La revuelta árabe - por Francesc Sánchez

Sección de Opinión
La revuelta árabe - por Francesc Sánchez

Existen dos clases de hombres: aquellos que duermen y sueñan de noche y aquellos que sueñan despiertos y de día... esos son peligrosos, porque no cederán hasta ver sus sueños convertidos en realidad.

Thomas Edward Lawrence

Con lo que está sucediendo en estos momentos en Egipto podemos hablar ya de la revuelta árabe. Túnez fue el ejemplo a seguir para los egipcios, yemeníes, y –aunque débilmente de momento- argelinos y jordanos. El pueblo de Túnez echó a Ben Ali porque estaba cansado de un régimen dictatorial, que era incapaz de ofrecer puestos de trabajo y sostener los precios, y en donde la corrupción campaba a sus anchas. La chispa la inició el 17 de Diciembre la inmolación de Mohamed Bouazizi, un informático que se dedicaba a la venta ambulante de frutas que se le retiró la licencia y fue abofeteado en público por la policía. El resultado fue la huida de Ben Ali en avión hacia Arabia Saudita. Las manifestaciones en Túnez siguen reproduciéndose. No se fían del gobierno provisional. Pero antes de todo esto en el Sáhara Occidental se produjo el desalojo del campamento Agdaym Izik, una muestra de cómo se puede reprimir un movimiento que luchaba por mejorar sus expectativas de vida.

Mientras escribo estas líneas el ejército egipcio quiere mantener un toque de queda que nadie respeta. La sede del partido hegemónico (Partido Nacional Democrático) ha sido quemada. Hosni Mubarak ha cesado a su gobierno y ha prometido mejoras sociales pero de momento no se va. Los enfrentamientos con la policía en pocos días han causado 29 muertos y un millar de heridos, los detenidos sobrepasan también el millar. Barack Obama ha dicho que esta crisis puede ser una oportunidad para Egipto. Los israelíes permanecen callados.

Tanto Ben Ali como Hosni Mubarak eran campeones para los EEUU y los europeos, un ejemplo a seguir para el resto de estados del Magreb y Oriente Medio, una defensa implacable frente a los islamistas. Pero ahora Ben Ali se ha convertido en un apestado y Hosni Mubarak depende de lo que haga lleva el mismo camino. ¿A que se debe este cambio de percepción? ¿Por qué ahora ese deseo de democracia para los países árabes? Puede ser que estos líderes árabes les estén dando mala prensa y haya otros de nuevos –como es el caso de El Baradei en Egipto- que sirvan mejor a los intereses de sus países, incluidos naturalmente los intereses de los EEUU.

Estos regimenes de partido único son una mala copia de los regimenes árabes y socialistas –en algunos casos una degeneración- que trajeron la independencia y que lucharon contra el imperialismo de las potencias occidentales. Ben Ali suplantó al anciano Habib Bourguiba, el que en su tiempo fue un innovador, un progresista que hizo importantes leyes para la emancipación de la mujer, pero que en sus últimos años se convirtió en un autoritario. Hosni Mubarak subió al poder tras la muerte de Sadat, el que a su vez gobernó Egipto tras la muerte de Gamal Abdel Nasser, el que llevo a cabo un programa social progresista, nacionalizó el canal de Suez y expulsó definitivamente a los británicos del país. Nasser era panarabista, creía que la lengua, la cultura y la historia, podían unir a los árabes. La República Árabe Unida fue un intento de poner en práctica estas ideas, Egipto y Siria se unieron políticamente durante tres años, pero el proyecto fracasó. Sadat tiró atrás las reformas de Nasser y se acercó a EEUU y a Israel, con quién firmó la paz. Mubarak, por su parte, terminó el trabajo.

En esta revuelta árabe no hay ningún Nasser a la vista. Hay una masa de gente que se ha levantado un buen día para expulsar a unos líderes corruptos y autoritarios. Se dice que Internet y las redes sociales han jugado su papel, pero es algo que todavía no tengo muy claro porque la inmensa mayoría de árabes no tiene acceso a la red. Una de las cosas que ha hecho Hosni Mubarak es precisamente cortar Internet a los egipcios. Pero los egipcios están utilizando otro tipo de Internet más rudimentario: el boca a boca. Thomas Edward Lawrence, entre otros oficiales británicos, tuvo un papel importante en la revuelta árabe del Hiyaz contra el Imperio Otomano. Lo que no sabían los árabes es que durante la Primera Guerra Mundial los británicos y los franceses acordaron el tratado Sykes-Picot por el que se dividían las posesiones del Imperio Otomano en Oriente Medio en zonas de control directo y de influencia. Faysal ibn Husayn, hijo del jerife de La Meca, llegó a Damasco para gobernar un estado árabe y fue expulsado por los franceses. Al finalizar la Primera Guerra Mundial los británicos y los franceses impusieron los Mandatos sobre estos territorios. Esperemos que esa oportunidad de la que habla Barak Obama no sea un nuevo engaño. Me uno a los árabes en su deseo de libertad, democracia y justicia social.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Enero 2011.

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