Vergüenza frente a Lampedusa - por Francesc Sánchez
Sección de Opinión
Vergüenza frente a Lampedusa
por Francesc Sánchez
Hay noticias que nos tendrían que hacer reflexionar. Ese tipo de imágenes que en un primer momento nos impactan pero rápidamente olvidamos porque nos avergüenzan. Este es el caso de la última tragedia el pasado 3 de octubre en el canal de Sicilia que separa el continente africano de la tierra prometida. Los centenares de muertos cerca de la isla de Lampedusa (aquella que nos recuerda a Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el que escribió El Gatopardo, y aquella siempre recurrente frase que venía decirnos que hay que cambiarlo todo para que todo siga igual) golpean ruidosamente las puertas y las entrañas de Europa. Y por si esto no fuera suficiente una semana después mueren una cincuentena más en el mismo lugar.
El primer naufragio ahogó a centenares de personas que huían de países como Somalia que llevan décadas convertidos en estados fallidos o en vías de convertirse como Eritrea. La guerra, el hambre, y la promesa espolea a muchos africanos que terminan pagando a mafias −los nuevos traficantes de esclavos− hacia el continente europeo que en el mejor de los casos serán explotados laboralmente y sin ningún tipo de derechos −porque permanecen en la ilegalidad y en la invisibilidad− por empresarios caritativos. Pero más frecuentemente a estas personas les esperará la reclusión en centros de internamiento hasta su deportación.
El segundo naufragio ahogó a una cincuentena de personas que huían de Siria, un país en el que hay una guerra civil desde hace dos años, en el que han muerto más de cien mil personas, y del que han huido más de millón de desplazados que viven en campos de refugiados en los países limítrofes.
La guerra civil en Libia que terminó con el régimen de Gadafi, y su propia vida ante las cámaras, ha sembrado el caos en el país y ha desestabilizado completamente la región. La proliferación de grupos yihadistas que se apoderaron de parte del armamento del régimen es una cara de esta desestabilización, la proliferación de mafias que transportan previo pago a miles de personas es la otra.
La Europa que en otros tiempos extrajo a millones de seres humanos del continente africano para convertirlos en esclavos en las plantaciones americanas, y más tarde colonizó el continente, trazando las líneas de los actuales estados africanos, juntado pueblos y dividiendo otros, en lo que se llamó 'la puja por África', hoy se lava las manos cuando algunos miles llaman a las puertas del cielo. La emancipación de los territorios colonizados por los grandes imperios, especialmente los africanos, que en la Conferencia Bandung de 1955 formaron el Movimiento de los Países No Alineados, y que visualizaron el Tercer Mundo, pronto cayeron en las contradicciones y dificultades entre sus pueblos, las fricciones y conflictos de la Guerra Fría, y el neocolonialismo. Hoy como ayer los europeos, y ahora además los norteamericanos y los chinos, extraen hidrocarburos y todo tipo de materias primas, manteniendo en el mejor de los casos en poder a gobiernos corruptos que no reparten el maná, y en el peor, permitiendo y fomentando señores de la guerra que provocan el terror en estados fallidos. Esta intervención foránea, porque la hay aunque formalmente no sea la misma que antes, nunca será contrarrestada por la labor de organizaciones no gubernamentales, por muy bien intencionadas que sean.
En cuanto a Oriente. Los estados islámicos también extrajeron millones de esclavos del África subsahariana, atravesando tanto las arenas del gran desierto como el océano Indico. La descomposición del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial dejó en manos de británicos y franceses los territorios de Oriente Medio, donde también trazaron las líneas de los actuales estados. Tras las independencias los gobiernos de los militares laicos, y en muchos casos socialistas, terminaron degenerando en dictaduras corruptas: la revuelta árabe está intentando cambiar esta situación pero todo son piedras en el camino, y en algunos casos ha traído guerras, y esa inestabilidad regional que mencionábamos.
Mientras en Italia existe una ley que impide el rescate de personas en alta mar multando a los patrones y el gobierno italiano desplaza barcos de guerra al estrecho, Europa permanece impasible ante una realidad que parece desbordarla. Aunque la mayoría de inmigrantes irregulares llegan en avión o por carretera la Unión Europea blinda su frontera sur porque le avergüenza. Los muertos son ya ciudadanos europeos, los que consiguieron salvar su vida serán deportados.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Octubre 2013.
Artículo relacionado: Muerte en la frontera sur
Vergüenza frente a Lampedusa
por Francesc Sánchez
Hay noticias que nos tendrían que hacer reflexionar. Ese tipo de imágenes que en un primer momento nos impactan pero rápidamente olvidamos porque nos avergüenzan. Este es el caso de la última tragedia el pasado 3 de octubre en el canal de Sicilia que separa el continente africano de la tierra prometida. Los centenares de muertos cerca de la isla de Lampedusa (aquella que nos recuerda a Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el que escribió El Gatopardo, y aquella siempre recurrente frase que venía decirnos que hay que cambiarlo todo para que todo siga igual) golpean ruidosamente las puertas y las entrañas de Europa. Y por si esto no fuera suficiente una semana después mueren una cincuentena más en el mismo lugar.
El primer naufragio ahogó a centenares de personas que huían de países como Somalia que llevan décadas convertidos en estados fallidos o en vías de convertirse como Eritrea. La guerra, el hambre, y la promesa espolea a muchos africanos que terminan pagando a mafias −los nuevos traficantes de esclavos− hacia el continente europeo que en el mejor de los casos serán explotados laboralmente y sin ningún tipo de derechos −porque permanecen en la ilegalidad y en la invisibilidad− por empresarios caritativos. Pero más frecuentemente a estas personas les esperará la reclusión en centros de internamiento hasta su deportación.
El segundo naufragio ahogó a una cincuentena de personas que huían de Siria, un país en el que hay una guerra civil desde hace dos años, en el que han muerto más de cien mil personas, y del que han huido más de millón de desplazados que viven en campos de refugiados en los países limítrofes.
La guerra civil en Libia que terminó con el régimen de Gadafi, y su propia vida ante las cámaras, ha sembrado el caos en el país y ha desestabilizado completamente la región. La proliferación de grupos yihadistas que se apoderaron de parte del armamento del régimen es una cara de esta desestabilización, la proliferación de mafias que transportan previo pago a miles de personas es la otra.
La Europa que en otros tiempos extrajo a millones de seres humanos del continente africano para convertirlos en esclavos en las plantaciones americanas, y más tarde colonizó el continente, trazando las líneas de los actuales estados africanos, juntado pueblos y dividiendo otros, en lo que se llamó 'la puja por África', hoy se lava las manos cuando algunos miles llaman a las puertas del cielo. La emancipación de los territorios colonizados por los grandes imperios, especialmente los africanos, que en la Conferencia Bandung de 1955 formaron el Movimiento de los Países No Alineados, y que visualizaron el Tercer Mundo, pronto cayeron en las contradicciones y dificultades entre sus pueblos, las fricciones y conflictos de la Guerra Fría, y el neocolonialismo. Hoy como ayer los europeos, y ahora además los norteamericanos y los chinos, extraen hidrocarburos y todo tipo de materias primas, manteniendo en el mejor de los casos en poder a gobiernos corruptos que no reparten el maná, y en el peor, permitiendo y fomentando señores de la guerra que provocan el terror en estados fallidos. Esta intervención foránea, porque la hay aunque formalmente no sea la misma que antes, nunca será contrarrestada por la labor de organizaciones no gubernamentales, por muy bien intencionadas que sean.
En cuanto a Oriente. Los estados islámicos también extrajeron millones de esclavos del África subsahariana, atravesando tanto las arenas del gran desierto como el océano Indico. La descomposición del Imperio Otomano tras la Primera Guerra Mundial dejó en manos de británicos y franceses los territorios de Oriente Medio, donde también trazaron las líneas de los actuales estados. Tras las independencias los gobiernos de los militares laicos, y en muchos casos socialistas, terminaron degenerando en dictaduras corruptas: la revuelta árabe está intentando cambiar esta situación pero todo son piedras en el camino, y en algunos casos ha traído guerras, y esa inestabilidad regional que mencionábamos.
Mientras en Italia existe una ley que impide el rescate de personas en alta mar multando a los patrones y el gobierno italiano desplaza barcos de guerra al estrecho, Europa permanece impasible ante una realidad que parece desbordarla. Aunque la mayoría de inmigrantes irregulares llegan en avión o por carretera la Unión Europea blinda su frontera sur porque le avergüenza. Los muertos son ya ciudadanos europeos, los que consiguieron salvar su vida serán deportados.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 18 Octubre 2013.
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