40 años de la Unión Militar Democrática - por Francesc Sánchez
Durante esta semana han desfilado muchos militares por la facultad de
Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona. Pero no se ha
tratado de ninguna operación militar, si no de unas jornadas
conmemorativas en los cuarenta años de la fundación de la Unión Militar
Democrática, una iniciativa valiente de un centenar de oficiales que, en
su momento, llegó a inquietar al régimen franquista. Esta organización
clandestina pretendía dar el impulso necesario para democratizar el
estado, y por esta razón muchos de sus miembros fueron arrestados y
desplazados de la milicia. - seguir leyendo
Sección Memoria Histórica
40 años de la Unión Militar Democrática
por Francesc Sánchez
El cuadro histórico del momento nos sitúa en una España tardofranquista en la que la ETA, el 21 de diciembre de 1973, había liquidado con un atentado espectacular al presidente Luis Carrero Blanco. Franco había designado en 1969 como heredero y sucesor al príncipe Juan Carlos pero todo hacía pensar que Carrero Blanco se iba convertir en el hombre fuerte del régimen. Tras el atentado Carlos Arias Navarro se convierte en presidente del Gobierno, pero este, después de la muerte del dictador, queda desbordado por los acontecimientos. Durante estos años inciertos la máquina represiva del estado funciona perfectamente: por poner dos ejemplos, el 2 de marzo de 1974 son ejecutados a garrote vil el anarquista Puig Antich y un misterioso Georg Michael Welzel, y el 27 de septiembre de 1975 el estado ejecuta a cinco militantes del FRAP y dos de la ETA. Como bien apunta el profesor de historia Pelai Pagès, la dictadura empezó matando y terminó de la misma manera.
Durante estos duros e inciertos años sucede algo insólito: el 13 de Octubre de 1975, José Ignacio Domínguez, un Capitán de la Fuerza Aérea, hace una rueda de prensa en Paris, denunciando la detención de varios compañeros, y presenta en sociedad la Unión Militar Democrática. Esta organización de militares clandestina, fundada en Barcelona en el mes de Septiembre de 1974, tiene como finalidad la transformación del régimen dictatorial en uno de democrático, hace una defensa de la libertades y los derechos humanos, exige una reforma de la Justicia Militar y de la Ley del Servicio Militar, demanda reformas socioeconómicas para mejorar las condiciones de vida de todos, exige una amnistía para los todos los presos políticos, denuncia el terrorismo de estado, y responsabiliza al régimen de la violencia contra la dictadura. Esto se produce un año después de la Revolución de los Claveles en Portugal, donde los militares del Movimiento de las Fuerzas Armadas se alzaron, el 25 de Abril de 1974, contra la dictadura salazarista, y obtuvieron el respaldo del pueblo. Sin embargo, la Unión Militar Democrática, compuesta tan solo por unas cuantas docenas de oficiales, no se marca como objetivo el golpe de estado, su finalidad, en palabras de José Ignacio Domínguez, es «mojar la pólvora de los militares fascistas», retenerlos en un probable golpe de mano en contra de los cambios una vez se haya iniciado el proceso transitivo.
Finalmente, el 20 de Noviembre de 1975, el presidente Arias Navarro anuncia la muerte de Franco y los acontecimientos se precipitan. Juan Carlos I se convierte en el Jefe del Estado y, después de la dimisión de Arias Navarro en el mes de Julio de 1976, nombra a Adolfo Suárez presidente del Gobierno, que consigue la autoliquidación de las Cortes franquistas, realiza la Ley de Reforma Política, legaliza al Partido Comunista, y aprueba dos leyes de amnistía. El 15 de Junio de 1977 se celebran las primeras elecciones democráticas (en las que vencerá Suárez liderando la UCD), y un año después, el 6 de Diciembre de 1978 los españoles aprueban en referéndum una Constitución consensuada por los principales partidos políticos. El Teniente General Manuel Guitiérrez Mellado es el encargado de controlar durante el proceso a la cúpula del ejército, enfurecida por los cambios y por los atentados terroristas. Paralelamente a todo esto la represión del estado sigue su curso: el 3 de Marzo de 1976 en Vitoria hay una huelga general, muchos de los trabajadores tienen previsto realizar una asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, y la policía decide disolverlos a tiros matando a cinco personas e hiriendo de bala a 150 más. El 24 de Enero de 1977 un grupo de extrema derecha (probablemente de Fuerza Nueva aunque también se ha hablado de la participación de elementos de la extrema derecha italiana) irrumpe en un despacho de abogados en derecho laboral de Comisiones Obreras en la calle de Atocha y mata cinco personas.
Los miembros de la Unión Militar Democrática detenidos son juzgados en un Consejo de Guerra en la localidad madrileña de Hoyo de Manzanares el 8 de Marzo de 1976 y son condenados a un total de 42 años y seis meses de prisión militar. Siete de ellos fueron expulsados del ejército. Un año después estos hombres serán indultados pero no pudieron reincorporarse a sus puestos militares. La Unión Militar Democrática se autodisuelve en el mes de Junio de 1977 porque ya se están produciendo en el país los cambios políticos necesarios hacia la democracia.
La Ley de Amnistía del 15 de Octubre de 1977 (en vigor dos días después) permite salir de la cárcel a todos los presos políticos (incluidos los que habían cometido delitos de sangre), hace un borrón y cuenta nueva, permitiendo el regreso de los exiliados, y la salida de los últimos topos (los que llevaban años escondidos del régimen). Sin embargo esta ley no contempla la amnistía de los miembros de la Unión Militar Democrática, que tendrán que esperar hasta el año 1987 para ser rehabilitados, momento en el que todos pasaron a la reserva. Hay una interpretación que dice que para el gobierno socialista los miembros de Unión Militar Democrática eran un ejemplo a seguir pero su reintegración en el ejército podía conllevar problemas con el resto de la milicia. La Ley de Amnistía exigida por las formaciones políticas antifranquistas lo fue también para todos los crímenes cometidos por la dictadura contra el pueblo español. De ahí la imposibilidad de juzgar, como sí ha sucedido en algunos países latinoamericanos, a los criminales del estado. Gabriel Cardona, uno de los fundadores de la Unión Militar Democrática, y homenajeado en las jornadas junto a Julio Busquets, abandonó el ejército después del intento de Golpe de estado del 23 de Febrero de 1981, tras unos años en la policía municipal de Badalona se dedicó a los estudios de historia, llegándose a convertir en profesor y en un experto de historia militar en la Universidad de Barcelona.
La Transición del régimen dictatorial franquista a la democracia parlamentaria no fue como se ha dicho modélica pero tampoco en mi opinión fue una simple estafa. Fue una transacción en la que se consiguieron ciertas libertades y derechos a cambio de ciertas claudicaciones por parte de los antifranquistas. Hoy se habla mucho de una segunda Transición: de un lado unos parece que sacralicen la Transición cuando en su momento o no estaban de acuerdo o simplemente no estaban, y otros la impugnan plenamente. Estos militares de la Unión Militar Democrática fueron la excepción en un ejército, donde la mayoría de altos mandos había vencido al Gobierno legitimo y a la mayoría del pueblo español en una infame Guerra Civil, formaban a fin de cuentas el principal engranaje de la dictadura. Las Fuerzas Armadas de hoy ya no son las de antes, pero resulta inquietante que rutinariamente altos mandos en activo den su opinión sobre política nacional, ejerciendo de interpretes de la Constitución, pero hasta eso tiene su explicación en el también inquietante Artículo 8º. El gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, el 4 de Diciembre de 2009, aprueba, a instancias de una proposición no de ley aprobada meses antes por el Congreso, una declaración institucional en la que se reconoce la labor de los militares de la Unión Militar Democrática durante la Transición. Difícil es saber la influencia que estos hombres de la Unión Militar Democrática tuvieron en el ejército pero vale la pena tener presente su existencia.
Para más información: Foro Milicia y Democracia
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 4 Diciembre 2014.
Sección Memoria Histórica
40 años de la Unión Militar Democrática
por Francesc Sánchez
El cuadro histórico del momento nos sitúa en una España tardofranquista en la que la ETA, el 21 de diciembre de 1973, había liquidado con un atentado espectacular al presidente Luis Carrero Blanco. Franco había designado en 1969 como heredero y sucesor al príncipe Juan Carlos pero todo hacía pensar que Carrero Blanco se iba convertir en el hombre fuerte del régimen. Tras el atentado Carlos Arias Navarro se convierte en presidente del Gobierno, pero este, después de la muerte del dictador, queda desbordado por los acontecimientos. Durante estos años inciertos la máquina represiva del estado funciona perfectamente: por poner dos ejemplos, el 2 de marzo de 1974 son ejecutados a garrote vil el anarquista Puig Antich y un misterioso Georg Michael Welzel, y el 27 de septiembre de 1975 el estado ejecuta a cinco militantes del FRAP y dos de la ETA. Como bien apunta el profesor de historia Pelai Pagès, la dictadura empezó matando y terminó de la misma manera.
Durante estos duros e inciertos años sucede algo insólito: el 13 de Octubre de 1975, José Ignacio Domínguez, un Capitán de la Fuerza Aérea, hace una rueda de prensa en Paris, denunciando la detención de varios compañeros, y presenta en sociedad la Unión Militar Democrática. Esta organización de militares clandestina, fundada en Barcelona en el mes de Septiembre de 1974, tiene como finalidad la transformación del régimen dictatorial en uno de democrático, hace una defensa de la libertades y los derechos humanos, exige una reforma de la Justicia Militar y de la Ley del Servicio Militar, demanda reformas socioeconómicas para mejorar las condiciones de vida de todos, exige una amnistía para los todos los presos políticos, denuncia el terrorismo de estado, y responsabiliza al régimen de la violencia contra la dictadura. Esto se produce un año después de la Revolución de los Claveles en Portugal, donde los militares del Movimiento de las Fuerzas Armadas se alzaron, el 25 de Abril de 1974, contra la dictadura salazarista, y obtuvieron el respaldo del pueblo. Sin embargo, la Unión Militar Democrática, compuesta tan solo por unas cuantas docenas de oficiales, no se marca como objetivo el golpe de estado, su finalidad, en palabras de José Ignacio Domínguez, es «mojar la pólvora de los militares fascistas», retenerlos en un probable golpe de mano en contra de los cambios una vez se haya iniciado el proceso transitivo.
Finalmente, el 20 de Noviembre de 1975, el presidente Arias Navarro anuncia la muerte de Franco y los acontecimientos se precipitan. Juan Carlos I se convierte en el Jefe del Estado y, después de la dimisión de Arias Navarro en el mes de Julio de 1976, nombra a Adolfo Suárez presidente del Gobierno, que consigue la autoliquidación de las Cortes franquistas, realiza la Ley de Reforma Política, legaliza al Partido Comunista, y aprueba dos leyes de amnistía. El 15 de Junio de 1977 se celebran las primeras elecciones democráticas (en las que vencerá Suárez liderando la UCD), y un año después, el 6 de Diciembre de 1978 los españoles aprueban en referéndum una Constitución consensuada por los principales partidos políticos. El Teniente General Manuel Guitiérrez Mellado es el encargado de controlar durante el proceso a la cúpula del ejército, enfurecida por los cambios y por los atentados terroristas. Paralelamente a todo esto la represión del estado sigue su curso: el 3 de Marzo de 1976 en Vitoria hay una huelga general, muchos de los trabajadores tienen previsto realizar una asamblea en la iglesia de San Francisco de Asís, y la policía decide disolverlos a tiros matando a cinco personas e hiriendo de bala a 150 más. El 24 de Enero de 1977 un grupo de extrema derecha (probablemente de Fuerza Nueva aunque también se ha hablado de la participación de elementos de la extrema derecha italiana) irrumpe en un despacho de abogados en derecho laboral de Comisiones Obreras en la calle de Atocha y mata cinco personas.
Los miembros de la Unión Militar Democrática detenidos son juzgados en un Consejo de Guerra en la localidad madrileña de Hoyo de Manzanares el 8 de Marzo de 1976 y son condenados a un total de 42 años y seis meses de prisión militar. Siete de ellos fueron expulsados del ejército. Un año después estos hombres serán indultados pero no pudieron reincorporarse a sus puestos militares. La Unión Militar Democrática se autodisuelve en el mes de Junio de 1977 porque ya se están produciendo en el país los cambios políticos necesarios hacia la democracia.
La Ley de Amnistía del 15 de Octubre de 1977 (en vigor dos días después) permite salir de la cárcel a todos los presos políticos (incluidos los que habían cometido delitos de sangre), hace un borrón y cuenta nueva, permitiendo el regreso de los exiliados, y la salida de los últimos topos (los que llevaban años escondidos del régimen). Sin embargo esta ley no contempla la amnistía de los miembros de la Unión Militar Democrática, que tendrán que esperar hasta el año 1987 para ser rehabilitados, momento en el que todos pasaron a la reserva. Hay una interpretación que dice que para el gobierno socialista los miembros de Unión Militar Democrática eran un ejemplo a seguir pero su reintegración en el ejército podía conllevar problemas con el resto de la milicia. La Ley de Amnistía exigida por las formaciones políticas antifranquistas lo fue también para todos los crímenes cometidos por la dictadura contra el pueblo español. De ahí la imposibilidad de juzgar, como sí ha sucedido en algunos países latinoamericanos, a los criminales del estado. Gabriel Cardona, uno de los fundadores de la Unión Militar Democrática, y homenajeado en las jornadas junto a Julio Busquets, abandonó el ejército después del intento de Golpe de estado del 23 de Febrero de 1981, tras unos años en la policía municipal de Badalona se dedicó a los estudios de historia, llegándose a convertir en profesor y en un experto de historia militar en la Universidad de Barcelona.
La Transición del régimen dictatorial franquista a la democracia parlamentaria no fue como se ha dicho modélica pero tampoco en mi opinión fue una simple estafa. Fue una transacción en la que se consiguieron ciertas libertades y derechos a cambio de ciertas claudicaciones por parte de los antifranquistas. Hoy se habla mucho de una segunda Transición: de un lado unos parece que sacralicen la Transición cuando en su momento o no estaban de acuerdo o simplemente no estaban, y otros la impugnan plenamente. Estos militares de la Unión Militar Democrática fueron la excepción en un ejército, donde la mayoría de altos mandos había vencido al Gobierno legitimo y a la mayoría del pueblo español en una infame Guerra Civil, formaban a fin de cuentas el principal engranaje de la dictadura. Las Fuerzas Armadas de hoy ya no son las de antes, pero resulta inquietante que rutinariamente altos mandos en activo den su opinión sobre política nacional, ejerciendo de interpretes de la Constitución, pero hasta eso tiene su explicación en el también inquietante Artículo 8º. El gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero, el 4 de Diciembre de 2009, aprueba, a instancias de una proposición no de ley aprobada meses antes por el Congreso, una declaración institucional en la que se reconoce la labor de los militares de la Unión Militar Democrática durante la Transición. Difícil es saber la influencia que estos hombres de la Unión Militar Democrática tuvieron en el ejército pero vale la pena tener presente su existencia.
Para más información: Foro Milicia y Democracia
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 4 Diciembre 2014.