Parte de dos años de guerra en Europa – por Francesc Sánchez


 

El 24 de febrero se cumplieron dos años de guerra en Europa. Las posiciones durante este tiempo han estado prácticamente estancadas: la contraofensiva ucraniana ha resultado ser un fracaso, y en las últimas semanas los rusos se han apoderado del enclave de Advivka, desde el que se amenazaba a la ciudad de Donetsk. El número de bajas por ambos lados de esta batalla es un misterio. Lo mismo sucede con el computo global de muertes y heridos en la guerra: los 31.000 soldados ucranianos muertos de los que habla Zelenski distan mucho de la realidad, ya que estos podrían ascender a cientos de miles por ambos lados. El colapso del régimen ruso después del fracaso del motín de los mercenarios como explicaremos parece una quimera. Poco después de que Putin concediera una entrevista, los lideres europeos hicieron una llamada a armarse masivamente, uno de ellos incluso ha amagado con el despliegue de soldados en Ucrania: la reacción de Putin ha sido la amenaza de utilizar armas nucleares. Hechos y palabras de suma importancia, que, sumadas a otras cuestiones, aquí vamos a apuntar.

Hechos significativos en el último año de guerra:

  1. En el mes junio el Ejército ucraniano lanza una contraofensiva movilizando decenas de miles de soldados con armamento occidental contra los territorios ocupados por Rusia sin obtener resultados. Rusia ha fortificado una línea defensiva en las regiones de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, que parece inexpugnable. Por si faltaba algo el colapso de la presa de Nova Kajovka sobre el rio Dniéper en el óblast de Jersón provocó una inundación que obstaculizó el avance ucraniano y obligó a un gran desplazamiento de personas.
  2. En la noche de San Juan, el 23 de junio, los mercenarios de Wagner liderados por Yevgueni Prigozhin se rebelan contra el Estado ruso. Una columna de unos cuantos miles de soldados avanza desde Ucrania alcanzando la ciudad de Rostov del Don y otras localidades rusas, prácticamente sin encontrar resistencia, siendo arropados con una calurosa bienvenida por parte de la población local. En un momento dado, mientras los amotinados sopesan avanzar hacia Moscú y el Ejército ruso empieza a cortar las vías de comunicación y a levantar fortificaciones, han sido movilizados los chechenos para interceptarlos, y Putin llama traidor a Prigozhin, los mercenarios se detienen, y todo termina mágicamente como empezó: este intento de golpe de Estado, en el que muchos en Occidente adivinaban el principio del fin del régimen ruso, quedó en un sueño de una noche de verano, Wagner ha quedado en manos del Estado, y Prigozhin, después de que aparentemente hiciera la paces con Putin, murió en un accidente aéreo junto a nueve de sus colaboradores.
  3. En el mes de agosto la guerra llega a Moscú. Una serie de drones ucranianos son lanzados e interceptados por el Ejército ruso en la capital. Tres meses después, en noviembre, los ucranianos repiten la acción, ahora sobre Moscú, Tula, Kaluga, Briansk y Smolensk. La respuesta rusa es el lanzamiento de misiles y drones sobre Kiev y otras ciudades ucranianas.
  4. En el mes de febrero Tucker Carlon, un periodista norteamericano que trabajó durante años en Fox News, lleva a cabo una extensa entrevista a Putin, en la que el líder ruso habla de la historia compartida entre Rusia y Ucrania, y hace afirmaciones significativas: el desencuentro entre Rusia y Occidente se produjo pocos años después del desplome de la Unión Soviética, cuando la OTAN fue ampliada hacia el Este, después de que no aceptaran los occidentales la incorporación de Rusia, y la guerra de Ucrania, según el líder ruso, se inició en el mes de febrero de 2014, cuando el Euromaidán en Kiev se transformó en un golpe de Estado. Putin mantiene que Rusia buscaba la neutralidad de Ucrania, y que la amenaza de ésta última de incorporarse a la OTAN, y el inicio de la guerra de Kiev contra el Donbás, obligó al Estado ruso a intervenir militarmente en el territorio. Putin llega afirmar también que el fracaso de la toma de Kiev no fue tal, sino que Rusia decidió voluntariamente retirarse y hacer un repliegue hacia el Donbás, mientras negociaba en Turquía la paz con los ucranianos, pero estas negociaciones no tuvieron éxito después de que Boris Johnson, Primer Ministro de Reino Unido en esos momentos, convenciera a Zelesnki para que Ucrania resistiera hasta el final. 
  5. Alekséi Navalni ha muerto recientemente. Rafael Poch de Feliu sostiene que Navalni era un desafío al Estado ruso y por esa razón, mantengo, ha tenido este final. Multimillonario y líder político ultraderechista quiso convertirse en Presidente de Rusia y fue acusado de traidor por el Estado. Envenenado en una ocasión en un avión cuando volvía de Rusia, decidió volver a Rusia y fue encarcelado cuando hizo público que quería presentarse a las elecciones, acusado de connivencia con los gobiernos occidentales. Los funerales de Navalni, pese a la prohibición de concentraciones contrarias al gobierno, han sido concurridos. Sin embargo, la única oposición real y consentida a Nueva Rusia (el partido de Putin) sigue siendo el Partido Comunista de Rusia.
  6. En un momento en que Rusia no sólo mantiene las posiciones en Donbás sino que se apunta victorias como la de Advivka el discurso militarista en Europa y en los Estados Unidos se incrementa. Ursula von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, hace un llamamiento a la fabricación y adquisición de armamento a gran escala, mientras Emmanuel Macron, Presidente de Francia, llega a afirmar que su Estado está dispuesto a enviar soldados a Ucrania. Putin responde que el envío de soldados occidentales al frente de Ucrania, implicaría la entrada de la OTAN en la guerra, y por lo tanto una escalada en el conflicto, que sería contestada con armas nucleares. El Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, a su vez, responde que una derrota en Ucrania es inasumible y significaría un conflicto directo de la OTAN con Rusia, porque ésta intentaría atacar algunos países que forman la Alianza Atlántica, como son Lituania, Letonia, y Estonia.

Consecuencias significativas:

  1. Las sanciones sobre Rusia, como apuntamos en el artículo de Parte de un año de guerra en Europa, no han surgido efecto, o al menos no el esperado: el descenso del comercio directo entre Rusia y Occidente se ha substituido por uno de indirecto a través de otros países, y por el incremento del comercio de Rusia con otros países con economía fuertes y emergentes como son China o la India. Rusia exporta sobre todo hidrocarburos y otras materias primas, que Occidente sigue comprando, pero desde el inicio de las sanciones a través de países intermediarios. El Centre for Research on Energy and Clean Air asegura que desde el inicio de la guerra Rusia ha exportado hidrocarburos por un valor de 610.000 millones de euros, de los cuales 188.000 millones proceden de los Estados que integran la Unión Europea. Esto sumado, al impulso de la industria armamentística sin sobrecoste, no sólo ha llevado a Rusia a mantener en condiciones su economía sino ha incrementar, según el Fondo Monetario Internacional, su Producto Interior Bruto siendo la economía que más ha crecido en Europa.
  2. La interrupción de suministros directo de hidrocarburos entre Rusia y los países que componen la Unión Europea, después del sabotaje de gasoductos los Nord Stream, y el incremento de los precios, ha golpeado duramente la industria alemana, y ha supuesto automáticamente un incremento generalizado de los precios. Este aumento de los precios, y por lo tanto de los costes de producción, se ha implementado a costa del mantenimiento de los precios en la primera etapa de la cadena alimentaria, hecho que, sumado a la competencia extracomunitaria, ha llevado a muchos campesinos a no querer trabajar a perdidas: las movilizaciones de los campesinos empezaron en Alemania, siguieron en Francia, y llegaron también a España, donde la ultraderecha quiere rentabilizar la protesta.
  3. Los atentados terroristas del 7 de octubre que perpetraron los milicianos de Hamás sobre Israel desencadenaron una guerra contra «fantasmas» en la Franja de Gaza que ha provocado más de 30.000 muertes, la mayoría de ellos civiles, incluidos miles de niños, en un combate desigual en el que no se enfrentan dos ejércitos, y en el que se ha expulsado a más de un millón de palestinos hacia el sur, donde se amontonan con todo tipo de necesidades que no están cubiertas. Este conflicto, heredado desde 1948, el momento de la fundación del Estado de Israel, deja en evidencia la hipocresía de la mayoría de los gobiernos occidentales, pero lo apuntamos aquí porque los Estados Unidos apoya sin fisuras a Israel, y los aliados de los palestinos, son los mismos que tiene Rusia en la región: a su vez los aliados de Irán en la Península Arábiga, los hutíes del Yemen, han atacado varios buques mercantes con destino a Israel. Esta amenaza ha llevado a las principales navieras a evitar el Canal de Suez y a emprender la larga ruta a través del Cabo de Buena Esperanza, con el consecuente incremento en el precio de los fletes.
  4. Este año es un año electoral clave. Las elecciones presidenciales en Rusia serán entre el 15 y 17 de marzo, las elecciones al Parlamento Europeo entre el 6 y 9 de junio, y las elecciones presidenciales en Estados Unidos el 5 de noviembre. Si no hay sorpresas Putin revalidará su puesto como Jefe de Estado en Rusia, pero en las elecciones europeas puede haber cambios significativos si los partidos de ultraderecha y nacionalistas incrementan notablemente sus votos por el descontento social, y en los Estados Unidos si la Justicia no lo evita puede volver a vencer Donald Trump frente a un presidente Joe Bien muy envejecido: Donald Trump ha asegurado que terminará con la guerra de Ucrania en 24 horas.

Después de dos años de guerra en Europa ni Rusia ni los Estados Unidos y la Unión Europea, que son los que sostienen al régimen de Kiev, parecen no haber aprendido ninguna lección: más bien al contrario. Los cientos de miles de soldados muertos y un país destrozado por la guerra para Kiev son menos importantes que su soberanía sobre un montón de escombros que Rusia ha conquistado. Los cientos de miles de soldados muertos rusos tampoco parecen importar porque el Estado ruso y su economía se mantiene en condiciones. Para ambos la guerra por sus diferentes razones es existencial: los ucranianos se juegan su existencia y los rusos también. Sin embargo, para Occidente, y específicamente para la Unión Europea y la OTAN, técnicamente no se trata de un problema existencial, porque nuestra democracia y nuestra seguridad están protegidas por nuestras instituciones, nuestros derechos, libertades y obligaciones, y por la seguridad colectiva, sino el mantenimiento de status quo en el sistema de poder mundial desde el desplome de la Unión Soviética, cuando ya ha sido claramente impugnado, y una política expansiva hacía el Este, que como hemos comprobado ha colisionado finalmente con Rusia. Josep Borrell en el Parlamento Europeo definió esta guerra como una lucha entre la democracia y la tiranía: un gran discurso que lamentablemente no termina de encajar para los que conocemos un poco la historia de este conflicto, y en el que dejándonos llevar por la senda del enfrentamiento podemos llegar a perderlo todo. Si algo nos enseña la historia es que las guerras se sabe cómo se inician pero nunca como terminan. Mantengo lo mismo que mantenía hace un año: esta guerra podía haberse evitado y cuando antes los contendientes se pongan a negociar más vidas se podrán salvar.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 3 Marzo 2024.