Dos alianzas bombardean Siria - por Francesc Sánchez


 Los acontecimientos en Siria se precipitan. La fotografía de un niño sirio muerto frente a las costas turcas parecería haber precipitado tanto un cambio en la política hacía los refugiados sirios como hacía el origen del problema, que no es otro que una larga guerra civil en Siria que dura más de cuatro años, y la ascensión del Estado Islámico, que han roto el país en pedazos y ha arrojado ya más de 200.000 muertes, más de cuatro millones de refugiados, y siete millones de desplazados en el interior del país. La vía por la que se ha optado para solucionar esto es la militar y se han materializado dos alianzas, la liderada por Washington, coaligada con algunas monarquías del Golfo Pérsico, que se inició hace más de un año con una serie de bombardeos en Siria e Iraq, y la liderada por Moscú, que se ha oficializado con un pacto Damasco, Bagdad y Teherán, y que está precipitando los acontecimientos.

Hace un par de meses empezaron a prodigarse rumores de una intervención militar sobre Siria por parte de Rusia, país que desde el principio de la guerra civil ha facilitado armamento al régimen siendo el principal soporte internacional de Bashar Al Asad (los otro son Irán en el terreno político y las milicias de Hezbolla que combaten sobre el terreno). Pocas semanas después empezaron a llegar a Grecia miles de refugiados sirios procedentes de los campos de refugiados en Turquía, para emprender la larga marcha hacía Alemania atravesando Serbia, Croacia y Hungría. La fotografía de un niño sirio ahogado en las costas turcas conmocionó a la ciudadanía europea, y ésta empezó a mostrar solidaridad con los refugiados, mientras estados como el húngaro terminaban de construir alambradas, y se preparaban para apalearlos. Este fue el momento aprovechado por Francia y el Reino Unido para afirmar que la crisis de los refugiados debe ser resuelta en su origen y por esa razón Francia empezó sus primeros bombardeos contra las posiciones del Estado Islámico en Siria. Poco después la Rusia de Vladimir Putin hizo publico un pacto entre su país, Siria, Iraq e Irán con el propósito de coordinar acciones punitivas contra el Estado Islámico coordinándolas desde Bagdad. En la Asamblea General de Naciones Unidas tanto Vladimir Putin como Barak Obama han afirmado que se debe erradicar el Estado Islámico, y por esta razón el presidente estadounidense lanzó la propuesta de crear una gran coalición para combatirle, propuesta a la que los rusos no se han querido sumar porque ya tienen su alianza.

Realmente aunque Washington y Moscú mantengan que su objetivo es la erradicación del Estado Islámico la forma de llevar a cabo esto, aunque ambas alianzas bombardeen al Califato, difiere. Barak Obama ha manifestado en más de una ocasión que Bashar Al Asad debe retirarse para dar paso a un proceso de transición hacía la democracia. Francia, en la misma sintonía, va aún más lejos queriendo procesar al dictador sirio por crímenes contra la humanidad. Vladimir Putin en cambio se muestra como el principal apoyo de Bashar Al Asad y mantiene que este tiene un papel importante en el presente de Siria, y afirma que ante todo lo primero es erradicar al Estado Islámico. Un término medio fueron la declaraciones del Ministro de Exteriores español José Manuel García Margallo cuando afirmó que para resolver la guerra civil en Siria se debía “hablar con el régimen sirio”, aunque luego matizara que Bashar Al Asad debe irse y debe iniciarse un proceso transitivo hacía la democracia. No debemos perder de vista que el bloque occidental liderado por Washington facilitó armamento a las facciones armadas que conformaban el Ejército Libre de Siria que se oponen militarmente al dictador sirio. Muchos de estos combatientes se pasaron a las milicias islamistas financiadas por las monarquías del Golfo Pérsico, y mucho de este armamento terminó también en las mismas manos. El punto de inflexión se produjo en el mes de Septiembre de 2013 después del ultimátum que dio Barak Obama al régimen sirio tras el lanzamiento contra población civil de armamento químico. La mediación de Vladimir Putin consiguió que el régimen sirio entregara su armamento químico al bloque occidental y Bashar Al Asad se libró de un gran bombardeo. Semanas después eclosionó definitivamente el Estado Islámico en Siria e Iraq.

Los bombardeos de la fuerza aérea rusa sobre el Estado Islámico, integrada por más de cincuenta aeronaves y una treintena de helicópteros, han sido cuestionados por el bloque occidental porque han podido afectar no solo a las posiciones y cuarteles generales del Estado Islámico, si no también tanto a las facciones de lo que queda del Ejército Libre de Siria que se oponen a Bashar Al Asad, como a la población civil que vive en esa tierra de nadie, que se reparten el Estado Islámico, el Frente de Jabhat al-Nusra, y el mencionado Ejército Libre de Siria. Esto es algo similar a la campaña de bombardeos que lleva a cabo Turquía sobre el Estado Islámico que han infringido un importante daño en muerte sobre las milicias kurdas en el norte del país.

La guerra en Siria, en Iraq, y también en el Yemen (donde una alianza árabe liderada por Arabia Saudita está infringiendo importantes daños), que deben tanto a la guerra contra el régimen de Sadam Hussein liderada por Washington y a las frustradas revueltas árabes, tiene sus nexos en común, y tiene todo el carácter ya de una guerra regional en la que las dos viejas superpotencias cuentan con su respectiva alianza y se baten indirectamente para dominar lo que queda de Oriente Medio: mientras que Washington ha apostado por el polo sunita, principalmente las monarquías del Golfo, Moscú ha apostado por el polo chiíta compuesto por Siria, Iraq e Irán.

En un artículo anterior mantenía que el avance del Estado Islámico terminaría por implicar a las potencias regionales (Turquía, Arabia Saudita e Irán) y esto en gran medida se está cumpliendo pero de la peor forma, no bajo una alianza por muy antinatura que pueda parecer, si no bajo las alianzas creadas por Washington y Moscú que podrían llegar a un enfrentamiento sino llegan a un acuerdo. Nuevamente la Guerra Fría. En medio de todo esto se encuentra una población civil exhausta que muchos ahora en occidente están descubriendo porque llegan huyendo de la muerte a nuestro continente.

Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.

Incorporación – Redacción. Barcelona, 3 Octubre 2015.