La Atlántida de Platón - por Francesc Sánchez
Lo que viene a continuación es un pequeño relato acerca del mito de la Atlántida de Platón que recogió en sus diálogos Timeo y Critias. Desde entonces cientos de investigadores han querido encontrar la Atlántida en muchos lugares sin tener éxito. Quizá la Atlántida de Platón hacia referencia a una civilización no muy lejana en el tiempo y el espacio a la Grecia del famoso filósofo.
Sección SinRazón y Letras
La Atlántida de Platón - por Francesc Sánchez
“De modo que escucha, Sócrates, una historia que, aunque rara, es sin duda cierta, pues la confirmó Solón, que era el más enterado de los sabios”.
Así empieza el Timeo, el dialogo de Platón, en el que nos habla de una guerra entre los griegos de Atenas y un pueblo desconocido que vivía más allá de las columnas de Hércules. La mítica Atlántida.
La Atlántida que nos presenta Platón en el Timeo y en el Critias, es mayor que Libia y Asia juntas, y se nos aparece como una civilización desarrollada y capacitada para navegar e invadir otros pueblos.
En el Critias, Platón nos cuenta, que Poseidón era el dios tutelar de la Atlántida. De la unión entre Poseidón y Cleito, una mortal, vendrán cinco pares de gemelos varones que conformaran el linaje real. El hermano mayor será llamado Atlas. Toda la isla, así como el océano que la rodeaba, llevaran su nombre.
Los atlantes se hicieron extremadamente ricos, en parte por los recursos naturales de la isla y en parte por el comercio con el extranjero. La Atlántida era rica en minerales, metales y maderas. La Atlántida, en fin, tenía una abundante y variada flora y fauna.
La ciudad estaba integrada por tres círculos concéntricos de tierra y tres círculos concéntricos de agua. En el círculo más exterior estaba el gran puerto. En el primer círculo de tierra había gimnasios, un estadio para carreras de caballos, casas de guardias, y unos jardines. Unos muelles subterráneos comunicaban el gran puerto con el segundo puerto. El siguiente círculo de tierra tenía un muro cubierto de estaño y nuevas casas de guardias. Otros muelles subterráneos comunicaban el segundo puerto con el puerto interior a la vera de la ciudadela. En ésta había un muro de oricalco que protegía un pequeño bosque en honor de Poseidón, el antiguo palacio real, y finalmente el templo de Cleito y Poseidón, rodeado éste último por una cerca de oro.
Hasta aquí el mito. ¿Dónde está la Atlántida? ¿Existió realmente? Desde que Platón escribiera sus diálogos cientos de investigadores han buscado la Atlántida queriéndola encontrar en el centro del océano Atlántico, en las Islas Canarias, en el sudoeste de la península Ibérica –en donde se desarrolló la civilización de Tartesos-, o en América: queriendo relacionar con la Atlántida las civilizaciones precolombinas (de los Mayas, Incas y hasta Aztecas) como sucesoras de esta cultura madre.
¿Qué hay de cierto? Partamos de la base de que Platón dice que la Atlántida sucumbió entre 8.000 y 9.000 años antes del tiempo de Solón, que era del 600 a.C. Cuesta imaginar una civilización desarrollada con capacidad de navegación en esas fechas. La cronología nos lleva al mundo del Neolítico. En cualquier caso no han quedado restos. Lo que le contaron los sacerdotes egipcios a Solón en Sais quizá tenía que ver con una civilización no tan lejana en el tiempo y el espacio de Grecia. Una civilización del Egeo con la que habían comerciado. Esto es la civilización minoica.
Creta para los griegos es fuente de mitos. Entre ellos, quizá el más conocido, sea el del rey Minos, el que dominó todo el Egeo, y fue convertido por Zeus en uno de los jueces del mundo de los muertos. Según la leyenda la esposa de Minos, Pasifae, se unió con un toro que había surgido del mar, dando ésta a luz al famoso Minotauro. La bestia, encerrada en el laberinto cada año devoraba a jóvenes enviados desde Atenas. Hasta que Teseo, con la ayuda de Ariadna, la hija de Minos, mató al Minotauro.
Hasta aquí el mito. En el siglo XIX Arthur Evans descubrió civilización minoica. Ésta se desarrolló entre el 2600 y el 1100 a.C. El elemento característico de esta civilización son los palacios. Los más conocidos son los de Cnosos, Festos, Maliá y Zakros. Los palacios constituyen la culminación del largo proceso de desarrollo social y económico, que tuvo lugar en Creta a lo largo del tercer mileno, y son el reflejo material de una sociedad organizada y diferenciada, que alcanzó un alto grado de bienestar y un elevado refinamiento técnico. Los palacios cretenses no eran sólo la morada de los gobernantes. Fueron también centros de culto con sus santuarios, y sobre todo, verdaderos centros económicos desde los que se dirigían y controlaban todas las actividades.
Un primer terremoto afectó a los palacios alrededor del 1700 a.C. Fueron reconstruidos entre el 1700 y 1400 a.C. Vivieron su apogeo. Pero este también fue el momento en que bruscamente declina esta civilización.
Volvamos por un momento al Critias de Platon:
“Zeus, el dios de los dioses, que reina según las leyes y es capaz de penetrar en esas cosas, al darse cuenta de que una raza honorable se hallaba en una afligida situación y queriendo castigarla para que pudiera corregirse y mejorar, reunió a todos los dioses en su habitación más sagrada que, situada en el centro del mundo, abarca a todas las creadas. Y cuando los reunió, les habló así:”
Aquí se interrumpe el inacabado Critias.
¿Qué nos quería decir Platón? Probablemente esto que nos adelantaba en el Timeo:
“Pero después ocurrieron violentos terremotos e inundaciones, y en sólo un día y una noche de desgracia todos vuestros guerreros se hundieron como un hombre en la tierra y la isla de Atlantis desapareció de esta manera en las profundidades del mar.”
Entre el 1500 y 1450 a.C. la isla de Tera, actual San Torini, explotó por los aires. Un violento volcán destruyo la colonia de Acrotiri y partió la isla en pedazos. El posterior maremoto llegó hasta los palacios del norte de Creta y los destruyó. Tiempo después llegaron desde el continente los micenicos, e instalaron un trono en Cnosos, entonces la civilización minoica pasó a mejor vida. Tal como nos contaba Platón los griegos finalmente vencieron a los atlantes.
Hasta aquí este pequeño relato de lo que fue quizá la verdadera Atlántida. Muchos –lo sé perfectamente- preferirán seguir buscando el continente perdido en el océano Atlántico o en cualquier otro lugar. Quizá después de todo esa búsqueda de la Atlántida no sea más que la búsqueda de una sociedad ideal que nos permita seguir soñando.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Marzo 2010.
Sección SinRazón y Letras
La Atlántida de Platón - por Francesc Sánchez
“De modo que escucha, Sócrates, una historia que, aunque rara, es sin duda cierta, pues la confirmó Solón, que era el más enterado de los sabios”.
Así empieza el Timeo, el dialogo de Platón, en el que nos habla de una guerra entre los griegos de Atenas y un pueblo desconocido que vivía más allá de las columnas de Hércules. La mítica Atlántida.
La Atlántida que nos presenta Platón en el Timeo y en el Critias, es mayor que Libia y Asia juntas, y se nos aparece como una civilización desarrollada y capacitada para navegar e invadir otros pueblos.
En el Critias, Platón nos cuenta, que Poseidón era el dios tutelar de la Atlántida. De la unión entre Poseidón y Cleito, una mortal, vendrán cinco pares de gemelos varones que conformaran el linaje real. El hermano mayor será llamado Atlas. Toda la isla, así como el océano que la rodeaba, llevaran su nombre.
Los atlantes se hicieron extremadamente ricos, en parte por los recursos naturales de la isla y en parte por el comercio con el extranjero. La Atlántida era rica en minerales, metales y maderas. La Atlántida, en fin, tenía una abundante y variada flora y fauna.
La ciudad estaba integrada por tres círculos concéntricos de tierra y tres círculos concéntricos de agua. En el círculo más exterior estaba el gran puerto. En el primer círculo de tierra había gimnasios, un estadio para carreras de caballos, casas de guardias, y unos jardines. Unos muelles subterráneos comunicaban el gran puerto con el segundo puerto. El siguiente círculo de tierra tenía un muro cubierto de estaño y nuevas casas de guardias. Otros muelles subterráneos comunicaban el segundo puerto con el puerto interior a la vera de la ciudadela. En ésta había un muro de oricalco que protegía un pequeño bosque en honor de Poseidón, el antiguo palacio real, y finalmente el templo de Cleito y Poseidón, rodeado éste último por una cerca de oro.
Hasta aquí el mito. ¿Dónde está la Atlántida? ¿Existió realmente? Desde que Platón escribiera sus diálogos cientos de investigadores han buscado la Atlántida queriéndola encontrar en el centro del océano Atlántico, en las Islas Canarias, en el sudoeste de la península Ibérica –en donde se desarrolló la civilización de Tartesos-, o en América: queriendo relacionar con la Atlántida las civilizaciones precolombinas (de los Mayas, Incas y hasta Aztecas) como sucesoras de esta cultura madre.
¿Qué hay de cierto? Partamos de la base de que Platón dice que la Atlántida sucumbió entre 8.000 y 9.000 años antes del tiempo de Solón, que era del 600 a.C. Cuesta imaginar una civilización desarrollada con capacidad de navegación en esas fechas. La cronología nos lleva al mundo del Neolítico. En cualquier caso no han quedado restos. Lo que le contaron los sacerdotes egipcios a Solón en Sais quizá tenía que ver con una civilización no tan lejana en el tiempo y el espacio de Grecia. Una civilización del Egeo con la que habían comerciado. Esto es la civilización minoica.
Creta para los griegos es fuente de mitos. Entre ellos, quizá el más conocido, sea el del rey Minos, el que dominó todo el Egeo, y fue convertido por Zeus en uno de los jueces del mundo de los muertos. Según la leyenda la esposa de Minos, Pasifae, se unió con un toro que había surgido del mar, dando ésta a luz al famoso Minotauro. La bestia, encerrada en el laberinto cada año devoraba a jóvenes enviados desde Atenas. Hasta que Teseo, con la ayuda de Ariadna, la hija de Minos, mató al Minotauro.
Hasta aquí el mito. En el siglo XIX Arthur Evans descubrió civilización minoica. Ésta se desarrolló entre el 2600 y el 1100 a.C. El elemento característico de esta civilización son los palacios. Los más conocidos son los de Cnosos, Festos, Maliá y Zakros. Los palacios constituyen la culminación del largo proceso de desarrollo social y económico, que tuvo lugar en Creta a lo largo del tercer mileno, y son el reflejo material de una sociedad organizada y diferenciada, que alcanzó un alto grado de bienestar y un elevado refinamiento técnico. Los palacios cretenses no eran sólo la morada de los gobernantes. Fueron también centros de culto con sus santuarios, y sobre todo, verdaderos centros económicos desde los que se dirigían y controlaban todas las actividades.
Un primer terremoto afectó a los palacios alrededor del 1700 a.C. Fueron reconstruidos entre el 1700 y 1400 a.C. Vivieron su apogeo. Pero este también fue el momento en que bruscamente declina esta civilización.
Volvamos por un momento al Critias de Platon:
“Zeus, el dios de los dioses, que reina según las leyes y es capaz de penetrar en esas cosas, al darse cuenta de que una raza honorable se hallaba en una afligida situación y queriendo castigarla para que pudiera corregirse y mejorar, reunió a todos los dioses en su habitación más sagrada que, situada en el centro del mundo, abarca a todas las creadas. Y cuando los reunió, les habló así:”
Aquí se interrumpe el inacabado Critias.
¿Qué nos quería decir Platón? Probablemente esto que nos adelantaba en el Timeo:
“Pero después ocurrieron violentos terremotos e inundaciones, y en sólo un día y una noche de desgracia todos vuestros guerreros se hundieron como un hombre en la tierra y la isla de Atlantis desapareció de esta manera en las profundidades del mar.”
Entre el 1500 y 1450 a.C. la isla de Tera, actual San Torini, explotó por los aires. Un violento volcán destruyo la colonia de Acrotiri y partió la isla en pedazos. El posterior maremoto llegó hasta los palacios del norte de Creta y los destruyó. Tiempo después llegaron desde el continente los micenicos, e instalaron un trono en Cnosos, entonces la civilización minoica pasó a mejor vida. Tal como nos contaba Platón los griegos finalmente vencieron a los atlantes.
Hasta aquí este pequeño relato de lo que fue quizá la verdadera Atlántida. Muchos –lo sé perfectamente- preferirán seguir buscando el continente perdido en el océano Atlántico o en cualquier otro lugar. Quizá después de todo esa búsqueda de la Atlántida no sea más que la búsqueda de una sociedad ideal que nos permita seguir soñando.
Post scriptum .-
Puede ser que Platón nunca quisiera hablarnos de una civilización del pasado, si no de su propia sociedad, la que veía peligrar y conduciéndose hacia su final. Puede ser también que Platón con el mito de la Atlántida nos hablara de nosotros mismos, los que somos capaces de mejorarnos y también de perjudicarnos, momento en el que los dioses pueden descargar su furia contra nosotros.
Francesc Sánchez – Marlowe. Barcelona.
Redactor, El Inconformista Digital.
Incorporación – Redacción. Barcelona, 29 Marzo 2010.