Samuel Paty, un profesor de historia – por Francesc Sánchez
Hay momentos en que sucede algún hecho que te impacta y algo te dice que debes escribir unas líneas, aunque sea sólo para dar tu opinión. Este es el caso del asesinato Samuel Paty, profesor de historia en el College du Bois-D’Aulne, de la localidad cercana a Paris de Conflants-Sainte-Honorine, por tener la osadía de incitar un debate sobre la libertad de expresión a sus alumnos mostrando unas caricaturas de Mahoma. El profesor Samuel Paty emplazó a los alumnos musulmanes o aquellos que no quisieran verlas a no mirarlas. Pero eso no fue suficiente. Un padre de uno de los alumnos primero se fue a quejar a la dirección del centro, y después grabo un video y lo publicó en Internet exponiendo a Samuel Paty públicamente, insultándolo y dando las señas para que cualquiera pudiera ir a protestar y, de hecho, localizarlo. Un joven ruso de origen checheno llamado Abdoulahk Anzorov, que permanecía en Francia con estatuto de refugiado, recogió el guante y desde Normandía decidió ir a Conflants-Sainte-Honorine en busca de Samuel Paty para asesinarlo: cuando le encontró le atacó con un cuchillo provocándole múltiples heridas, para finalmente decapitarlo. Una joven grabó la escena y la publicó en Internet. La policía francesa abatió a tiros a Abdoulahk y efectuó una decena de detenciones. Enmanuel Macron ha calificado los hechos como «un atentado terrorista islamista». Al menos cien mil franceses se concentraron en Paris para mostrar su rechazo a la barbarie. Una mínima contextualización de estos hechos nos obliga a señalar que, en la banlieue de Paris, los suburbios más empobrecidos, se concentra el mayor número de inmigrantes, o franceses hijos de los que fueron en su día inmigrantes, que lo tienen más difícil para abrirse paso en la vida, y que se ven envueltos en situaciones conflictivas y problemáticas.
Pero esto me temo no lo explica todo. El asesinato de Samuel Paty tiene una motivación ideológica que emana de una interpretación del islam que se está demostrando incompatible con los valores de la República francesa, que tiene sus cimientos en la escuela pública laica: es ahí donde se forman tanto en conocimientos como en valores los jóvenes que en edad adulta se convertirán en ciudadanos. Samuel Paty, equivocadamente o no, no entraremos en esta cuestión, quiso incitar a sus alumnos al debate sobre los limites de la libertad de expresión con unas caricaturas de Mahoma porque precisamente la sátira, permitida en Francia, hace quince años provocó no sólo la polémica en muchos países europeos cuando estas caricaturas fueron publicadas por primera vez, si no la airada protesta de multitudes en muchos países musulmanes en contra de las delegaciones diplomáticas europeas: de hecho hace cinco años la reproducción de las caricaturas de Mahoma por la revista Charlie Hebdo tuvo como consecuencia el asesinato a balazos de doce miembros de esta publicación, y heridas en once más. Yo en su momento consideré la publicación inicial de estas caricaturas una provocación hacía los musulmanes, instrumentalizada también por ambos lados, pero he de reconocer que mi opinión cambió radicalmente cuando asesinaron a los miembros de Charlie Hebdo. Esto sumado a los atentados terroristas indiscriminados en multitud de ciudades europeas me llevaron a una posición que mantengo desde entonces: existe un tipo de musulmanes fanatizados que pasan a la acción y que son incompatibles con nuestras sociedades.
Estas corrientes minoritarias del islam en Oriente Medio también han hecho estragos, y de hecho hasta hace bien poco los integrantes del Estado Islámico llegaron a controlar amplios territorios en Siria e Iraq, y también en el Sahel, instaurando un califato que admitía adhesiones o castigaba a aquellos que no se les unían: esta ideología que hace uso del islam en una interpretación rigurosa de sus escrituras se ha erigido en juez y parte contra aquellos que «son malos musulmanes». La situación política desfavorable para los musulmanes en Oriente Medio, Asia Central, y también en el Magreb, explica en gran medida que muchos «cuando todo está perdido» decidan adherirse a este tipo de movimientos. Pero no perdamos de vista que esta guerra, que nos afecta también a los europeos, se da «dentro del islam». Y por lo tanto tiene sus padrinos. El asesinato de Samuel Paty es un paso más hacia barbarie que los propios musulmanes moderados, que son la inmensa mayoría, en lugar de ofenderse cuando algunos intentamos explicar el porqué pasan este tipo de cosas, interpretando cualquier explicación como un acto de islamofobia o de ataque al islam, deberían poner más empeño en erradicar este tipo de comportamientos entre los jóvenes, que en sociedades libres como las nuestras no tienen cabida.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 20 Octubre 2020.