Campesinos y señores de Theodor Kallifatides – por Francesc Sánchez

 


Suelo repasar las novedades de Galaxia Gutenberg y al ver la publicación por primera vez en este país de Campesinos y señores de Theodor Kallifatides, publicado originariamente en 1973, me llamó rápidamente la atención. Podría aquí intentar responder a eso en función de mis estudios y mis otras lecturas, pero la verdad es que no conocía nada ni de la obra ni del autor y me lancé en su búsqueda por una corazonada. Cuando lo localicé en una de las librerías que suelo frecuentar una de sus jóvenes dependientas me dijo si había leído Otra vida por vivir, y le dije que no había leído aún nada de Kallifatides, pero que por alguna razón me interrogaba, entonces ella me dijo que es el libro que más le había gustado. Y yo le hice caso. Y desde aquí se lo agradezco. Este otro texto es un encuentro muy personal con un hombre que ha perdido su capacidad de escribir sin saber el porqué, después de haber dedicado toda su vida a la literatura, que decide interrogarse sobre su pasado y el momento presente. Un buen anticipo, que también recomiendo, para iniciar la lectura que hoy aquí nos convoca.

Desplacémonos en el espacio a un pueblo griego imaginario llamado Yalos, y retrocedamos en el tiempo hacia los años previos a la ocupación fascista italiana y nazi alemana de Grecia en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Este es el pretexto, aunque como veremos determinante, que hábilmente utiliza Kallifatides para presentarnos el microcosmos del que forman parte los habitantes de este pueblo imaginario, pero que probablemente existió realmente. La comunidad de Yalos vive en un estado de tensión permanente no resuelta, dividida por sus propios intereses, no entre los de arriba y los de abajo, sino entre los que tienen una situación privilegiada, y que ostentan la mayor parte del poder político, social, y económico, y la mayoría del resto que se pelea entre sí por intentar obtener esa situación privilegiada. Muy pocos escapan a esta ecuación porque no han conocido nada mejor.

Llega el día de la ocupación alemana y los habitantes del pueblo no preparan una emboscada ni ninguna resistencia, sin más esperan su llegada para recibir instrucciones. Por fin han llegado los bárbaros. La derrota en el campo de batalla ha dado paso al gobierno títere de colaboración con los alemanes de Georgios Tsolákoglu, y por lo tanto en Yalos no hay ninguna razón para hacer lo contrario. Grecia fue el primer lugar en el mundo en el que hubo democracia pero desde hace mucho, invasión tras invasión, golpe tras golpe, no se la espera. La formación política es inexistente porque la formación en la escuela es insuficiente y cuando llegan los bárbaros desaparece. Hay que adaptarse a los nuevos tiempos, aunque estos resulten ser más brutales con todos, esta vez sin distinción. Llegan los trabajos forzados y la privación de libertad en un paradero desconocido. La insubordinación es la antesala del pelotón de fusilamiento: de ahí que algunos decidan marcharse a la montaña para hacerse partisanos. Primero son los comunistas, o aquellos que así son etiquetados, y algún judío que no ha logrado escapar, y después aquellos que temen por su vida por haber hecho algo en contra de los ocupantes, de los colaboracionistas, y lo que es peor de la comunidad.

Frecuentemente, desde la comodidad del presente y por la pérdida de referentes, se ha idealizado un pasado por unos valores que se pretenden mejores que los que hoy tenemos, cuando en realidad estos, en caso de haberlos, fueron nefastos. En Yalos se hace la ley del más fuerte con todas sus consecuencias: de ahí que aquel que se insubordina o no encaja es automáticamente reprimido o desplazado. Pero esto no será porque lo decida el más poderoso sino que lo ejecutará toda la comunidad gustosamente, haciendo que el sistema promovido por los de arriba funcione a la perfección. No esperes encontrar en Yalos solidaridad por parte de tus semejantes, y en caso de haberla, siempre será en secreto, porque no hay nada peor que ayudar a alguien al que se le ha proscrito socialmente. Los rumores y las habladurias malintencionadas pueden llevar al suicidio de un hombre porque su vida se ha vuelto insufrible. El que es marcado como diferente, aunque sea un niño, será objeto de escarnio y blanco de todo el desprecio, y si alguien se insubordina sabe que deberá abandonar la comunidad como un proscrito. Esto también forma parte de un pasado que hoy tantos anhelan, y del que no hablan, porque son incapaces de vivir un presente que, ciertamente, ha perdido para muchos su razón de ser. En esta comunidad sólo cuando el mal es generalizado y afecta a todos empieza a surgir cierta empatía y solidaridad: las consecuencias de la guerra, con la llegada de compatriotas expulsados de la ciudades, el hambre, y las primeras explosiones, crean algo compartido momentáneamente por todos que en la desgracia les une.

Leyendo este libro me acuerdo de mis lecturas de El péndulo de Foucault de Umberto Eco cuando Jacobo Belbo rememora su pasado cuando era un niño en su pueblo en medio del enfrentamiento entre los fascistas y los partisanos. En España nos perdimos esta guerra y no hay nada que objetar por sus terribles consecuencias, pero como todos sabemos al finalizar en el resto de Europa, se dejó intacto un régimen dictatorial que explica aún a dia de hoy demasiadas cosas. Durante la Guerra Civil y la Postguerra hubo muchos Yalos en España, de ahí que probablemente muchos que vivieron esos años, o han oído hablar de ellos a sus padres o abuelos, encuentren en la lectura de Kallifatides un nexo en común con nuestra propia historia. Por alguna razón me viene a la memoria también La hija de Ryan de David Lean. En una entrevista reciente en Página Dos, Kallifatides afirmaba que él encontró a su manera la paz y la libertad, escribiendo, y lo hace muy bien. Para él eso es ser un ser humano. Porque ha encontrado su razón ser. Campesinos y señores (1973) es la primera obra de Kallifatides de una triología compuesta también por El arado y la espada (1975), y Una paz cruel (1977), que leeremos con mucho interés cuando sean publicadas.

 

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 16 Abril 2024.