Veinte años de El Inconformista Digital – por Francesc Sánchez

 

Hoy 23 de julio de 2021 El Inconformista Digital cumple veinte años y algunos que prestáis más atención que yo a las fechas dándole el rango de acontecimiento me habéis conducido a que escriba alguna cosa. Veinte años es toda una vida. Da para un roto y para un descosido. Muchos que desconocíais esto estaréis asombrados y otros que ya sabéis desde hace mucho de esta publicación no entenderéis como esto aún sigue funcionando.  Pues bien, os lo voy a decir. Por vocación y servicio a los demás. Porque me gusta, cumple una función para mí, y porque sigo considerando que lo que ofrecemos vale la pena, en una sociedad en la que nunca antes había habido tantas fuentes de información, y nunca antes había sido tan fácil acceder a ellas, pero al mismo tiempo existan tan pocas publicaciones que ofrezcan trabajos bien realizados, se atrevan con los temas a fondo, y sean honestos con sus lectores cumpliendo la máxima de que efectivamente las opiniones son libres pero los hechos son sagrados. Desde hace meses escribo en solitario, como ha sucedido en otras ocasiones, y esto se debe plenamente a mi voluntad, hay veces que cuando tienes otras ocupaciones debes elegir entre invertir tu tiempo en tus propios artículos, o poner en marcha todo lo que hoy os voy a contar.

Escribo como redactor porque me gusta hacerlo. Un argumento que escapa a la razón, pero que cómo el chuletón es imbatible. Si no te gusta escribir no lo hagas. En esta vida ya hay suficientes cosas que no nos gustan hacer como para voluntariamente dedicar tiempo y esfuerzo a aquello que nos desagrada. Pero si no lo sabes, inténtalo, te puedes llevar una grata sorpresa. En una publicación, dando igual la que sea, debes tener en cuenta que vas a tener lectores, y por esa razón debes tratarlos como te gustaría que a ti te trataran: si no te entienden, los tratas de engañar, o los estás tratando de estúpidos vas por mal camino, por esa razón debes ser claro y saber comunicar bien, pero al mismo tiempo no debes caer en la infantilización hacia el lector. En esta publicación escribo sobre aquello que me gusta, pero al ser ésta de carácter periodístico, también sobre aquello que bajo mi criterio considero que tiene trascendencia social. Esto me ha llevado a un proceso de aprendizaje sobre múltiples cuestiones, sobre las que me he tenido que investigar, documentar, contrastar las fuentes, e intercambiar opiniones. Si quieres escribir escribe, pero atento a lo que voy a decir ahora. La escritura, el periodismo en este caso, es un oficio del que nadie nace aprendido, que durante años de trabajo va tomando forma, vas separando las aristas, hasta que consigues un texto aceptable. Si confluyen en ti la pasión por escribir con el compromiso hacia los demás y estás dispuesto a formarte en este oficio, adelante, lánzate.

Mi papel como editor es el de leerse todo y publicar los artículos en condiciones óptimas: nada nunca será perfecto, pero si bajo mi criterio hacen falta correcciones o ampliaciones estoy facultado para pedirlas. Durante todo este tiempo la mayoría de las veces me he dedicado a corregir faltas ortográficas o pedir correcciones menores si algo no se entendía suficientemente. Sin embargo, en ocasiones puede haber textos que requieran correcciones que no son atendidas o que rompan totalmente con los principios y valores que quedan definidos por la línea editorial. El momento de la verdad para que el que escribe es cuando su artículo ha sido rechazado. Esto se puede encajar aceptándolo y continuar con nuevos artículos o tomárselo como una afrenta personal. Nadie es infalible. Yo tampoco lo soy. Pero por muy bien que te caiga alguien si eres un editor no puedes dejar de serlo callándote si crees que bajo tu criterio debes pedir correcciones o rechazar un artículo. De no hacerlo probablemente sólo consigas aplazar en el tiempo la problemática. Pero el editor no sólo es eso, es también la persona con la que vas a interactuar durante el proceso que va desde la propuesta de artículo, que en esta publicación puede venir del que escribe o de mi mismo, hasta su realización, y posterior publicación. De ti depende en el fondo sacarle partido al papel de editor. Nunca vas a escribir nada que no quieras, pero quizá llegues a escribir y publicar algo que no te habías siquiera planteado y que encuentres acertado, que bien seguro le aportara a los demás, y también a ti mismo.

Mi papel como director puede confundirse con el de editor. Tal como yo lo veo es aquel trabajo y aquella responsabilidad que va más allá del trabajo que corresponde estrictamente a la revisión y publicación de los artículos. La recepción o proposición de nuevos candidatos a colaborar con la publicación, la regularización de éstos como redactores, y la coordinación de todo el equipo cuando ha sido necesario tratar un tema ampliamente. Algunos creen que este tipo de publicaciones se hacen solas y es porque desconocen que detrás hay mucho trabajo entre bastidores. El director marca también la línea editorial de la publicación. En este periódico sus principios son muy básicos, son la libertad de expresión, la independencia, y la justicia social, manteniendo siempre un respeto por el ser humano y su vida junto a los demás, pero en ocasiones esto no ha sido suficientemente claro y para algunos se ha traducido en que valía cualquier cosa. Desde un panfleto a un ataque despiadado lejos de cualquier justicia, o la infantilización del lector a la que más arriba hacia referencia. De ahí que como director siempre he tenido que decidir a qué artículos les daba paso, y también que candidatos encajan o no encajan en la publicación. El director además es aquella persona que representa a la publicación de cara al exterior y hace el balance de que se ha conseguido y hacia dónde va ésta. El director, en fin, es la persona responsable de la publicación.

En cuanto al ámbito técnico me ha tocado aprender sobre diferentes sistemas de gestión de contenidos: primero ni siquiera entrando en esa categoría, cuando no existían ni los blogs personales, luego con un espartano Postnuke, y desde hace unos años bajo WordPress, incorporando todos los complementos necesarios. Si has logrado instalar los archivos, eliges un tema o lo modificas, y lo organizas como te parezca, con categorías y etiquetas, en las que clasificaras los artículos. No es menos importante la búsqueda de la imagen o fotografía adecuada que encabeza cada artículo, si tienes de propias úsalas, si no asegúrate que son libres de derechos o pide permiso. Durante mucho tiempo no me convencían las redes sociales porque en muchas ocasiones sólo sacan lo peor de nosotros mismos bajo el cobarde anonimato. De un tiempo hacia aquí les doy un valor sobre todo complementario, puedes llegar a encontrar cosas interesantes (hay hilos de Twitter muy trabajados), y se pueden hacer contactos, pero mantengo que lo importante en una publicación como ésta es precisamente aquello que está publicando en su página web. De diferente categoría me parecen aquellas plataformas como Ivoox o YouTube que permiten la publicación de audios o videos, ofreciendo por lo tanto un nuevo formato, que difícilmente podría ofrecer por si sola la página web.

Precisamente sobre esto último me gustaría decir que las entrevistas que he realizado desde hace unos meses a una serie de personas que he considerado que tenían algo importante a decir creo que son un activo para la publicación, que se suman a otras que hice en el pasado, pero esta vez en otro formato. Todas me han satisfecho personalmente y le voy a dar continuidad. Quiero destacar también mi papel de tutor (no se lleven las manos a la cabeza) de toda una serie de personas que han venido aquí para aprender, muchos estudiantes de Periodismo, y que yo he intentado siempre de guiar compartiendo mutuamente tanto el conocimiento como el oficio.

Empezamos con el derrumbe de los símbolos de nuestro sistema capitalista y hemos llegado a la campaña de vacunación y al mayor plan de ayudas económicas en Europa tras la Segunda Guerra Mundial por las consecuencias económicas de la pandemia. Publicada está la historia de los últimos veinte años, desde los conflictos políticos, las guerras, la lucha por los derechos fundamentales, y una mirada hacia más atrás con nuestros artículos de historia, sin olvidar tampoco los textos más culturales o reflexivos, en esta pequeña biblioteca que tenéis a vuestra disposición, para su lectura, o para vuestros trabajos, seleccionando fragmentos, siempre que citéis correctamente.

Durante todo este tiempo habéis pasado muchos por esta publicación. Y me acuerdo de todos vosotros. De nuestros desencuentros y nuestros encuentros. De nuestras pifias y nuestros aciertos. Todo el trabajo que hemos llevado a cabo lo han recibido muchos lectores, ahora también oyentes, y creo, como el primer día que vale la pena. Cada texto que he escrito para mí ha sido un reto y un aprendizaje que tengo la certeza que a alguien le ha servido para algo. Cuando empecé la publicación había dejado unos estudios universitarios y mi situación laboral era inexistente, hoy mi situación laboral no es tan diferente, pero he completado todo un tramo educativo. No fue Periodismo por la dictadura de las notas de corte, pero fue mi otra gran pasión, la Historia, que en los últimos años he implementado en esta publicación, tanto con artículos como con documentos históricos. Hablo de lo personal, pero creo que esto mismo os lo podéis aplicar también a vosotros. Nada queda en balde. De todo se aprende. Para los lectores que podéis estar un tanto sorprendidos por este artículo os digo que si tenéis interés en lo que aquí ofrecemos no lo dejéis. Por mi parte esta historia por coherencia va a continuar.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Director, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. España, 23 Julio 2021.