Los indignados - por Francesc Sánchez
Sección de Opinión
Los indignados - por Francesc Sánchez
La rapidez de los acontecimientos apenas deja tiempo a uno para reflexionar. En no mucho más de un mes han emergido las voces de decenas de miles de personas bien diversas que se sienten indignadas con el estado de cosas que este sistema nos niega o nos ofrece. El trasfondo es la crisis económica global creada por el sector financiero que atenaza a nuestro país, el día a día es la precariedad en el trabajo, son los recortes sociales que los gobiernos de turno efectúan contra el estado del bienestar. Los indignados a través de las redes sociales convocaron una manifestación el pasado 15 de Mayo, y desde entonces este ha sido el nombre del movimiento. De la manifestación pasaron a las acampadas, siendo la de Madrid en Puerta del Sol y la de Plaza de Cataluña en Barcelona las más concurridas y emblemáticas. En estas acampadas que se reprodujeron por todo el país los indignados se organizaron en comisiones y celebraron decenas de asambleas para exigir un mundo mejor. La mayoría de estas grandes acampadas se han desmantelado, ahora el movimiento se ha descentralizado hacia los barrios, y hacia acciones concretas, como las grandes movilizaciones del pasado 19 de Junio.
Los indignados están en contra de los privilegios de la clase política (empezando por su sueldo, sus pensiones y terminando por su inmunidad), están en contra de los rescates con dinero público de los bancos en dificultades (se apuesta por la nacionalización de este tipo de entidades), están en contra de que existan privilegios para las grandes fortunas (exigen una subida de impuestos, el mantenimiento del impuesto de sucesiones y patrimonio, un control real y efectivo del fraude fiscal y de la fuga de capitales a paraísos fiscales, y la instauración de una tasa a las transacciones financieras). En función de estos tres puntos los indignados dicen poder obtener un presupuesto para que se pueda garantizar unos sueldos dignos (estableciendo un salario máximo y uno mínimo) y una calidad de vida para las personas (con una reducción de la jornada laboral y el mantenimiento del sistema de pensiones), el derecho a la vivienda (con la expropiación de viviendas en desuso), y unos servicios públicos de calidad (con la retirada de los recortes en el sector público y un incremento de funcionarios en sanidad y educación). Los indignados añaden que quieren libertad (defendiendo la libertad de expresión en todos los ámbitos) y una democracia participativa (con la celebración de referéndums para asuntos vitales), y un consumo responsable acorde con el medio ambiente.
Los indignados, compuestos por personas de diferentes edades y profesiones, por personas de sensibilidades políticas diversas, por ahora no quieren constituirse en partido político (es importante resaltar el medio millón de votos en blanco y los cientos de miles de votos nulos en las últimas elecciones municipales), no quieren líderes ni jerarquías, funcionan horizontalmente de modo asambleario y quieren que sus propuestas lleguen a toda la población, que tengan influencia en las formaciones políticas y sindicales preestablecidas. En función de este planteamiento fueron a protestar al Parlament catalán, antes de que la mayoría parlamentaria de la derecha catalana aprobara unos presupuestos que rubricaban importantes recortes sociales. Los Mossos d’esquadra –la policía autonómica- se encerraron con cadenas y candados en el parque de la Ciutadella, lugar donde se encuentra el Parlament, y los indignados se concentraron frente a las puertas para esperar la llegada de los diputados. El resto ha sido muy prodigado por los medios de comunicación, un grupo de personas increpó y pintó a algunos diputados que acudieron a pie al Parlament, y lanzó objetos contra furgones de la policía. Estos sucesos han servido para que la clase política se haya erigido como la valedora de la democracia, para que el president de la Generalitat Artur Mas –el que acudió al Parlament en helicóptero- hable de kaleborroka, para que muchos medios de comunicación hayan criminalizado el Movimiento 15M. Esta violencia no la apruebo, pero tampoco apruebo la violencia que sufrieron los indignados por parte del estado el 27 de Mayo con el desalojo de Plaza Cataluña (y aquí si que hubo más de un centenar de heridos). Si pensaban por estos hechos desprestigiar y finiquitar el movimiento no lo han conseguido porque las movilizaciones del 19 de Junio fueron masivas.
El Movimiento 15M que llevan a cabo los indignados nace gracias a las redes sociales de Internet, las que en un momento dado pueden cerrarse, pero que de momento como estamos viendo ahora y como vimos en las revueltas en los países árabes han demostrado ser una herramienta multiusos que cumple su función. Las asambleas en las acampadas sirvieron, como en el pasado sirvieron las asambleas de los libertarios que creían en un mundo mejor, para debatir y canalizar todo tipo de propuestas. Arcadi Oliveres, profesor de economía y presidente de la asociación Justicia y Paz, simpatizante del movimiento, dice que lo importante es que a través de la pedagogía política se pueda llegar a todos los individuos, estos serán los que desde su campo de acción efectuaran los cambios en la sociedad, los que presionaran a aquellos que han de tomar las decisiones políticas y económicas. Veremos que pasa.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 28 Junio 2011.
Artículos relacionados: La irrupción del movimiento 15M
Los indignados - por Francesc Sánchez
La rapidez de los acontecimientos apenas deja tiempo a uno para reflexionar. En no mucho más de un mes han emergido las voces de decenas de miles de personas bien diversas que se sienten indignadas con el estado de cosas que este sistema nos niega o nos ofrece. El trasfondo es la crisis económica global creada por el sector financiero que atenaza a nuestro país, el día a día es la precariedad en el trabajo, son los recortes sociales que los gobiernos de turno efectúan contra el estado del bienestar. Los indignados a través de las redes sociales convocaron una manifestación el pasado 15 de Mayo, y desde entonces este ha sido el nombre del movimiento. De la manifestación pasaron a las acampadas, siendo la de Madrid en Puerta del Sol y la de Plaza de Cataluña en Barcelona las más concurridas y emblemáticas. En estas acampadas que se reprodujeron por todo el país los indignados se organizaron en comisiones y celebraron decenas de asambleas para exigir un mundo mejor. La mayoría de estas grandes acampadas se han desmantelado, ahora el movimiento se ha descentralizado hacia los barrios, y hacia acciones concretas, como las grandes movilizaciones del pasado 19 de Junio.
Los indignados están en contra de los privilegios de la clase política (empezando por su sueldo, sus pensiones y terminando por su inmunidad), están en contra de los rescates con dinero público de los bancos en dificultades (se apuesta por la nacionalización de este tipo de entidades), están en contra de que existan privilegios para las grandes fortunas (exigen una subida de impuestos, el mantenimiento del impuesto de sucesiones y patrimonio, un control real y efectivo del fraude fiscal y de la fuga de capitales a paraísos fiscales, y la instauración de una tasa a las transacciones financieras). En función de estos tres puntos los indignados dicen poder obtener un presupuesto para que se pueda garantizar unos sueldos dignos (estableciendo un salario máximo y uno mínimo) y una calidad de vida para las personas (con una reducción de la jornada laboral y el mantenimiento del sistema de pensiones), el derecho a la vivienda (con la expropiación de viviendas en desuso), y unos servicios públicos de calidad (con la retirada de los recortes en el sector público y un incremento de funcionarios en sanidad y educación). Los indignados añaden que quieren libertad (defendiendo la libertad de expresión en todos los ámbitos) y una democracia participativa (con la celebración de referéndums para asuntos vitales), y un consumo responsable acorde con el medio ambiente.
Los indignados, compuestos por personas de diferentes edades y profesiones, por personas de sensibilidades políticas diversas, por ahora no quieren constituirse en partido político (es importante resaltar el medio millón de votos en blanco y los cientos de miles de votos nulos en las últimas elecciones municipales), no quieren líderes ni jerarquías, funcionan horizontalmente de modo asambleario y quieren que sus propuestas lleguen a toda la población, que tengan influencia en las formaciones políticas y sindicales preestablecidas. En función de este planteamiento fueron a protestar al Parlament catalán, antes de que la mayoría parlamentaria de la derecha catalana aprobara unos presupuestos que rubricaban importantes recortes sociales. Los Mossos d’esquadra –la policía autonómica- se encerraron con cadenas y candados en el parque de la Ciutadella, lugar donde se encuentra el Parlament, y los indignados se concentraron frente a las puertas para esperar la llegada de los diputados. El resto ha sido muy prodigado por los medios de comunicación, un grupo de personas increpó y pintó a algunos diputados que acudieron a pie al Parlament, y lanzó objetos contra furgones de la policía. Estos sucesos han servido para que la clase política se haya erigido como la valedora de la democracia, para que el president de la Generalitat Artur Mas –el que acudió al Parlament en helicóptero- hable de kaleborroka, para que muchos medios de comunicación hayan criminalizado el Movimiento 15M. Esta violencia no la apruebo, pero tampoco apruebo la violencia que sufrieron los indignados por parte del estado el 27 de Mayo con el desalojo de Plaza Cataluña (y aquí si que hubo más de un centenar de heridos). Si pensaban por estos hechos desprestigiar y finiquitar el movimiento no lo han conseguido porque las movilizaciones del 19 de Junio fueron masivas.
El Movimiento 15M que llevan a cabo los indignados nace gracias a las redes sociales de Internet, las que en un momento dado pueden cerrarse, pero que de momento como estamos viendo ahora y como vimos en las revueltas en los países árabes han demostrado ser una herramienta multiusos que cumple su función. Las asambleas en las acampadas sirvieron, como en el pasado sirvieron las asambleas de los libertarios que creían en un mundo mejor, para debatir y canalizar todo tipo de propuestas. Arcadi Oliveres, profesor de economía y presidente de la asociación Justicia y Paz, simpatizante del movimiento, dice que lo importante es que a través de la pedagogía política se pueda llegar a todos los individuos, estos serán los que desde su campo de acción efectuaran los cambios en la sociedad, los que presionaran a aquellos que han de tomar las decisiones políticas y económicas. Veremos que pasa.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 28 Junio 2011.
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