Romper Iraq en pedazos - por Francesc Sánchez

Sección de Reportajes
Romper Iraq en pedazos
por Francesc Sánchez


Hace un año hacía un balance de como habían ido las cosas en Iraq diez años después de la guerra iniciada por el presidente George W. Bush (con el compadreo de Tony Blair, José María Aznar y José Manuel Durão Barroso) que deshizo en cuestión de semanas con duros y desiguales combates a un ejército iraquí que finalmente terminó diluyéndose entre la población para luego plantear una guerra de resistencia prácticamente hasta la actualidad. Con la disolución del ejército por parte del ocupante se generó un vacío de poder que los ejércitos aliados fueron incapaces de llenar. Algo parecido sucedió con el resto de la estructura estatal, mientras los soldados norteamericanos procedían a ocupar el Ministerio del Petróleo, el resto de edificios públicos (incluido el Museo Arqueológico de Bagdad) pasaban a ser saqueados y sus funcionarios iniciaban la larga marcha hacía la vecina Siria, que por aquel entonces acogió a más de un millón y medio de iraquíes. El ejército estadounidense oficialmente abandonó el país hace dos años pero esto no significó el fin de los combates y los atentados terroristas. Bien al contrario, los grupos yihadistas, vinculados o no a Alqaeda, que empezaron a llegar a Iraq después de la caída del régimen, se han hecho cada vez más fuertes, y ahora todo el mundo se pregunta como un verdadero ejército, autodenominado Estado Islámico de Iraq y Levante, controla un tercio del país y amenaza con tomar la propia Bagdad, sin que el gobierno de Nuri Al Maliki nada pueda hacer para evitarlo.

El ejército del Estado Islámico de Iraq y Levante, conocido también como Estado Islámico de Iraq y Sham (es decir de lo que en el imaginario colectivo árabe es la Siria histórica), es una reconfiguración armada de confesión sunita de al menos 10.000 milicianos (hay quién asegura que tan solo son 2.000 pero otros afirman que la cifra podría ser muy superior a los 10.000) que procede del Ejército Islámico de Iraq, que se batió en numerosos combates contra las tropas norteamericanas desde la invasión, y que al iniciarse la guerra civil en Siria ha combatido tanto al régimen de Bashar Al Asad como a otras organizaciones armadas (desde la también islamista Jabhat al-Nusra hasta el Ejército Libre de Siria). El objetivo de este ejército sería la instauración en los territorios que controla en Iraq y en Siria de un estado sunita bajo una interpretación rigurosa de la sharia (ley islámica). Los integrantes del ejército del Estado Islámico de Iraq y Levante son tanto árabes iraquíes como sirios de confesión sunita de múltiples procedencias políticas, pero también proceden de otros países de Oriente Medio y otras latitudes (en España se han detenido algunas personas acusadas de querer integrarse en sus filas en las zonas de conflicto). Hasta aquí lo que más ha sido divulgado en los grandes medios de comunicación, nos queda por saber certeramente que papel están jugando los oficiales baazistas, proscritos desde la invasión norteamericana, y desubicados desde la instauración del nuevo régimen: algunas informaciones apuntan a que podrían estar no solo luchando al lado del ejército del Estado Islámico de Iraq y Levante si no también proporcionando su asesoramiento táctico (*1). Una visión alternativa de lo que está sucediendo en Iraq la aporta la filóloga iraquí Báhira Abdulatif que asegura en Iraq se ha producido un levantamiento en contra de la política sectaria del primer ministro Nuri Al Maliki de un pueblo que no solo no se siente representado si no que se ha rebelado al ser reprimidas brutalmente sus protestas. Para Báhira Abdulatif el Estado Islámico de de Iraq y Levante solo es uno de los grupos que han tomado mayor protagonismo (*2).

Sea como sea, este avance imparable del Estado Islámico de Iraq y Levante se debe, primero, al abandono de las posiciones defensivas del ejército regular iraquí, que dejó a su suerte puestos fronterizos y ciudades clave como Mosul, y segundo, a la más que probable colaboración o cuanto menos aquiescencia con este ejército de una población sunita que no se siente representada en el gobierno de Bagdad. Esto nos lleva a la entrada en acción del ejército kurdo de los peshmergas que se ha desplazado desde sus posiciones del norte hacia al sur tomando la ciudad en disputa de Kirkut, abandonada por el ejército regular iraquí y de suma importancia por sus campos petrolíferos.

Los peshmergas (los que miran de frente a la muerte) tienen una historia centenaria que se remonta a la Primera Guerra Mundial donde formaron parte del ejército otomano como tropas regulares e irregulares. La creación por los occidentales del estado de Iraq y el de Siria, bajo los mandatos británico y francés respectivamente y en función de lo Acuerdos Sykes-Picot, no resolvió las demandas de autogobierno del pueblo kurdo repartido entonces en cinco países (Turquía, Irán, Iraq, Siria y en las repúblicas en su momento soviéticas de Azerbaiyán y Armenia) con importantes comunidades en los países europeos (en Alemania son medio millón) y Estados Unidos. Por lo que respecta a Iraq en 1961 bajo el liderazgo de Mustafa Barzani se inicia la rebelión contra Bagdad que perdurará, habiendo habido acuerdos en ocasiones con los baazistas (Sadam Husein y Mustafa Barzani llegaron a un acuerdo de reconocimiento de la comunidad kurda y de autogobierno en 1970 que no fue respetado por ambas partes volviendo éstas en 1974 a las hostilidades), intermitentemente prácticamente hasta la invasión de 2003. Los kurdos fueron machacados contundentemente por el ejército iraquí durante la guerra entre Iraq e Irán entre 1980 y 1988 por alinearse del lado de los iraníes (sirva de ejemplo la matanza de Halabja donde miles de civiles murieron tras un bombardeo con armas químicas), pero sus demandas no empezaron a ser escuchadas por la comunidad internacional hasta la Guerra del Golfo de 1991, cuando los estadounidenses vieron en los kurdos iraquíes un potencial aliado. El Concejo de Seguridad de las Naciones Unidas tras aprobar una resolución en favor de los civiles y de condena contra el régimen iraquí (*3) decretó una zona de exclusión aérea al norte del paralelo 36 para proteger a los kurdos que significó de facto la materialización de su autonomía (por otro lado no falta de problemas: en 1995 el Partido democrático del Kurdistán y la Unión Patriótica de Kurdistán se enfrentaron en una guerra civil), y tras la invasión aliada de 2003, en la que los peshmergas lucharon del lado de los aliados, el Kurdistán iraquí virtualmente actúa como estado soberano, y prueba de ello es lo que está sucediendo ahora.

En cuanto a los árabes chiítas, contrariamente a lo que comúnmente se ha venido aceptando, habitando sobre todo el sur del país y siendo la confesión mayoritaria, no han vivido de espaldas a los sunitas: prueba de ello son los innumerables matrimonios mixtos y la política transversal del partido Baaz que mantenía ciertos equilibrios. Lo que no toleró nunca el régimen fue la interferencia política de los clérigos que condenaban la afiliación de los chiítas en el Baaz y la existencia de partidos políticos confesionales (como el Partido Islámico Al Dawa del que el primer ministro Nuri Al Maliki es secretario general), y en realidad al final de cualquier otro porque como sabemos Iraq se terminó convirtiendo en una dictadura de partido único. Durante la guerra entre Iraq e Irán los militantes de Al Dawa lucharon al lado de los iraníes y tras la Guerra del Golfo llevaron a cabo un levantamiento contra el régimen alentado desde Washington que ante la falta de cobertura estadounidense fue abortado contundentemente por el ejército iraquí. Entonces las Naciones Unidas, como hicieron sobre el territorio habitado mayoritariamente por los kurdos, decretaron en 1992 una nueva zona de exclusión aérea, ésta vez por debajo del paralelo 32. Frente al avance del Estado Islámico de Iraq y Levante el ayatolá Ali Al Sistani en un primer momento durante un plegaría hizo una llamada a «los ciudadanos que puedan empuñar un arma para combatir a los terroristas y defender su país, su pueblo y los lugares santos, deben presentarse voluntarios y apuntarse a las fuerzas de seguridad para llevar a cabo ese objetivo sagrado». Algo que fue recogido al vuelo por Nuri Al Maliki para alentar a los chiitas a alistarse en el ejército, los que han empezado a ingresar en la milicia a miles. Sin embargo, Ali Al Sistani, días después ha declarado que «es necesario entablar un diálogo entre los bloques ganadores [de las elecciones del pasado abril] para que se forme un Gobierno que obtenga la aprobación nacional».

El avance del Ejército Islámico de Iraq y Siria en el territorio iraquí no puede entenderse sin el papel que han jugado y juegan los yihadistas en la guerra civil en Siria, es ahí donde se crecieron y donde encontraron más recursos de todo tipo (desde armamentísticos a económicos pasando por humanos: las potencias occidentales y las monarquías del Golfo Pérsico han facilitado armamento y dinero, muchos de los combatientes islamistas en Siria son musulmanes que proceden de países occidentales). Este trasvase de combatientes y armamento es algo parecido a lo que sucedió en Mali cuando Alqaeda del Magreb Islámico se hizo con armamento procedente de Libia después de que régimen de Gadafi perdiera la guerra civil. La resistencia del régimen de Bashar Al Asaad con el apoyo militar de Hezbolla y político tanto de Irán como de Rusia parece haber hecho decidirse al Estado Islámico de Iraq y Levante a lanzarse a tomar lo que pueda de Iraq. Tal es la situación que dos adversarios irreconciliables como son los Estados Unidos (que ya ha enviado 300 asesores militares) e Irán son llamados en auxilio por el primer ministro de Iraq. Sin lugar a dudas cualquier estado creado por el imperialismo (en este caso el británico y francés con los restos del Imperio Otomano después de la revuelta árabe de la Primera Guerra Mundial) tiene bastante de artificial (por otro lado como cualquier estado) y de ahí que en Iraq se encuentren diferentes comunidades circunscritas mayoritariamente en algunos territorios y en otros conviviendo que frente a un ninguneo del poder central opten por mirar por lo suyo. Pero en mi opinión si el estado de Iraq ahora no tiene viabilidad y a raíz de esta guerra se rompe en pedazos, no es tanto por la imposibilidad de convivencia entre sus diferentes pueblos o confesiones religiosas −porque durante mucho tiempo se ha demostrado como algo posible−, si no más bien, primero porque los efectos más perniciosos de la dictadura generaron animadversión hacia al régimen, y segundo, sobre todo, por la acción de Estados Unidos y el Reino Unido durante las últimas guerras −definitivamente tras la guerra e invasión de 2003 cuando se destruyó el régimen también se destruyó el estado iraquí−. Esta última razón ha dejado al país en una situación peor que la que había durante la dictadura y desde entonces las diferentes facciones en lugar de aunar esfuerzos para reconstruir el país han hecho un mal uso de la democracia y se han disputado el poder legislando y haciendo política solo para sus partidarios.

Anotaciones:

1. Puede consultarse el artículo de Michael Stephens, Irak: ¿es solo extremismo lo que alimenta a ISIS? en este enlace de BBC Mundo.

2. Puede verse la entrevista a la filóloga iraquí Báhira Abdulatif en La Tarde a 24h en este enlace de RTVE.

3. Me refiero a la Resolución 688 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que puede leerse en este enlace.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 26 Junio 2014.

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