La revuelta árabe V - por Francesc Sánchez

Sección de Opinión
La revuelta árabe V - por Francesc Sánchez

Ha pasado un año desde el suicidio de Mohamed Bouazizi y la revuelta árabe sigue su curso. En Libia Muammar el Gadafi ha muerto en manos de los rebeldes y lo hemos visto por televisión. En Siria Bachar al-Asad sigue reprimiendo a su pueblo. En Egipto las protestas y la represión han vuelto a la plaza Tahrir.

Si estos serian los titulares más significativos debemos decir acto seguido que la revuelta árabe ha entrado en varios países en una segunda fase que está definida por las primeras elecciones tras el derrocamiento de la dictadura: es el caso de Túnez donde el partido islamista Enhada ha obtenido la mayoría de votos y lo es también el caso de Egipto donde los Hermanos Musulmanes y los salafistas son las formaciones más votadas en un proceso electoral que durara meses. El trágico suceso de Port Said donde 74 personas murieron en un estadio de futbol no hace más que enturbiar esta difícil transición; las movilizaciones en contra del estamento militar y de la policía acusados de desidia han provocado cientos de heridos en las calles de El Cairo. En Marruecos, país donde no ha habido ninguna revuelta pero si algunas protestas, los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo también han ganado las elecciones. El mismo nombre que tiene el partido de Tayyig Erdogan que gobierna Turquía. Lo que tienen en común todos estos partidos es que son islamistas. Han sido los grandes beneficiados de las revueltas árabes pero también se ha de tener en cuenta que su crecimiento se debe a la degeneración de todos estos estados árabes, de un fracaso de proyecto político; se entiende entonces que los islamistas durante mucho tiempo han contestado al partido único y ahora se han convertido en alternativa política. Claro que no todo es tan sencillo. En Egipto el poder lo siguen teniendo los militares, quieren mantener un tutelaje; en Marruecos ha habido protestas pero no una revuelta y el poder lo sujeta impertérritamente Mohamed VI; en Libia el poder de facto –porque no se han realizado elecciones- también lo tienen los islamistas; y en Túnez ya veremos lo que sucede.

Bachar al-Asad se mantiene en el poder en Siria porque el ejército y los militantes del partido Baaz le son leales, porque también parte importante de la población le apoya. Las protestas en contra del régimen tienen su epicentro en la ciudad de Homs, y es en esta localidad donde la represión ha sido más dura, es en esta localidad también donde ha habido enfrentamientos entre el ejército y milicias armadas que se oponen al régimen. Las muertes en esta localidad en los últimos días ascendenrían a más de 200. Los medios de comunicación convencionales dicen que desde que se inició la revuelta ha habido en siria más de 5.000 muertes, entre ellos, si hemos de hacer caso al régimen, muchos militares, si hemos de hacer caso a los opositores muchos niños y mujeres. Una comisión de observación de la Liga Árabe ha estado en Siria para constatar lo mal que va todo. Los Estados Unidos y la Unión Europea exigen en las Naciones Unidas la renuncia al poder de Bachar al-Asad, para esto han confeccionado una resolución que condena al régimen sirio, pero Rusia y China –miembros permanentes del Consejo de Seguridad- la han vetado. Algo muy importante que no hay que perder de vista, aunque en nada cambia los hechos, es que Siria a diferencia de Egipto y Túnez que eran países cercanos a occidente, forma parte de lo que George W. Bush denominó como ‘eje del mal’. Siria es un país hostil a los Estados Unidos e Israel y cercano a Rusia y a Irán, país que aún no habiendo revuelta también está en el punto de mira de occidente por cuestiones nucleares y petrolíferas. La revuelta en Siria cada día que pasa se parece más a una guerra civil, el veto en las Naciones Unidas es un balón de oxigeno para Bachar al-Asad, muchos en occidente piden, como sucedió en Libia, una nueva intervención militar.

En cuanto al asesinato de Muammar el Gadafi recuerda vivamente al de Sadam Husein, aquel otro tirano que cayó en desgracia después de la guerra contra Iraq en el 2003. Hay como una fijación tanto en los que vencen como en los medios de comunicación de terminar con la vida del tirano y mostrarlo por televisión para enviarnos el mensaje de que se ha terminado con el pasado.

Terminando por donde empezábamos. El 17 de diciembre se cumplió un año del suicidio de Mohamed Bouazizi. El poder en Túnez, Egipto y Libia ha cambiado de manos. Pero nada asegura que la democracia y las expectativas de un mejor país para éstas tierras estén garantizadas. La revuelta árabe no ha terminado.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 6 Febrero 2012.

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