La Guerra del Yom Kipur – por Francesc Sánchez

Tanques israelíes a través del Sinaí en la Guerra del Yom Kipur - Wikimedia Commons
Las guerras entre árabes e israelíes han sido muchas, y en esta publicación hemos dejado constancia de la mayoría, sin embargo, faltaba hablar de la cuarta guerra que enfrentó directamente y por última vez a estados: la Guerra del Yom Kipur de 1973 que enfrentó a Israel contra una coalición de estados árabes compuesta por Egipto, Siria, Iraq, -y en mucho menor medida- Argelia, Libia, Marruecos, Sudán, Arabia Saudita, Pakistán, Emiratos Árabes Unidos, y Yemen del Sur. Una verdadera guerra regional en la que Estados Unidos apoyó a Israel y la Unión Soviética a los árabes, pudiéndola entender si queremos, sobre todo si tenemos en cuenta sus consecuencias políticas y económicas, como un escenario de combate de la Guerra Fría.

Campaña del Sinaí – Wikimedia Commons
 El 6 de octubre, el día del Yom Kipur (el día del perdón de los judíos) los egipcios irrumpen en la Península del Sinaí, y los sirios en los Altos del Golán, en dirección hacía Galilea, sendos territorios invadidos y ocupados por Israel desde la Guerra de los Seis Días de 1967. Sin embargo, mientras las tropas sirias entran en profundidad en el territorio las egipcias se atrincheran en el Sinaí. La sorpresa en cualquier caso para los israelíes parece ser mayúscula y el Tzáhal no reacciona hasta el cuarto día con sus cazas bombardeando Damasco, el sur del Líbano y Egipto. Momento en el que cazas iraquíes y pequeñas unidades de tropas extra -compuestas por los estados árabes arriba mencionados- entran también en la refriega. La contraofensiva israelí se inicia con su irrupción en los Altos del Golán donde expulsan a los sirios prácticamente hasta 50 kilómetros de Damasco, y con la fractura de la línea egipcia en el Sinaí, dejando atrapados a más de 20.000 soldados y 200 tanques egipcios, y cruzando el Canal, situándose a 100 kilómetros de El Cairo. El 24 de octubre los contendientes aceptan un alto el fuego inmediato propuesto por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas bajo la Resolución 338. Las pérdidas en esta guerra que duró 19 días fueron cuantiosas: de un lado Egipto tuvo 7.700 muertes, 450 aviones y 1.900 blindados destruidos, y Siria tuvo 3.500 muertes, 200 aviones y 1.000 blindados destruidos, y de otro lado, Israel tuvo 2.552 muertes, 180 aviones y 800 blindados destruidos.

Campaña del Sinaí – Wikimedia Commons

Campaña de los Altos del Golán – Wikimedia Commons
La guerra del Yom Kipur tuvo una dimensión regional pero también mundial porque los Estados Unidos, Francia y la Gran Bretaña prestaron soporte a Israel y la Unión Soviética hizo lo propio con los estados árabes. La principal consecuencia global del conflicto fue la decisión de la Organización de Países Árabes Exportadores de petróleo (que agrupaba a los países árabes miembros de la OPEP más Egipto, Siria, y Túnez) con miembros del Golfo Pérsico de la OPEP (incluido Irán) de no exportar petróleo a los Estados Unidos, Holanda, Portugal, y África del Sur, por haber apoyado a Israel en la guerra, y reducir su producción global en un 5%, provocando esta primera crisis del petróleo, una alza de precios (de los 3.5 dólares por barril se pasó a los 12 dólares) y un racionamiento, que hizo contraerse la economía provocando a su vez la desaparición de miles de empresas y un importante desempleo entre los países más vulnerables (los más dependientes). Por lo que respecta al conflicto entre árabes e israelíes debemos volver nuestra mirada hacía las arenas del desierto de Sinaí, cuando los egipcios dejaron de avanzar y se atrincheraron: Sadat devolvió el golpe de la Guerra de los Seis Días, pero su intención era internacionalizar el conflicto para recuperar el control del Sinaí ocupado desde entonces por los israelíes. La prueba fue que Sadat por mediación del Secretario de Estado americano, Henry Kissinger, empezó a negociar la paz con los israelíes produciéndose un hecho insólito, el viaje del presidente egipcio a Jerusalén el 21 de noviembre de 1977, donde hizo un discurso en el Parlamento, que venía a decir asi:

«Los israelíes deben abandonar definitivamente el sueño de conquista y la creencia de que la fuerza es la mejor manera de hacer frente a los árabes», recordándoles que «hay una tierra árabe que Israel ha conquistado por la fuerza y que ocupa por la fuerza», que «el corazón del problema es la cuestión palestina», y exigiéndoles con firmeza «la retirada de todos los territorios, incluido Jerusalén, porque una paz estable no puede constituirse sobre la ocupación de territorios pertenecientes a otros». El primer ministro israelí Begin le afirmó que «los israelíes no creían en la fuerza y que querían una paz total, verdadera una reconciliación completa entre el pueblo árabe y el pueblo judío». El jefe de la oposición laborista Simon Peres se pronunció con un «nunca jamás de nuevo la guerra. No más duelos, no más destrucciones y refugiados», llegando a afirmar que «sabemos que existe una identidad palestina. Cada pueblo puede decidir su identidad nacional sin pedir la autorización de otra nación, pero hace falta que la identidad palestina se exprese sin poner en peligro la seguridad de Israel».

Egipto fue distanciándose progresivamente y definitivamente de la Unión Soviética y acercándose a los Estados Unidos. Siria, Libia, Argelia, Yemen del Sur, Iraq, y la Organización para la Liberación de Palestina constituyeron el Frente de Rechazo y condenaron cualquier negociación con Israel. La Liga Árabe expulsó a Egipto de su seno por buscar una paz separada y desentenderse de la causa palestina, por lo que como era de esperar la popularidad del presidente Sadat descendió vertiginosamente. En el mes de septiembre de 1978 el presidente Jimmy Carter reúne a Sadat y Begin Camp David, para resolver el conflicto palestino -notoriamente sin presencia de palestinos-, bajo la Resolución 242 de Naciones Unidas a través de un proceso de negociación. Estos fueron los Acuerdos de Camp David. Pero está ya es otra historia. La paz entre egipcios y israelíes se firmó finalmente el 26 de marzo de 1979, Egipto recuperó el Sinái, y presidente Anuar Sadat murió asesinado dos años después.

Bibliografía

– Bregman, Ahron (2014) La ocupación. Israel y los territorios palestinos ocupados. Critica. Barcelona.
– López Garcia, Bernabé (2000) El mundo arabo islámico contemporáneo. Una historia política. Editorial Síntesis. Historia Universal 12. Contemporánea.
– Segura, Antoni (2001) Más allá del islam. Política y conflictos actuales en el mundo musulmán. Historia. Alianza Editorial.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 22 Mayo 2018.