La revuelta árabe XII - por Francesc Sánchez
Sección de Opinión
La revuelta árabe XII - por Francesc Sánchez
Retomamos esta crónica de la revuelta árabe entonando un mea culpa por haber comunicado en el mes de septiembre como casi todos que el ataque norteamericano sobre Siria era inminente. Nunca me lo terminé de creer del todo pero los acontecimientos, tras la denuncia sobre el uso de armas químicas contra la población civil por parte del régimen hecha por Estados Unidos, apuntaban a esa intervención. El ultimátum hecho por Washington a Damasco para que este se desprendiera de su arsenal químico fue recogido hábilmente por Bashar Al Assad y por Vladimir Putin, que ejerció como intermediario, para dejar las cosas como estaban. Esta intervención de Moscú en la crisis siria y el acercamiento de Washington con Teherán en el contencioso nuclear (no olvidemos que Irán es un aliado del régimen sirio y que Hezbolla, la milicia libanesa chiíta financiada por el régimen de los ayatolás, está luchando al lado del ejército regular sirio) ha generado cierta distensión en la región que alejaría, al menos aparentemente, una gran confrontación armada. Esto no quiere decir que la guerra civil en Siria haya remitido o vaya a desaparecer (130.000 muertos, más de 9 millones de desplazados, más de 2 millones de exiliados) pero en principio la regionalización del conflicto parece alejarse.
Para terminar de entender bien este retraimiento de Washington tenemos que volver a mencionar a los luchadores contra el régimen que pertenecen a multitud de grupos armados islamistas (Jabhat al-Nusra, Frente Islámico y Estado Islámico de Iraq y Sham son las facciones más aglutinadoras) que han recibido armamento de las monarquías del Golfo Pérsico y que han protagonizado una guerra civil dentro de la guerra civil combatiendo entre ellos y al Ejército Libre de Siria. Por lo tanto cualquier ataque internacional que deteriorara al ejército regular sirio o lo venciera (esto sin una intervención terrestre lo veo harto complicado) beneficiaria a estos grupos armados convirtiendo no solo a Siria en un estado fallido si no que desestabilizaría aún más toda la región. Lo mismo sucede con la finalización de envío de armamento y el fin entrenamiento a los rebeldes sirios por parte de Estados Unidos y otros países occidentales: las armas podrían terminar en manos de sus propios enemigos. Entonces la intervención terrestre que Barak Obama siempre ha descartado los republicanos podrían verla necesaria aunque esto no garantizaría nada y podría ser contraproducente. Solo tenemos que mirar a Iraq donde una guerra convencional derribó en el 2003 al régimen baazista de Sadam Husein y empezó al momento tanto la resistencia de los sunitas vinculados al régimen como la aparición de multitud de grupos yihadistas cercanos a Alqaeda. Estos grupos aunque finalmente fueron combatidos por los sunitas que antes mencionábamos últimamente se han hecho fuertes (entre ellos Estado Islámico de Iraq y Sham) en ciudades como Faluya. En la Conferencia de Paz en Montreux (Ginebra II), en la que Irán estará presente, está convocada una oposición desunida con la ausencia de las facciones islamistas que exige la renuncia del Bashar Al Assad y un régimen que se va a presentar como el azote del terrorismo yihadista y el islamismo radical. Estas dos posiciones son irreconciliables pero si esa aparente distensión regional pudiera influir un alto el fuego podría ser un buen inicio.
En cuanto a Egipto los pasados 14 y 15 del presente mes fueron convocados por los militares a un referéndum, boicoteado por los Hermanos Musulmanes, para sancionar con su voto la Constitución que estos mismos han redactado. El texto constitucional, que prohíbe los partidos religiosos y asegura el poder al ejército, fue apoyado masivamente (el 98,1% de los votos) con una nimia participación (38,6% del censo). Los Hermanos Musulmanes (la congregación religiosa madre del partido político de Mohamed Mursi que como recordaremos ganó la mayoría de elecciones y gobernó el país durante un año hasta que los militares lo encarcelaron después de hacerle un golpe de estado) no solo han sido prohibidos si no que han sido declarados como una organización terrorista. Mientras el general Abdel Fatah Al Sisi se postula para la presidencia nada bueno parece venir desde de la península del Sinai, donde desde el golpe se han ido produciendo ataques a las fuerzas armadas, que han llegado de alguna manera a El Cairo en forma de atentados terroristas, condenados en vano por la Hermandad. Mencionar también que en Túnez Al-Nadha se ha inhibido por la estabilidad del país en beneficio de un gobierno transitorio formado por diferentes sensibilidades políticas. Tanto en un lugar como en el otro las formaciones islamistas, las mejor preparadas durante mucho tiempo en la clandestinidad, obtuvieron victorias claras pero no supieron sostener la transición, aumentaron tanto la violencia como todo tipo de presiones, y consensuar una Constitución más secularizada y más posibilista con el resto de fuerzas políticas. Nada de esto por supuesto justifica el golpe en Egipto ni la argumentación de que los árabes no quieren democracia porque votan a los islamistas o que estos últimos iban a hacerla desaparecer. La Hermandad y su marca blanca en Túnez Al-Nadha son mucho más moderados que los salafistas que apoyaron el golpe en Egipto y han estado desestabilizando Túnez.
Por último me gustaría hacer una pequeña anotación sobre los periodistas españoles secuestrados desde hace meses en Siria (Ricardo García Vilanova, Javier Espinosa, y Marc Marginedas) por alguna facción rebelde. Hecho sintomático de una guerra sin frentes claros en donde cada vez es más difícil informar y en donde todo vale. Esperamos que pronto sean liberados.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 20 Enero 2014.
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La revuelta árabe XII - por Francesc Sánchez
Retomamos esta crónica de la revuelta árabe entonando un mea culpa por haber comunicado en el mes de septiembre como casi todos que el ataque norteamericano sobre Siria era inminente. Nunca me lo terminé de creer del todo pero los acontecimientos, tras la denuncia sobre el uso de armas químicas contra la población civil por parte del régimen hecha por Estados Unidos, apuntaban a esa intervención. El ultimátum hecho por Washington a Damasco para que este se desprendiera de su arsenal químico fue recogido hábilmente por Bashar Al Assad y por Vladimir Putin, que ejerció como intermediario, para dejar las cosas como estaban. Esta intervención de Moscú en la crisis siria y el acercamiento de Washington con Teherán en el contencioso nuclear (no olvidemos que Irán es un aliado del régimen sirio y que Hezbolla, la milicia libanesa chiíta financiada por el régimen de los ayatolás, está luchando al lado del ejército regular sirio) ha generado cierta distensión en la región que alejaría, al menos aparentemente, una gran confrontación armada. Esto no quiere decir que la guerra civil en Siria haya remitido o vaya a desaparecer (130.000 muertos, más de 9 millones de desplazados, más de 2 millones de exiliados) pero en principio la regionalización del conflicto parece alejarse.
Para terminar de entender bien este retraimiento de Washington tenemos que volver a mencionar a los luchadores contra el régimen que pertenecen a multitud de grupos armados islamistas (Jabhat al-Nusra, Frente Islámico y Estado Islámico de Iraq y Sham son las facciones más aglutinadoras) que han recibido armamento de las monarquías del Golfo Pérsico y que han protagonizado una guerra civil dentro de la guerra civil combatiendo entre ellos y al Ejército Libre de Siria. Por lo tanto cualquier ataque internacional que deteriorara al ejército regular sirio o lo venciera (esto sin una intervención terrestre lo veo harto complicado) beneficiaria a estos grupos armados convirtiendo no solo a Siria en un estado fallido si no que desestabilizaría aún más toda la región. Lo mismo sucede con la finalización de envío de armamento y el fin entrenamiento a los rebeldes sirios por parte de Estados Unidos y otros países occidentales: las armas podrían terminar en manos de sus propios enemigos. Entonces la intervención terrestre que Barak Obama siempre ha descartado los republicanos podrían verla necesaria aunque esto no garantizaría nada y podría ser contraproducente. Solo tenemos que mirar a Iraq donde una guerra convencional derribó en el 2003 al régimen baazista de Sadam Husein y empezó al momento tanto la resistencia de los sunitas vinculados al régimen como la aparición de multitud de grupos yihadistas cercanos a Alqaeda. Estos grupos aunque finalmente fueron combatidos por los sunitas que antes mencionábamos últimamente se han hecho fuertes (entre ellos Estado Islámico de Iraq y Sham) en ciudades como Faluya. En la Conferencia de Paz en Montreux (Ginebra II), en la que Irán estará presente, está convocada una oposición desunida con la ausencia de las facciones islamistas que exige la renuncia del Bashar Al Assad y un régimen que se va a presentar como el azote del terrorismo yihadista y el islamismo radical. Estas dos posiciones son irreconciliables pero si esa aparente distensión regional pudiera influir un alto el fuego podría ser un buen inicio.
En cuanto a Egipto los pasados 14 y 15 del presente mes fueron convocados por los militares a un referéndum, boicoteado por los Hermanos Musulmanes, para sancionar con su voto la Constitución que estos mismos han redactado. El texto constitucional, que prohíbe los partidos religiosos y asegura el poder al ejército, fue apoyado masivamente (el 98,1% de los votos) con una nimia participación (38,6% del censo). Los Hermanos Musulmanes (la congregación religiosa madre del partido político de Mohamed Mursi que como recordaremos ganó la mayoría de elecciones y gobernó el país durante un año hasta que los militares lo encarcelaron después de hacerle un golpe de estado) no solo han sido prohibidos si no que han sido declarados como una organización terrorista. Mientras el general Abdel Fatah Al Sisi se postula para la presidencia nada bueno parece venir desde de la península del Sinai, donde desde el golpe se han ido produciendo ataques a las fuerzas armadas, que han llegado de alguna manera a El Cairo en forma de atentados terroristas, condenados en vano por la Hermandad. Mencionar también que en Túnez Al-Nadha se ha inhibido por la estabilidad del país en beneficio de un gobierno transitorio formado por diferentes sensibilidades políticas. Tanto en un lugar como en el otro las formaciones islamistas, las mejor preparadas durante mucho tiempo en la clandestinidad, obtuvieron victorias claras pero no supieron sostener la transición, aumentaron tanto la violencia como todo tipo de presiones, y consensuar una Constitución más secularizada y más posibilista con el resto de fuerzas políticas. Nada de esto por supuesto justifica el golpe en Egipto ni la argumentación de que los árabes no quieren democracia porque votan a los islamistas o que estos últimos iban a hacerla desaparecer. La Hermandad y su marca blanca en Túnez Al-Nadha son mucho más moderados que los salafistas que apoyaron el golpe en Egipto y han estado desestabilizando Túnez.
Por último me gustaría hacer una pequeña anotación sobre los periodistas españoles secuestrados desde hace meses en Siria (Ricardo García Vilanova, Javier Espinosa, y Marc Marginedas) por alguna facción rebelde. Hecho sintomático de una guerra sin frentes claros en donde cada vez es más difícil informar y en donde todo vale. Esperamos que pronto sean liberados.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 20 Enero 2014.
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