que desde Siria e Iraq se dirigen hacía el territorio turco.

La denuncia que hiciera Vladimir Putin hacía Turquía como una de las fuentes de financiación del Estado Islámico fue rechazada por el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan pero estas pruebas aportadas por el Ministerio de Defensa ruso le dejan entredicho. La comunidad internacional permanece callada.

La demostración fue el martes en una conferencia de prensa en el ministerio de Defensa de la Federación Rusa en la que estuvieron presentes altos mandos del Ejército. Serguéi Rutskói, el jefe del Departamento Operativo Principal del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, afirmó que existen tres rutas por carretera hacía Turquía para el transporte del petróleo en manos del Estado Islámico. Cada día más de 8.500 camiones cisterna podrían estar transportando más de 200.000 toneladas de petróleo hacía el mundo libre.

Mapa confeccionado por el Ministerio de Defensa ruso
La ruta occidental sería utilizada para transportar en camiones los hidrocarburos que se extraen en los campos de petróleo cercanos a la ciudad de Raqqa. Por la noche estos camiones pasarían por las ciudades fronterizas de Azaz en Siria y Reyhanli en Turquía y llegarían a los puertos turcos de Dortyol e Iskenderun en el Mediterráneo. Serguéi Rutskói afirma que “una parte del petróleo es cargada en barcos y enviada para su procesamiento fuera de Turquía, mientras que otra parte se vende en el mercado interno. Cada día por estos puertos pasa al menos un buque petrolero”.

La ruta del norte sería utilizada para transportar el petróleo que se encuentra en la orilla derecha del Éufrates, en las inmediaciones del pueblo de Deir ez-Zor, donde se encuentra uno de los principales centros de producción y procesamiento bajo el control del Estado Islámico. Serguéi Rutskói afirma que “allí hay un gran número de refinerías, una de las cuales pueden ver en la pantalla”, ha señalado Serguéi Rutskói mostrando unas imágenes. “En el área marcada siempre se puede ver la acumulación de los petroleros que esperan para ser cargaros. Les presentamos imágenes de convoyes de camiones que se encuentran a poca distancia unos de otros”.

Finalmente tenemos la ruta del este que serviría para transportar el petróleo de los campos ubicados en el noreste de Siria y el noroeste de Iraq. Serguéi Rutskói señala que “Las fotografías muestran la acumulación de camiones cisterna y vehículos pesados cerca de estos municipios”, y afirma que “unas imágenes tomadas por un satélite el 14 de noviembre en las zonas de las ciudades iraquíes de Zajo y Tavan, permitieron detectar más de 1.100 camiones cisterna”.




El ministerio de Defensa de Rusia afirma que en dos meses se han bombardeado tanto refinerías y campos de procesamiento como centenares de camiones cisterna. Rusia desde principios del mes de octubre esta llevando a cabo una campaña militar de bombardeos sobre posiciones del Estado Islámico, el Frente del Al Nusra, y lo que queda del Ejército Libre de Siria, tanto en Siria como Iraq. Los bombardeos criticados por el bloque occidental por no circunscribirse solamente al Estado Islámico (no perdamos de vista que las potencias occidentales han armado y entrenado a los rebeldes) son el principal soporte del régimen de Bashar Al Asad. El presidente ruso Vladimir Putin ha denunciado en varias ocasiones (la última antes del incidente del Sukhoi en la Cumbre del G-20) que la compra de petróleo que produce el Estado Islámico es una de las principales fuentes de financiación del Califato. El derribo de un cazabombardero ruso Sukhoi Su-24 el pasado 24 de noviembre, cuando según los turcos la aeronave sobrevoló el su espacio aéreo, fue el momento elegido por Vladimir Putin para denunciar a Turquía como cómplice del Estado Islámico. El presidente Ergdogan lo desmintió afirmando que el que compra el petróleo del Estado Islámico es el régimen de Bashar Al Asad, teoría que contrasta con el hecho que el régimen ha perdido más de un tercio del territorio en manos de los islamistas. En cualquier caso ahora los rusos han aportado las pruebas.

La tensión entre rusos y turcos a raíz del incidente del Sukhoi llevó a Moscú ha suspender la compra de fruta turca y a recomendar a los turistas rusos la elección de otro destino para pasar sus vacaciones. Pero quizá lo más significativo, además del despliegue del sistema antiaéreo S-400 en la región de Latakia, ha sido la suspensión de las negociaciones para la construcción del gasoducto Turkish Stream. Este gasoducto que debía suministrar el gas ruso al sur de Europa a través del mar Megro y el territorio turco, debía reemplazar al gasoducto South Stream al que Putin renunció por la oposición que encontró en la Unión Europea. El South Stream fue una forma de reemplazar a los gasoductos que pasan por Ucrania en entredicho desde que en este país estalló el conflicto y la partición de facto del territorio tras la guerra civil. Hoy ambos proyectos quedan suspendidos.

La denuncia de este tráfico de petróleo entre el Estado Islámico y Turquía, no obstante su envergadura, Moscú la circunscribe a la familia del presidente turco Recep Tayyip Erdogan, a la que considera implicada en el contrabando. La comunidad internacional, y el bloque occidental específicamente, no obviemos que Turquía es miembro de la OTAN, permanece en silencio.

Puede consultarse la conferencia de prensa del Ministerio de Defensa ruso a través de este enlace.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.

Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 4 Diciembre 2015.