Entrevista a Sandra Camps – por Francesc Sánchez
Sandra Camps Ocaña es periodista especializada en temas sociales. Ha trabajado en diferentes medios de comunicación entre ellos en prensa escrita en El País y la Clave, en televisión TVE, Canal +, o Deutsche Welle, y en radio en Radio Mollet, Cadena SER, y RNE. Ha recibido el Premio Candel en 2004 y el premio Rey de España en 2006. Ha escrito un libro que se llama Voces Silenciadas, y desde hace diez años lleva adelante el programa En primera persona en Radio Nacional de España.
Francesc: ¿Qué es En primera persona?
Sandra: En Primera Persona son reportajes o entrevistas en las que la calle habla de las diferentes realidades sociales que vivimos. Y no las que la llaman a la puerta a los medios de comunicación si no aquellas a las que hay que ir y que no buscan popularidad. Cuentan su realidad, su día a día. Cuentan como viven sus propias realidades. En muchos casos son ejemplos para mí de superación, ejemplos de buenas practicas, modelos a seguir. Pequeños héroes y heroínas en muchísimos casos. Y en otros casos es simplemente denuncia social de esas realidades que están viviendo.
F: Dime algunas historias que deberíamos conocer.
S: Yo creo que deberíamos conocer alguna discapacidad. Como una familia vive alguna discapacidad. Te digo más, con niños, incluso. O no necesariamente. Pero como vive esa familia esa realidad. Porque me parece que es muy fuerte. El mundo desaparece, se para el mundo, para superar esa situación. Y realmente a mí me impacta cada vez que hablo con esas personas, que establecen ese proceso de superación. Es un porcentaje de la población muy grande que padece y vive algún tipo de discapacidad o enfermedad propia o en la familia en primera persona. Creo que te pone un poco en situación vivir esa realidad y te hace relativizar otras muchas situaciones, que a veces nos parecen muy terribles, pero eso es lo más fuerte que te puede pasar.
Luego están las desigualdades sociales. Y esto sería muy general. No sé, quizá deberíamos conocer también lo desvalidos que se encuentran las personas mayores, los ancianos. La soledad de las personas de la tercera edad. Porque lo suyo igual no es una lucha ahora mismo de supervivencia, pero cada vez más, con la situación de crisis, personas que mantienen a familias enteras. Es increíble como pueden llegar a hacer que ese euro se extienda y vivan familias enteras. Esa realidad la vemos en los medios de comunicación pero creo que mucha gente no es capaz de ponerse en la piel de lo que ello implica.
Todas las realidades deberían ser contadas o al menos, en algún momento, deberíamos tener la posibilidad de ver qué pasa. Porque vivimos en un mundo en que el vemos nuestra casa, nuestro espacio pequeño, nuestro bienestar, pero no nos damos cuenta que nuestro vecino o nuestra vecina, que en la calle, pues hay otras realidades de las que podríamos aprender, y con las que nos podríamos solidarizar. Y que a veces es fácil aportar un poco para lograr mucho. Bueno a lo mejor también algún ejemplo de buenas practicas de solidaridad. Se pueden hacer cosas, se puede ayudar mucho, se puede participar mucho de mundo mejor. A lo mejor hay que abrir un poco los ojos y mirar hacía afuera.
(Vivimos un poco aislados. Muy a lo nuestro.)
Aislados sí. Creo que estamos muy metidos en rutinas propias. En nuestras cosas. Creo que no estaría de más de abrir los ojos hacía afuera y ver que está haciendo otra gente. Qué está pasando. Formar un poco más de este mundo. Al final esto es un puzzle. Si lo hiciéramos bien podríamos ayudar todos y el esfuerzo sería mucho menor. Un poco de concienciación es necesaria. Con estos programas yo intento poner a la gente en ese lugar y que se despierten conciencias. Ya con eso me doy por satisfecha.
F: Esto de hablar con la gente y dejar que hablen para informar es muy extraño. Vamos a hablar un poco de tu metodología.
S: Pienso un tema o me llega una propuesta de los oyentes. Muchísimos temas vienen por ahí. Me documento sobre esa realidad o sobre ese tema que creo que puede ser interesante. Luego me pongo en contacto con ese espacio, con esas problemáticas, con estos autores, los protagonistas de sus propias historias, y le cuento quién soy y que hago. Pero se lo cuento desde el tú a tú y desde la naturalidad. Lo primero que me dicen es “pero yo que hago, tengo que ir al estudio y que te tengo que decir”. Y yo a esta respuesta les digo que no me tienes que decir nada, no quiero que vengas a ningún sitio, por favor sigue tu vida, a ti lo que te pido es que me dejes entrar durante un ratito en tu realidad, en esa lucha, en ese momento. Voy con una grabadora que es pequeña. No llevo ni micrófono. Graba muy bien los ambientes y pasa desapercibida, y porque en poco tiempo ya no está, en poco tiempo esa grabadora ya no se ve. Sí es verdad que consigo o ellos logran, porque al final creo que el mérito es de ellos, que yo esté allí y sea una más, y me cuenten. Participo, y ayudo y hago lo que sea. Muchas veces ni pregunto. Es decir las propias conversaciones entre ellos, lo que ahí pasa, como suena esa realidad, como si dejásemos una grabadora unas horas simplemente ahí grabando, ya me da muchísimas partes del reportaje, en ocasiones ese ha sido el reportaje. En los que yo no he abierto ni la boca.
Me acuerdo del programa sobre el suicido que hice en la entonces única asociación que había en Barcelona, hace siete u otros años era la primera. Estuve en una reunión que tuvieron ellos con mujeres, padres, hijos, en fin, familiares de personas que se habían suicidado, y no pregunte nada. Yo tenía la idea de algunas preguntas, o curiosidad por tener las respuestas sobre algunas cosas, y no me hizo falta. De hecho todo lo que de allí salió, en aquella reunión, tras la edición y la pospo final fue el programa. Les agradecí de corazón que me dejaran estar ahí presente. No hice ninguna pregunta. Luego estuve con ellos charlando pero ya no grabando. Muchas veces pasa así que no hay que hacer nada durante la grabación porque la realidad se explica por sí misma.
Muchas veces voy preguntando pero no llevo un guión cerrado. Me documento para tener claro qué es imprescindible para que esa realidad quede clara para quien la desconoce. Pero no sé exactamente si voy a estar mucho rato o poco. Lo que sí se es que voy a estar el rato suficiente para formar parte de esta situación de una forma natural. A lo mejor desde fuera parece difícil pero, a mí me resulta fácil. Hay mucha predisposición. Las personas en general están encantadas de ver que te interesa su historia, su problema, que tienes ganas de saber, de conocer, y se abren. No me cuesta mimetizarme, empatizar, y quedarme en esa realidad. Disfruto con mi trabajo. Y todavía hay historias que sigo o con las que sigo conectada durante años, las voy siguiendo, y bueno se van creando amistades, o relaciones en las que han pasado años y yo les puedo llamar o me llaman, con una naturalidad de “oye Sandra fíjate, esta historia, te acuerdas aquel día que hiciste una cosa, pues soy la amiga de, me gustaría contarte, me puedes ayudar”. En fin se han dado situaciones muy bonitas de conectar a personas con asociaciones u otras personas para crear sinergias o para que se puedan ayudar. Me encuentro una asociación o un grupo que hace algo, alguien escucha el programa, se pone en contacto conmigo, “Sandra a mi me pasa esto, como puedo hacer para localizar esta gente, o tú sabes quién me puede echar un cable con esto o lo otro”. Al final creo que es un poco crear redes, ir pasando contactos, mira te paso el contacto de esta gente que creo que te puede echar un cable o no, habla con ellos a ver qué te dicen. Eso lo he hecho y lo hago con mucha frecuencia y me da la sensación de que sirve de algo y a mi me pone muy contenta.
F: ¿Cual ha sido tu trabajo más difícil?
S: Pues, han sido varios. Pero mira recuerdo uno sobre oncología infantil. Pase todo un día en la planta de oncología de un hospital. En el Virgen del Rocío aquí en Sevilla. Fue muy duro. Lloré, lloré con las madres, lloré y me repuse. Fue duro, fue duro. Yo era madre también. Y no es lo mismo ser madre y hacer programas sobre o con niños que hacerlos cuando todavía no tienes hijos. Y otro que me pareció muy duro fue el de la muerte digna. Eran mujeres en este caso. Tres mujeres con historias diferentes que habían acompañado conscientemente a sus maridos en las últimas épocas de la vida, sabiendo que se estaban muriendo. Es un tema muy debatido, en su momento lo fue mucho más, de si muerte digna si muerte digna no. Yo escuché unos casos, hablé con médicos, hice un programa largo, y fue duro.
F: ¿Qué realidad social consideras más importante?
S: Yo creo que los niños. El tema de la infancia, además en España no se habla de esas realidades a fondo. Aquí hay un porcentaje altísimo de niños que no están atendidos o que están mal atendidos, o niños que no están donde deberían estar, porque la Administración no hace el trabajo… o sí lo hace… ahí hay muchas historias de fondo. La infancia. Cuando eres adulto puedes participar de las decisiones de la vida pero cuando eres un niño no. Los niños nacen, les tocan vivir situaciones y realidades de las que pueden participar, no pueden decidir. Entonces es el resto el que decide por sus vidas. Me parece que es una problemática social. Yo creo que no hay conciencia de que tenemos un problema.
(Esto que me comentas es universal)
Yo creo que es en general porque son niños y no tienen la culpa de nacer en un sitio u otro, pero sí pueden ser niños que acaben muriendo, que tengan una trayectoria que sea un desastre, niños afectados, hay un montón de niños con un montón de problemas psicológicos, que no tienen un futuro por delante. Pero ellos no tienen la culpa de nada. El niño o la niña, son los más desprotegidos. El que menos puede hacer nada. Dependen de la suerte que tengan. Yo creo que no se le da la importancia suficiente. Ni en la crisis de los refugiados ni en los niños que están aquí en orfanatos o en centros de acogida, o los diferentes formatos que hay de acogida para niños que no tienen familia. Yo creo que los niños no se les tienen en cuenta. No existen.
F: A veces sucede que se difunde algo en los medios de comunicación que nos indigna y podemos hasta hacer algo al respecto. Pero cuando desaparece de los medios ese conflicto o problemática parece desaparecer.
S: Es así. Hay una máxima para mi en mi trabajo, por ejemplo: que se celebre el día mundial de… mil cosas. Yo ese día nunca hago nada de ese tema, y además conscientemente, porque es la excusa para otros medios de hacer algo. Yo siempre intento que sea otro día porque pienso que, por lo menos, son dos días, el que se sienten obligados a hacerlo y mi día. Serán dos veces. Pero me pasa mucho. Hace poco fui a hacer un programa sobre que ha pasado con las corralas que se ocuparon aquí en Andalucía. En Sevilla hubo un movimiento de corralas, de ocupación de viviendas muy fuerte, luego la policía acabo echándolos a todos, hubo una serie de semi-acuerdos con la Administración. ¿Y qué pasó con aquellas familias? Años después, porque han pasado muchos años. Pues resulta que todavía siguen en juicios muchas de ellas, que han sido reubicadas, algunas realojadas en viviendas sociales, otras se han buscado la vida… Pero las llamé porque en su día hice una historia y me fui a uno de los juicios que aún tenían y me dijeron “fíjate nunca nadie jamás nos preguntó más que pasó con nosotros”. Y parece que el tema de los desahucios no se habla. Es verdad, no está en los medios pero sigue pasando. Esa realidad no ha desaparecido porque ya no sea el boom de las noticias de los desahucios. Sí es cierto, yo creo que no hay agenda social en los medios de comunicación. No hay periodistas dedicados a lo social únicamente. Existe sociedad pero Sociedad no es exactamente esto.
[El terremoto de] Lorca, ¿qué pasó con aquello? ¿Alguien ha ido allí a preocuparse y a sacar en los medios un programa o reportaje sobre aquello? Cuando ocurrió aquello aquel día despliegue de medios pero ahora ya no. Eso pasa con todo. Esta todo muy dirigido. No hay agenda, no hay espacio para lo social. La política se lo come todo y la economía también.
(¿Y si te hablo de los conflictos armados? Es total. Cubren la guerra pero la posguerra no la cubre nadie. Luego nos llevamos sorpresas: vuelve otra vez el conflicto, pero es que nunca se fue.)
Claro, qué pasa con las familias arrasadas. El conflicto sigue ahí. No existe la especialidad de periodistas sociales. En la carrera no existe. La gente estudia periodismo y te puedes especializar en economía, en medio ambiente… social no hay. No existe. Porque no interesa. No interesamos. Yo no intereso. Y hablamos de crítica blanca que además afecta a todos. Yo cuando hago temas sociales no pregunto quién es el responsable, si es el Ayuntamiento, si es la Comunidad Autónoma, si es el Gobierno central. Si lo cuentan perfecto pero en general no hablan de política, aunque quede implícita la crítica, simplemente se trata de algo tan fundamental como los derechos de las personas, de los ciudadanos. De la dignidad de cada uno de los ciudadanos.
F: Tal como yo entiendo esto del periodismo la principal función debería ser la de ejercer de intermediarios entre una realidad social y el conjunto de la sociedad para que una vez informada actuara en consecuencia.
S: Eso es. Así es. Nosotros los periodistas somos herramientas. Está pasando algo y hay que contarlo, otras personas no se dedican a esto, voy a ir yo a preguntar, a contar, a ponerlo en contexto, y además intentaré hacerlo con la mayor objetividad posible. Luego cada uno lo hace como puede. Pero yo sí creo que debe haber más objetividad a la hora de contar lo que pasa. Siempre digo que conocer es la máxima para poder tolerar. Para poder participar, para poderte comprometer. Conocer la realidad tal cual es, sobre el terreno y luego dejarla sonar, escucharla tal cual es, guste o no guste, ese no es problema. El problema es dar a conocer esas voces, darles voz.
(Ahí entras tú con el tema de que les dejas hablar siempre y ellos mismos están informando en ese momento.)
Luego yo también me puedo auto-criticar. Yo elijo los temas. Y luego monto. Pero para mi es un montaje siempre lineal. Lo que hago es quitar lo que me sobra para llegar al tiempo. Mi grabación tiene sentido desde que empieza hasta que termina. De cualquier otra manera no tendría sentido. La conversación y todo lo que va pasando tiene un sentido temporal. Lo que hago es limpiar, quitar lo que me sobra. Si esto ya se ha repetido. Pues no lo van a decir siete veces. Voy limpiando esas repeticiones. Es un trabajo de chinos, sobre todo para cuadrar tiempos porque las grabaciones son largas.
F: ¿Cual crees que debería ser la función de un medio de comunicación público?
S: La obligación de un medio público es hacer un servicio público. Y no regirse por audiencias. Aunque lo social tiene mucha audiencia. El tema es que no dejan que lo social tenga su espacio y su tiempo en unas horas buenas. Porque luego cuando haces algo te das cuenta que los oyentes lo siguen y les interesa. Hay que informar de aquello que a los ciudadanos les puede interesar dándoles información que sea útil, que no se les da tampoco. Cómo funcionan las cosas, cómo funciona la Administración, cómo facilitar la vida a la gente, y luego informando de esas realidades. No tenemos que hacer un programa de entretenimiento en el que no se cuente nada más que lo que ya cuentan en otros medios. El medio privado tiene publicidad que manda y paga. En el público no debería ser así, aquí no manda la economía pero sí manda la política.
F: ¿Qué te ha aportado este trabajo durante todo este tiempo?
S: Descubrir muchos mundos. Aprender. Yo no hago nada más que aprender. Yo cada vez que me embarco en una historia de éstas aprendo muchísimo. Son lecciones de vida constantes las que te dan. Tú vas con tu documentación pero estar allí viviéndolo con la gente piel con piel, esto es lo que me hace tener cada día más un poco más de sabiduría. Son muchos años con temáticas sociales y te das cuenta al final lo amplias que son las realidades. Es decir no terminas. He repetido temas en el sentido más amplio del tema pero siempre contando realidades distintas, te das cuenta que hay muchos temas, no hay una única realidad, hay mil realidades dentro de cada una, y no acabas. A mi me decían “Sandra pero como puedes encontrar temas cada semana diferentes durante tantos años”. Siempre cuentas algo nuevo. Es que hay muchísimo por contar, es como empezar a bucear en un tema, y es infinito. Hay que tener los contactos, hay que saber un poco, y seguir la estela de lo que es interesante y ver que temas hay. Pero de verdad que es infinito. Y cada vez te das más cuenta de lo mucho que te queda por conocer y por contar.
F: Un último mensaje para los lectores.
S: Yo creo que los lectores tienen mucha responsabilidad a la hora de elegir. De darle al play, o de leer, o tomar una decisión sobre qué medio quieren consumir. Y que tipo de información quieren consumir. Yo creo que cada vez más y gracias a Internet tenemos esta posibilidad. Se han abierto muchas conciencias y creo que hay gente que ya busca lo que quiere escuchar o por lo menos las temáticas, o de quién lo quiere escuchar, o de qué forma. Yo creo que este empoderamiento, esa posibilidad la tenemos que utilizar, hacerla fuerte, para que finalmente sean los consumidores de los medios de comunicación los que decidan, y den prioridad a los temas que les interesan.
F: Muchas gracias Sandra por la entrevista y por tu buen ejemplo de periodismo social. Bien seguro que aportará a todos aquellos que se quieran conocer realidades y problemáticas sociales que forman parte de nuestra sociedad. Esperamos oír de nuevo después del verano En primera persona en las ondas hertzianas. No os perdáis el último programa de la temporada el próximo viernes a las 18.48 horas en Radio 5.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 24 Julio 2017.