La revuelta árabe IV - por Francesc Sánchez
Sección de Opinión
La revuelta árabe IV - por Francesc Sánchez
Ha pasado algún tiempo y algunas cosas desde el último escrito: en Siria las protestas y la represión del ejército han causado más de dos mil muertes, en Egipto se está juzgando a un Mubarak que escucha al tribunal desde una cama tras los barrotes, y en Libia los rebeldes han logrado entrar en Trípoli terminando con el régimen de Muammar el Gadafi.
Bachar al-Asad ha prometido reformas políticas mientras se mantiene impertérrito frente a un levantamiento popular que como antes en Túnez y Egipto quiere que se termine el partido único. Aquí, a diferencia de las dos revueltas triunfantes antes mencionadas, la represión de la población ha sido contundente y brutal: los tanques del ejército han cercado ciudades y se habla de dos mil muertes. Es una caída más a los infiernos como comentábamos en El desmoronamiento del panarabismo: para entender la situación actual tenemos que repasar un poco la historia remontándonos al año 1963 momento en el que el partido Baaz (Partido del Renacimiento Árabe), integrado por las masas campesinas y obreras, sube al poder. Dos facciones entran en liza la de los moderados de Michel Aflaq y Salah al-Bitar que quiere un socialismo liberal y la radical de al-Atasí que quiere una sociedad socialista. Se impone la segunda opción con una política de grandes nacionalizaciones y una apuesta por el estado laico. Pero en el 1970 llega el golpe de Hafez al-Asad (padre de Bachar al-Asad) y como sucedió en Egipto en tiempos de Anuar al-Sadat se revierte el programa socialista apostando por una apertura económica, una infitah, un liberalismo económico protegido y, en este caso además, se da la hegemonía a la minoría confesional alauí, que compone el 11% de la población. En 1971 se establece un parlamento y en 1973 se elige por primera vez el Frente Nacional Progresista (FNP), el partido único, integrado por el Baaz y toda una serie de pequeños partidos (La Unión Socialista Árabe, el Partido Comunista Sirio, La Organización de Socialistas Unionistas, y el Movimiento Socialista Árabe). En el año 2000 Hafez al-Asad muere y su hijo Bachar al-Asad se convierte en presidente. Mientras en Egipto la política de Anuar al-Sadat fue la de acercamiento a occidente –principalmente EEUU- e Israel, en Siria en todo este periodo las relaciones fueron sobre todo primero con la Unión Soviética, luego Rusia y finalmente con Irán. Siria participó activamente contra Israel en el año 1967 en la guerra de los Seis Días y en el año 1973 en la guerra del Yon Kipur (conflictos por los que perdió a favor de Israel los Altos del Golán) e intervino hasta hace pocos años con fuerzas de paz en El Líbano. Siria a diferencia de Egipto tras los atentados del 11S fue calificado como estado canalla por los EEUU.
En Libia los rebeldes de la Cirenaica gracias al soporte aéreo de la OTAN han logrado entrar en Trípoli para escenificar una victoria sobre Muammar el Gadafi. Pero el dictador está en paradero desconocido y sus seguidores aún presentan batalla a los rebeldes. Siete meses después del inicio de esta guerra civil no se sabe aún a ciencia cierta quienes integran a los rebeldes y que ideas, más allá de la derrota de Gadafi, mantienen, aunque desde hace tiempo se han erigido en Comité Nacional para la Transición. La dinámica de los rebeldes hasta ahora ha sido la de ir aglutinando en su seno a diferentes mandos del régimen que tras una guerra de desgaste y un vital apoyo aéreo de la OTAN ha ido avanzado posiciones hasta terminar con el régimen. En la capital los rebeldes empezaron por tomar el palacio presidencial y el aeropuerto, y en su avance encontraron bajo el subsuelo una extensa red de túneles y búnkeres. En esta toma de Trípoli ha habido al menos dos mil muertes. Los hijos de Gadafi pasaron de estar detenidos a desaparecidos como su padre. Se dice que el dictador puede haber huido a la ciudad de Sirte y ahora los rebeldes temen que éste destruya unas instalaciones y deje sin agua a la capital. Se ha llegado a decir también que Gadafi podría estar intentado pedir asilo político en Niger o en Burkina Fasso, países hacia donde se habrían dirigido varias columnas militares cargadas de oro leales al mismo. El premier británico David Cameron y el presidente de Francia Nicolas Sarkocy se han apresurado para visitar Bengasi, y el Comité Nacional para la Transición ya ha manifestado que las potencias que les han ayudado a terminar con el régimen tendrán preferencia en los contratos petroleros.
Mientras todo esto sucede y occidente esta encantado de las revueltas árabes el presidente Mahmund Abbas quiere que se reconozca Palestina en las Naciones Unidas y encuentra la oposición frontal de EEUU y la diplomacia de la Unión Europea. Estos mantienen que los palestinos antes han de volver a las negociaciones de paz con los israelíes. Meses atrás Sudán del Sur se convirtió en nuevo estado reconocido pero Palestina –recordemos que Israel ocupa parte substancial de su territorio- por lo que parece debe esperar eternamente su momento.
¿Cuál será el siguiente paso en las revueltas? Por mucho que los intereses occidentales en unos casos apoyen a las revueltas, desde un principio abiertamente y militarmente (el caso de Libia), desde la diplomacia y probablemente soterradamente (el caso de Siria), por no quedarles más remedio (los casos de Túnez y Egipto) o enmudezcan en otros casos (Bahrein, Yemen y Marruecos, país en donde no se ha pasado a mayores), éstas mantienen su vida propia y son imprevisibles.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 20 Septiembre 2011.
Espacio relacionado: - Revueltas en el Mundo Árabe